Historia de la Medicina ecuatoriana AL realizar esta breve reseña del desarrollo de la Medicina en el Ecuador, obligadamente debemos remontarnos a los pueblos aborígenes de nuestro país y tratar de hacer una recopilación de datos, que hagan conocer al respetable lector, la evolución que ha tenido la medicina en nuestra nación. El Ecuador, por estar localizado en la Mitad del Mundo, esta privilegiado en tener diferentes tipos de climas, que variaran según la región, siendo la causa de estos cambios la altura, las corrientes marinas y las lluvias. Por lo tanto debemos tener claro, que el factor clima constituye una condición indispensable para la vida, pero que por distintas razones como: inundaciones, terremotos, erupciones, etc.; ha variado y no es el mismo de épocas anteriores. La variada topografía de nuestro territorio nos hace comprender que: los extensos manglares, la selva tropical y las sabanas identifican a la Costa; las mesetas y valles muy utilizados para la agricultura y los páramos son propios de la Sierra, mientras la selva sub andina y tropical caracterizan al Oriente. Todas estas características hacen también, que cada región tenga sus propias enfermedades. En los casos de cirugía, se tenía al SIRKAK, quien empleaba un instrumental hecho de metal, madera, obsidiana, basalto espinas de vegetales o pescado y huesos de animales. Cuando iba a trabajar sobre tejidos blandos, usaba un cuchillo de cobre, oro o plata o también laminas afiladas de obsidiana o sílex; en los huesos se utilizaron punzones de cobre. Se piensa que como anestesia, se provocaba la intoxicación alcohólica, que se la lograba con la ingesta de abundante chicha, a veces también se dio coca. En el grupo de los hechiceros, mencionaremos a los Masca o Vibra, que curaban con supersticiones, el brujo o lchuri, que podía adivinar el futuro o hablar con los malos espíritus. Todos invocaban al Inti o sol, Dios del universo y la Pachacamac y Viracocha, creadores, seres supremos y gobernadores del mundo. Con la llegada de los españoles, el poder colonial trato de cambiar la estructura del pensamiento indígena a través de la religión católica y se extirpo las idolatrías, lo cual llego a los agentes del saber médico aborigen como hechiceros, brujos, adivinos; quienes sufrieron persecución, siendo practicado esto mas en el Virreinato del Perú, que en la Real Audiencia de Quito. A partir de la llegada de los españoles, el saber aborigen empezó una reorganización de sus conocimientos bajo la influencia de la medicina popular ibérica. Es así, que los hombres de la medicina de antaño, fueron llamados curanderos como son conocidos en la actualidad, pero debemos resaltar que durante toda la época colonial, sus servicios fueron invalorables. El curandero es el genuino representante de la medicina aborigen, manteniendo ideas y practicas de su cultura, mediante la transmisión oral del conocimiento, el aprendizaje en la práctica y la aceptación de la tradición. Y como lo mencionamos en líneas anteriores, él también se forma en base a su experiencia adquirida durante todos sus anos de práctica siendo su oficio hereditario, la mayoría de las veces. Para realizar un diagnostico, se realizaban observaciones de plantas, objetos, vísceras de cuy o el movimiento y luminosidad. También el curandero usaba productos alucinógenos. En lo referente al tratamiento, existían varias técnicas, por ejemplo: al mal se lo controlaba con conjuros, y se lo podía pasar a objetos y animales que entraban en o con el paciente. Si la cura se la hacia con un objeto, éste debía ser enterrado, si se la hacia con un animal, se lo debería matar, todo esto para evitar que si había un o involuntario con alguno de ellos de parte de una persona sana no se contagie. También el curandero preparaba la contra en base de productos naturales, la que tenía el poder de prevenir un futuro ataque del mal.
Como actualmente lo recomiendan los médicos, en épocas antiguas se practico la dieta y el reposo. Igualmente se practicaron los baños para curar enfermedades, siendo famosas las aguas del rio Guayaquil, ya que en sus orillas crecía la zarzaparrilla; planta que poseía poderes depurativos y anti-infecciosos. Otras técnicas muy empleada y mas por los manteños y huancavilcas fueron los baños de vapor, que se los realizaban en casas hechas de adobe con hornillas, donde se quemaban plantas aromáticas, para que el paciente sude abundantemente. Para las enfermedades pulmonares, la técnica utilizada era en base de vaporizaciones e inhalaciones, las mismas que hasta la presente son recomendadas por los médicos. Se usaba el palo santo en infusión y para la vaporización se empleaban plantas balsámicas. Los indígenas usaron plantas de infusión, polvos, aceites, etc., como también emplastos y ungüentos, aunque en esto ultimo se incluían productos de origen animal. El apoyo familiar jugo un papel importante en la recuperación del individuo. Entre las principales plantas medicinales utilizadas por nuestros aborígenes, nombraremos a la ZARZAPARRILLA, cuyas; cualidades fueron depurativas y antiinflamatorias. Antes de hallarla los españoles en orillas del rio Guayaquil, se encontré en México y Honduras. El PALO SANTO, llamado así por los conquistadores, y conocido por los aborígenes como guayaco o guayacán, fue usado por los huancavilcas en el tratamiento de males hidrópicos, respiratorios y genitourinarios. Es un árbol resinoso y hasta hoy se lo usa en los pueblos de la Costa, en época invernal para ahuyentar los mosquitos. La planta medicinal estrella y que con orgullo podemos decir nuestra, considerada una contribución importantísima a la farmacopea mundial, es la QUINA, CASCARILLA 0 ARBOL DE LAS CALENTURAS, nativa de Loja y usada por los aborígenes para las enfermedades febriles, destacando que su uso fue un secreto hasta 1630, cuando Pedro de Leiva, un indígena, se la proporciono al jesuita Juan López, quien padecía de tercianas, consiguiendo su cura inmediata. De la época colonial debemos mencionar a un visionario de la medicina, como fue el Dr. Eugenio de Santa Cruz y Espejo, cuya acción abarco varios campos como política, medicina, economía, comunicación social, filosofía y praxis revolucionaria. Su aporte a la medicina fue enorme, debiendo destacar que para él, la Salud representaba la suprema razón de la existencia del hombre, por ello critico su manejo en aquella época, donde el pobre tenia poco a ella y sufría enfermedades que varias ocasiones llevo a la muerte a un gran numero de personas, sobretodo la población indígena. También critico la poca formación científica de algunos de sus colegas y al sistema de enseñanza de la medicina. Podemos decir que la educación médica colonial era solamente teórica y libresca, sin practica y sin hacer comprender a los alumnos, la situación de Salud del pueblo. En la vida republicana, a partir del Siglo XIX la medicina científica se va consolidando. Se construyen hospitales, aumenta por lo tanto la demanda de cargos médicos y el manejo de estos servicios se los pasa a comunidades religiosas. Igualmente surge la medicina privada, que estará al alcance de las clases pudientes y que podían pagar este tipo de atención. Surgió un nuevo tipo de servicio, denominado Practica de Salud Publica, cuyo fin era evitar la presencia de enfermedades en la población, que en la colonia estaba a cargo del Cabildo y ahora pasaba bajo la responsabilidad del Estado. Se crearon las Juntas de Sanidad, también llamadas Juntas Médicas que se preocupaban por la higiene de las ciudades y puertos. Ya en el siglo XX, los médicos eran personajes de primer nivel, y acudían a atender a los enfermos; distinguiéndoselos por su terno de casimir, chaleco, camisa de cuello duro, corbata de seda y sombrero de paño, transportándose a caballo o a pie. El tiempo de visita al paciente en su domicilio, no tenia un tiempo fijo y todo dependía del estado de Salud de la persona, las cantidades de solicitudes que tenia, el grado de amistad con los familiares, etc.
Si la visita domiciliaria era en la noche, se colocaba una lamparita de aceite al costado delantero del vehículo en que viajaba, para anunciar el paso del galeno. Cuando llegaron los autos, los médicos que podían comprar uno lo hicieron, con lo que se les acelero su ritmo de trabajo con este nuevo medio de locomoción. Al inicio del siglo XX se preparaban formulas magistrales, cuya composición y dosificación constituían parte de bagaje científico indispensable para el ejercicio de la profesión. Se curaba a base de papelitos, bebidas, obleas, gárgaras, enemas, purgantes y cataplasmas, algunos elaborados por la experiencia de los profesionales y en otros por la intuición. Muchos de estos preparados tenían un sabor desagradable como la quinina, la ipecacuana, pero otros eran confortables pócimas, entre cuyos ingredientes se incluían coñac, elixires sabrosos, vinillos, etc. Esta es una breve reseña de la evolución de nuestra medicina durante más de 500 años, desde nuestros pueblos aborígenes, pasando por el periodo incaico, la época de la colonia y finalmente nuestra vida republicana. Desde el siglo anterior tenemos una entidad, que aglomero desde su fundación (1942) a los médicos y a los profesionales afines, para defender los intereses de ellos. Es así como en 1942, nació en la ciudad de Quito, el 15 de febrero, la Federación Médica del Ecuador, que en 1965 por Decreto de la Junta Militar de Gobierno, al promulgarse su Ley, tuvo que cambiar su nombre por el de Federación Nacional de Médicos del Ecuador, institución que volvería a tener otra denominación desde 1973, cuando se promulgo la Ley de la Federación Médica Ecuatoriana, durante el Gobierno del General Guillermo Rodríguez Lara, conociéndosela así hasta la presente fecha.