Poemas largos Mauro Moschini
Poemas automáticos
Poemas automáticos
El hombre mira objetos desordenados en una superficie su sola percepción los agrupa: poemas automáticos. Un libro, en la mesa, sobre el cuaderno. Que llueva que llueva, la vieja está en la cueva la vieja se levanta: poemas automáticos. Todos nos sabemos un poema de memoria, todos miramos a un señor de pelo blanco que pasa por la vereda de enfrente. Recordamos todos la canción con olor a pan de invierno y con las nubes grises que a veces no atinaban a decir nada. Poemas automáticos: surgen de la boca de las palabras. Señora morocha que pasa con una blusita tejida al crochet y sobre todo en el tejido, pero sobre todo en el punto, el punto arroz, el punto cruz, un punto dos puntos que le recita mi vieja para enseñarle a tejer, sobre todo en la mano que aprende el punto y ya se lo sabe para siempre, no se lo olvida más: hay poemas automáticos. A veces tampoco se puede decir nada, entonces los taxistas saben preparar con la mente poemas automáticos y respiran aire acondicionado en la tierra de los pinitos fragantes corren carreras con autos naturales que no tosen, y largan azahares por el caño de escape. Y hasta por el caño de escape, también, cuando no, tenían que salir los poemas automáticos: “en Roca se juntan los del club del Fiat 128 pero acá en Regina nadie quiere hacer nada”: el Pitu vive en una casa llena de candados, su padre es el propietario de la peluquería más linda del valle. Su padre irguió esa peluquería como quien alza
un monumento a la comunidad de los justos. Su padre entra a la peluquería sintiéndose un hombre completo y redacta todos los días poemas automáticos para sus clientas, para sus clientes, para el que lo quiera escuchar. Hasta enfermo y tirado en la cama refiere, relata, hace la relación, cuenta: “nací el día que murió mi abuela, por todos los años de mi infancia pasaban como camellos por el ojo de una aguja la caravana de autos a paso de hombre siguiendo al que lleva el cajón a dormir debajo de la tierra o en los nichos donde silba el viento. Automáticamente pasa un morocho en bicicleta. Poema automático: Bicicleta: verde, playera, re baqueteada. Encima de ella, un morocho piensa esta noche la pongo no sé donde pero yo te digo que la pongo. ¿Y existen también en los FIAT PALIO poemas automáticos? Claro que sí, muchacho: para abrir la mente se deben realizar una serie de operaciones mentales que solo se pueden realizar cuando se abre la mente: eso se llama flashear, bajarse del tren por un momento para volver sin poder decir nada de aquello. Establezcamos ahora, todos juntos, una conexión telepática con el hombre que maneja por la calle Rosario en una camioneta blanca: -¿De adonde viene ud.? -Yo vengo de Liniers, estoy haciendo unos fletes hay que pagar el alquiler me re cabe fumar faso. -¿A usted que es lo que más le gusta? -Acabarme en la mano y enchastrarle la carita a ella le encanta y me pide más
-
¿Qué hace en su tiempo libre? -Ayer fui con mi novia al rosedal y anduvimos en biciscafo: son unos botes con pedales, tipo bicicleta, y por 20 pesos se puede dar vueltas por un laguito del rosedal. -¿Cual es la cosa más importante que alguna vez aprendió? - Que para morirse lo único que hace falta es estar vivo, que cada cual tiene un trip en el bocho, ahora cada tanto siento que me muero o que la muerte está cerca o que se hace presente la muerte y hasta siento que puedo entender la mía vana esperanza de tener patria, el afán de tierra, el afan de hermanos, el afán de una época de fé perfecta.
Son frases sacadas de una película, son carteles mal pintados que nunca se terminan. Los poemas automáticos se desenrollan a toda velocidad.
Jueves de tarde lunar Niebla la nube de la que todo nativo es extranjero. Se pincha y pierde gas, gotea un tiempo lunar que da igual melancolía. Yo flano. Yo niente fago y cito en el parque miro a la Centro-Murga Falta Envido. Yo la había visto a
la de mirada triste y cansada. La vi antes de irme a encerrar otro verano en un recuerdo de cristal y ella estaba tan hermosa como hoy. Me siento y la miro. Me siento mal, me duele el cuello y no estoy en una murga, no me acuerdo un poema de memoria, no tengo papel para anotar. Ella baila sin ganas. Ni la mitad de las ganas de la otra flaca con una remera de Banfield que baila tan bien y le sonríe a los que tocan los bombos. Me golpea dulce, me inunda nubla, me puede y me entristece feliz la belleza de las chicas bailando. En un momento veo que pasa un tarado, un viejo repelotudo forro de caballito que pasa por el medio de la murga como si no hubiera nadie y me dan ganas de decirle a los negros cumbieros que están adelante vamos a cagarlo a palos al pelotudo ese que le falta el respeto a la murga le falta el respeto a la murga le falta el respeto a la murga murga murga nubla fluma mina sol mina fa no se agota el mar de a gota gota nubla grumas y solios de tarde abastan solitúdines afásicas. Basta de mirar garna, agua. Nadie amaina este poral, estos vahos de asfixia. Se necesita mucha agua con el calor y la chica con su tristeza se toma un tiempo para tomar de una botella verde el agua ambarina de las diosas de Almagro. Un puño de oscuridad vacía se hunde
con todo el peso de un mar en lo bajo del pecho y oprime oprime, oprime, la reputísima vida, lo que sea, lo que no es, lo que falta de lo que fue, lo que quico quica cuando caca moco en el foco loco de Jamiroquai, lo que -necio de mime pierde en ejercicios de conmiseración ociosa. Lo que desde el olvido envía fosforecencias que asfixian. Lo que no. Lo que sí. Lo que qué? Los quesito que el candente pone flojo. Los farmacios y las cuidadas miríadas de otoño descuidado en verano y gasista. Pero ya no permanecen. En el parque las luces de la noche hace rato encendieron su anaranjado resplandor. La chica de mirada triste se ducha en su casa. Se saca el hermoso olor de su dorado sudor hermoso: y es otro día más que se termina, otro avance más del gas que nubla, nubla aquella murga en el recuerdo. Parque Rivadavia, Enero del 2010
Dos viajes en KO-KO (de Regina a Huergo)
I Sin parar, sin parar dale las palmas y dale, dale, dale que va te acordás cuando entrabas a la pista con un vaso de plástico lleno de cerveza, las luces locas se sacuden, el colorinche se sacude, las chicas a menear moviendo el culito, el culito. Estalla la música y el boliche está a pleno, el animador vocifera ¿¿¿adónde están las chicas solteras??? ¿¿¿Adónde están las chicas que salieron sin el novio??? Ahí te encontras con la chica que más te gusta y la invitas a bailar el frenético cuarteto de Rodrigo, los clásicos de Gilda, el de “procura coquetearme más”, ese que dice conoce bieeeeen, caaaada guerra cada herida, cada sed… Y tantos otros temas que todos los sábados pasan.
¿Donde se puede estar más feliz? ¿Dónde se puede estar más y más feliz? Con los oídos zumbando, salgo para la terminal. Girando y girando estuve toda la noche Y ahora me encuentro con la gloriosa mañana de verano. Los pajaritos cantan, alguna vieja barre la vereda y yo hago una escala en un árbol para echarme una meada: aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah qué hermoso placer es dejarte salir, orín, cerveza metamorfoseada. En la terminal están los que vienen del Tropi, más borrachos que yo, más felices que yo, más mugrientos y una vieja que siempre me cruzo, que es de Godoy: pelirroja supertetona que siempre me mira picarona. Allá viene el KO-KO, el colectivo de mierda ese, allá vamos a hacer cola amontonados y ansiosos, con el cuerpo cansado del cansancio más hermoso. Se va llenando el cole hasta la jeta y un borracho empieza a gritar: Ese tiene piojo chofer, no lo deje subir. ¡¡¡No lo deje subir chofer, tiene piojo!!! ¡¡¡tiene piojo eseee!!! ¡¡¡Chofer!!! Cuando ya sale de Godoy el cole queda vacío, después bajan algunos en 3 puentes y de ahí va derecho a Huergo. El sol ya está alto, es re de día. Me bajo en el kiosco de la Beca, que está barriendo en la entrada. Le pido que me llame un taxi y me voy a sentar al banco de cemento que hay en la vereda. Se siente olor a tierra mojada y fresca, porque hace un rato pasó el regador. Pasa un tipo en bicicleta, cantan las calandrias. Un borracho como yo (pero con auto) vuelve a su casa. Todos los taxistas de Huergo me conocen y saben adónde me tienen que llevar. Nunca me animo a charlarles mientras me llevan por las calles de piedra. Miro las filas de álamo, callado.
Cuando llego a casa mi viejo está en el patio laburando. Mi vieja está tomando mates o la veo acostada cuando voy para mi pieza. Después de sacarme la ropa que apesta a cigarrillo bajo bien la persiana y me voy a dormir.
II Miro para afuera el humo de los ranchos, de la leña que se quema en las estufas de los ranchos. Hace frío. Árboles amarillos, Filas de álamo, plantas crucificadas al costado de la Ruta Nacional 22. En las bardas, bolsas de plástico del supermercado BOMBA: el viento las eleva o las deja caer. Dejo de escribir por unos segundos para que fluya el rumor del motor. Salimos de Godoy y volvemos a la ruta. Un vendedor de sahumerios se chamuya a dos pibas: les dice que Buenos Aires es una ciudad grande. Lo dice con un acento centroamericano que para mí que es falso.
Dice: La ciudad más grande que vi en mi vida. Las pibas le preguntan si conoce la zona. Le toman prueba y el vendedor recita los nombres y la ubicación de todos los pueblos del valle: Huergo, Mainqué, Cervantes, Roca, Regina, Allen. Se las sigue chamuyando a las pibas, y ellas nomás se ríen. No veo el brillo de sus ojos porque van en los asientos de atrás. Pasamos Tres Puentes, agarramos la curva y se ve el techo esférico del boliche Geoda. El vendedor pregunta y las pibas le dicen: Era un boliche, pero hace rato que no, porque era muy incómodo para ir. El día se va terminando, se me hace difícil ver y la ruta sacude la letra. Entramos a Huergo. Cruzamos el canal grande que está vacío y seco porque es invierno y el agua no baja, las plantas se apagan. Las pibas le dicen al vendedor que vaya a bailar al cotolengo: -¿Va mucha gente? -Sí: ¡se llena!
Invierno del 2004
Playas de la ansiedad
IMpro visando Sí loco. Para el amigo Nicolás Guerrero, this time. Sale el rap escrito yo te canto, yo te cuento yo vine a este mundo a contar a cortar, a cargar, a copar y a coparticipar (porque soy de la provincia). Soy de provincia, soy de capital soy bueno pa la rima yo te mando al hospital qué te pasa estás zarpado tenes problema mental? qué te pasa estás drogado y ya no te acordás que te pasa con las rimas que te pasa donde estás me escuchàs? qué flashiás, macho, contá: mucho matute con gorra en la calle mucho sí señor no señor en casa sí teníamos televisor y había una heladera también qué sé yo: pisoteaba el polvo de aquellos teros, me quemé una vez, llevando un bidón con hielo, profané en aquellos aires, me afané, busqué un poco y alguito encontré es así, sí señor, no se olvide yo ya no soy un pibe, sí señor.
Oh señor hoy cantaba un ciego en el vagón subió con un güiro hecho con un caño de plástico y cantó una canción que decía que cristo volvería y que entonces ese día las trompetas sonarían. Era un tema de cumbia. Yo venía escuchando al negro Rada en el auricular y me los saqué para escuchar, sí señor: el tipo dijo que no se avergonzaba de adorar a cristo (y está bien qué vas a hacer: “vergüenza es robar y no llevar plata a casa”) y el tipo se pone las pilas, se hizo el güiro. canta una canción y -si se quieretambién te está invitando a pensar. No le vas a pedir que se haga materialista histórico: eso es de cristiano salvajón y brainwashed: cristiano salvajón, inorante y arjentino así sos vos, así soy yo, así son los asesinos. cristiano salvajón, radicalista y arjentino, sí señor: mucho matute de esos de gorra por la calle mucho “sí señor”, “no señor” y plegarias elevadas en secreto en la bóveda auricular subido a un carro grande que te lleva a laburar por el camino de tierra o por el camino del real por esa avenida caminamos sin hablar: Avenida Rivadavia que no hay una sola, pero nada más hay una que es la más larga del mundo. En otro lado por ejemplo VillaReginaRíoNegro la avenida es ancha y asfaltada larga también pero no tanto se estiende desde la ruta 22 (donde está el auto estóp) hasta donde están construyendo la sede de una universidad, hasta lo de Vertúa que hay una chimenea, de esas viejas de ladrillo. Altísima. Bueno:
antes de que ahí a una cuadra hicieran la "autovía" o no sé cómo le llaman, la ruta a cuatro manos, la ruta veintidós, antes incluso (mirá lo que te digo) antes de que un intendente arquitecto, un intendente más bien escenógrafo, quizás haya aprovechado todo el terreno del ferrocarril para hacer un parque que dice que lo fertilizaban con mierda humana, el césped. Antes de eso ya trajinaba yo por ahí, así que... en fín. La avenida rivadavia: por donde ibamos a dar la vuelta al perro -que así le dicen porque es la última y después se va a dormir (dice mi viejo)y capáz este extraño ritual, que he tenido la oportunidad de observar también en localidades como FiskeMenuko o Chivilcoy, provenga de la costumbre de esperar que llegue el tren, y las niñas con sus vestidos después de misa, y es probable que como hoy acaso haya sido entonces el ritual de apropicuarse hacia el centro para ver y hacerse ver, y medir la distancia de todos respecto al centro: lejos, lejísimos todos: pueblerinos, (Ja!) campiranos, pajueranos, campesinos, soñando con tunear el fiat mil quinientos o con tunear el chevy o con salir volando de las bardas con el chevy hacia un viaje final, ultimatorio, de-ci-si-vo, o váyase a saber con qué sueñan no sé con qué habré soñado yo cuando paseaba por ahí con Marín y con la vange y alexis en el auto de Marín o con el auto de mamá y papá con Gerardo y Natalí o Sandra, (con Gerardo y unas amigas de Gerardo que una vez nos fuimos al río pero era invierno y una, la tetona, conmigo no quería y la otra, la morocha, no me avivé de cogermelá, qué va a ser a veces no sale):
si no le gusta, es fácil: usted agarra de acá, puede seleccionar el nombre Daniel Durand y buscarlo en Google. Hacer lo propio con Jorge Teillier o con Las memorias de un provinciano de Mastronardi. Yo la voy cortando porque hace frío y se me congelan los deditos al teclear, yo la voy cortando pero otro día volveré aunque no lo esperen ni lo vayan a creer volveré para cantar porque es el cuento mi oficio, mi tarea, mi pasión, mi berretín si se quiere, pero con el corazón. Yo les canto con el teclado: lo que sale no es canción, lo que sale es grabación de lucecitas electrónicas y... no sé: eso que anotan la placa madre y el microprocesador en algún servidor perdido de alguna región del mundo.
lllllllllllllllllllllllllllllllll.lllllllllllll * fokner not fokin in the life of Pasgüato la vida de otra limadura de hierro que se convence de estar viajando al imán por gusto.
ni sé como suena nada, ni la vírgula encima de la N ni encima de la fé qué dejar ni como desalojar las mientes, elongar de parado y solo.
Estás perdiendo el tiempo aquí: ve a montar tu bicicleta. Están las torcazas cantando en las alamedas. Torcazas robustas y sedosas, no como las ratunas de la ciudad, esas palomas negras, empetroladas de ollín, rotas de comer basura.
** Alicura, alicurá, sin cura. Con las piedras más pesadas las de Salinas del Aproveche desperdiciadas. A grupas bastos desmordecidas. En formol de sabañones al costo. Antena de mimbre. Objeto más verbal que imaginario. No sin pistones. Latas de verdor Non Serviam. :o
. Aldo Aldo Aldo Aldo
Loprete entrando al banco por tercera vez en su vida. Loprete siempre al banco de suplentes. Loprete: yo no lo banco mucho. Loprete: Guzman de Alfarache, vecina de feria, Arturito DDT.
Agente Naranja de los vampiros!!!
Alderito Lopratto, cementero de profesión, artífice por experiencia.
(Nota mental: robar un tele prompter. Averigüar antes si se llaman teleprompter.) Luces rojas. Encendido/Apagado
Apagado
impro
* Claro que sí: tiene unas manos y puede teclear, lavar los platos, amontonar basura en las comisuras de su curriculum, pestañear como hace Jerry, oler con placer el licuidpeiper y todo lo demás. Supongo que sí, debe andar por acá, no sé si muy cerca. De repente está lejos, de repente está naciendo justo aquí, a través del dolor de todo, en mí, entre tantas cosas que van caducando más o menos rápido lento, rápido, lejos. ¿Cómo haría para sudar? Hay, sí. Digamos que sí. Aquí, siempre SIEMPRE la posibilidad de las abiertas piernas, las primeras luces antes del apagón. Luces acá, ahora, antes del apagón.
** Lunes, lunas martes, guerras miercoles, mercados
jueves, jefes viernes, polvos sábado, a la noche domingo, en casa. Se mastica el año (daño) semana tras semana. Y si llegamos a limpiar alguna comisura, o decimos en otro sentido comisura como la grieta fina que se abre en la juntura de los 7 bloques de la semana. No sé, digamos que así se abre como un respiro, el cuerpo se anida en otro cuerpo, encuentra su lugar en un abrazo. No sé si existiría si no existiese la semana, pero creo que puedo imaginar que no existe esa rutina mercurial, con más de miércoles que otra cosa. Puedo imaginar la posibilidad de su no existencia: su destrucción.
Impro número N
It takes 2 to Tango Teiks tu-tu tango, tango
amargo barro, como resina de algún pino enfermo Vino desde el otro lado del salón a preguntarme de qué cuadro era yo y le dije no me interesa el fútbol, para nada. * Tiene adargas de verdín. Pero Fermín no se llama, Félix tampoco, ni va a nacer no ladra no roba no delata no se hace la rata no sé si se hace el ratón o si es una laucha. “Tiene adargas de verdín”: ¿Salió de abajo de alguna baldosa? No es un bicho bolita, no es un gusano con mucho más de mil pies. No se llama yiyo, ni yoyi, ni siquiera yo lo podría saber, podrido. Lo contengo en el enigma pavote. Como… ¿qué? ¿Cada carancho de tiniebla Entre el pecho y la garganta? Ah, pistachos de verdín, Fermín, adargas! Ah contéstame estas cartas: quisiera que fueras un río y quisiera nadar en vos, quisiera que fueras un pez muy inquieto y radiante así yo también pudiera ser un pez inquieto y radiante pero no podrido.
Ah mi amor: espantame las moscas y rascame la espalda.
Belleza imposible---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------El sol va nadando en belleza imposible. Verdìn deshonesto de las clasificaciones, de las mistificaciones. ------------------------------------------------------------------soles de estaño frìo pintados con bronca en las fortificaciones ladrillos compactos ladridos con partos limones cortados -----------------------------de pie y sin balizas por la ruta de noche.
CALZADA DEFORMADA ANIMALES SUELTOS AVISE A LA POLICÎA VINOS, QUESOS al principio el pasto verde y el horizonte más lejano y bien chato después me dormí desperté Le di documentos a un uniformado, ----------------------------------------------------------------------------------------------------El tiempo pasa. El tiempo pasa.
El tiempo pasa y estoy drogado. El tiempo pasa, pasa, mastica cuerpos con N, cuerpos con V, cuerpos nadando hacia afuera del tiempo muerto, el tiempo que no pasa, el que no volverá a pasar. -----------------------------------------------------------------------------pasará pasará, la colita quedará ------------------------------------------------------------Y así como las nubes no se rompen, así como las piedras blancas en la banquina, el mar frenado por el dique, el buque de tres palos en el crucigrama y la mancha de mate en el pantalón, así como así como los casinos y las estaciones de servicio en frente de baldíos encartelados o no y mucho antes de un campo lleno de terneros nuevos y los carteles de color anaranjado que decían solamente PRESIDENTE así pero no así de ennumeradamente, pasan, pesan las cosas.
Pesan pasando y descascarando a su paso la belleza imposible, la fuerza fundamentada en cada cascarita de todas las heridas y pasando a lo largo de todas las bombillas y los mates de calabazas bien curadas con inscripciones borradas de las fechas de una batalla, y los balances de la vida y la muerte en el libro contable de los filósofos tontos que no tienen filo ni entienden del filo de las anacondas aunque las lean y las relean y las vuelvan a relatar del modo en que procuran olvidárselas. -----------------------------------------------------------------------------------------Ese lugar donde abrazar un cuerpo
era abrazar el corazón de una belleza imposible el tiempo que no volverá a pasar la colita ínfima y vivaz de lo último que queda justo antes de entrar a todo lo que da en las fauces mismas del tiempo. Del Tiempo, del tiempo mismo, de qué va a ser, mistificaciones, cacas de las eufónicas cotorras, chácharas, palitos verdes y chauchas de verdín, filosofía barata y zapatos... sí, eso justamente: de goma de goma de goma de FIN.
tenés que dar tenés que dar del daño, el año entero, cada semana hasta la feta más fina de ese chorizo que es el calendario.
* Tenés que dar también el feto, el ínfimo fetito, para el fetiche de este fato grosso. * tenés que dar y perder y vas a darme de aquí hasta quién sabe cuando tu pérdida, la pérdida del abrazo.
* tenés que darme un poema al día uno día por medio, uno a la mitad del sánguche comido de dorapa y mirando el estuche plástico de unas servilletas de papel.
* Tenés que darle un buen silencio al atardecer y a lo que estás haciendo en los buenos momentos, los buenos momentos que vos hacés. Oh sí. Eso es todo.
Notas * mensaje urgente: te mando un abrazo. Quisiera darte fuerza. Te mando fuerza.
* Cuidados nocturnos no hay, la noche es la misma cama, los infinitos destellos del canto de cada pajarito al amanecer, un rato después del gallo. los glóbulos del sueño desprendiéndose despacio como una epidermis vieja. . Quisiera no serme interrumpido, quisiera hablar más blando. Quién quisiera? quien pudiera. ¿Quién lima los lunares con lengua y desata los pulgares del duelo para que golpeen mejor y se preparen? yo, nosotros, vos, ustedes, ellos y ella (me faltó ella)
Bonus tracks
Bueno, a ver: sí. Poneme de eso, a ver. Eso. Sí.
Ahora, agarrá el hacha. Está ahí. Sí, dale. No, pero primero ponete un barbijo y pasame uno a mí también.
Listo, dale.
Uh, viste. Es polvo. Está todo seco el moho. Abrí un poco, a ver... mirá: de a puñados. Moho.
¿Viste?
Y el pecho como corteza podrida.
Dame la antorcha para quemar las telarañas.
Dame la antorcha para quemar las telarañas y que ni ruido me quede, ni las ruinas.
Y después juntá unas hojas, tirá la yerba del mate, ramitas, cáscara de papa tirá. Y un poco de tierra pa que se vaya asentando.
Yo creo que en algún lado quedó una semilla.
“Situación” Seguía teniendo que haberse ido a tratar de terminar de echarse a perder, pero no arrancaba ni para eso. Seguía deteniéndose: en la contemplación de papeles que el viento eleva a alturas inverosímiles por encima de las terrazas y del pulmón de la manzana, insana. ¡Ah! Jardines, césped, piletas. No terminaba de arrancar seguía habiéndose tenido que ir a intentar echarse a perder de una vez por todas con dignidad. A otra parte. Pasar a otra cosa, no irse de vacaciones otra vez, si no seguiría (¡como ahora!) teniéndose que ir a buscar por algún lado echarse a perder en otra parte para no seguir pudriéndose acá mismo habiéndose tenido que ir a buscar su dignidad.
Antes de cenar
Parto de la base de que el deseo no se explica. No se explica diciendo “el deseo no se explica”. Digamos que se despliega en muchos sentidos… no sé si hablo del deseo en verdad, no sé si la verdad de algún deseo deja de ser o se vuelve concreta necesidad… No se explica el deseo Pero es necesario dar algunos sentidos provisorios y otros también pero productivos porque …hay que morfar.