HISTORIA El dueño del Banco del Progreso fue uno de los hombres más ricos del Ecuador: incursionó en electricidad, banano, inmobiliarias y medios de comunicación. El 10 de enero de 1935, en Quito, hace 75 años, nació Fernando Alfredo Aspiazu Seminario. De la cuna de los "Gran Cacao" de la costa ecuatoriana llegó a ser dueño de la empresa eléctrica de la ciudad más populosa del país, tenedor mayoritario de las acciones del segundo más grande grupo financiero del país, propietario del periódico Telégrafo más antiguo del Ecuador y de un canal de televisión. Sus padre Miguel Aspiazu, quien había nacido en París, se casó en 1929 en Lima con Enma Seminario Palacios. De esa unión nacieron Jaime y Leonor. Hoy está en la cárcel acusado de no transferir al Fisco los valores recaudados por la retención del impuesto del 1% a la circulación de capitales. Fernando Aspiazu proviene de una de las familias cacaoteras más importantes de la provincia de Los Ríos. El primer Aspiazu llegó de España en el siglo XVIII, se casó con una guayaquileña y se estableció en Palenque, el mayor centro agrícola de la época. El auge de la familia llegó con su abuelo Lautaro Aspiazu Cedeño, quien logró convertirse en exportador del 1,5% de la producción mundial de cacao. En 1958 se estrenó en el servicio público como subsecretario de Educación. Graduado de abogado en la Universidad de Guayaquil, Fernando Aspiazu marchó a los Estados Unidos para obtener un doctorado en economía política en la Universidad de Indiana. En 1963 trabajó para Cendes, Centro de Desarrollo del Ecuador, y se casó con Anabelle Nebel, una de las más bellas reinas de Guayaquil de los años 50. Al poco tiempo consiguió trabajo en Venezuela donde llegó a desempeñarse con mucho éxito como un alto funcionario financiero del Grupo Volmer, de uno de los tres más importantes grupos económicos de ese país. Regresó al país y el 10 de agosto de 1979 asumió el Ministerio de Finanzas y Crédito Público. En el año de 1980 un grupo de inversionistas de Quito y Guayaquil, entre los que sobresalían Fernando Aspiazu, Sabino Hernández y Pedro Pinto Rubianes, actual diputado de la Democracia Popular, compraron un Banco en formación cuya autorización había sido antes negada por la Superintendencia de Bancos. Dos meses después, los accionistas de Quito recibieron una atractiva propuesta del doctor Aspiazu para la compra de sus acciones, habiendo todos ellos aceptado. El Banco del Progreso abrió sus puertas al público con posterioridad a la venta de las acciones de los accionistas de Quito al doctor Aspiazu". Efectivamente, el Progreso abrió el 15 de Octubre de 1981 en una oficina del
décimo piso del Pasaje Valco, en Nueve de Octubre y Chile, en el centro de Guayaquil. Las primeras ventanillas funcionaron días después en la planta baja del mismo edificio y en abril del 82 ya atendía en la esquina de Primero de Mayo y Pedro Carbo, frente Parque del Centenario. Durante la primera década fue un Banco modesto. Recién en 1992 abrió la primera sucursal en Quito. La política de ofrecer la más alta tasa de interés del mercado lo catapultó a los primeros lugares de la banca nacional. El Banco del Progreso seguía creciendo y abriendo oficinas en varios cantones del Guayas, Azuay, Cañar y El Oro y captando grandes cantidades de sucres y dólares., con un alrededor de 700.000 depositantes. En los círculos culturales el Banco apoyó el lanzamiento de varios libros, exposiciones artísticas y la restauración de museos. En el área de viviendas ha contribuido con el programa Hogar de Cristo en Guayaquil y con la Fundación Mariana de Jesús en Quito. Empresas vinculadas al propietario del Banco: •
Electroecuador Deuda: 29.8 millones de dólares.
Relación: Vinculada. Principal socio es Fernando Aspiazu. Calificación de crédito: B. Considerando las deficiencias de documentación y financieras de la compañía Electroecuador y su bajo margen de rentabilidad. • Costa Trading Deuda:26.6 millones de dólares Calificación de crédito: D. "El cliente presenta retrasos en sus pagos originados por el fuerte endeudamiento a corto plazo. La capacidad económica actual de la compañía y el nivel de resultados no le permiten cubrir sus obligaciones, y adicionalmente las garantías no cubren los créditos concedidos. Provisión 90%". • SíTV Deuda: 16.1 millones de dólares Calificación de crédito: C.
"Considerando que la capacidad económica actual de la compañía y su nivel de ingresos y resultados no le permite cubrir sus obligaciones y que las garantías no cubren los créditos concedidos, debe hacerse una provisión de 40%". ANTECEDENTES El Banco del Progreso tenía en sus bóvedas un quinto de los depósitos del sistema bancario ecuatoriano. Sus 720 mil depositantes habían sido atraídos porque el Banco pagó –en promedio- 3.2% más, que el interés del resto del sistema. No obstante, esta gigantesca caja de ahorro sirvió principalmente para financiar empresas vinculadas al propietario del Banco. De 821 millones de dólares de la cartera total, las empresas de Aspiazu recibieron 550 millones de dólares. La ley permitía que un Banco preste hasta el 15% de su patrimonio técnico a empresas vinculadas. Para el Progreso ese límite era 60 millones de dólares. Aspiazu justificó la iliquidez del banco por el retiro de 500 mil millones de sucres, por parte de las instituciones del sector público y 750 mil millones por rumores de incautación de divisas y flotación cambiaria.
Un grave problema de liquidez registrado en 1998 en el Banco del Progreso desató una crisis general del sistema financiero ecuatoriano, que se extendió hasta 1999, cuando el Estado intervino una veintena de bancos privados. El problema financiero del banco reflotó la necesidad de una profunda reestructuración de la banca, que ha sido pedida por analistas locales y el Fondo Monetario Internacional. La Junta Bancaria colocara al Banco del Progreso bajo un proceso de restructuración, los funcionarios de la entidad han logrado capitalizar 395 mil millones de sucres: casi una tercera parte de la cifra (un billón y medio de sucres) que se calcula necesitará para cumplir con una de las exigencias de su reapertura. En la valorización del Progreso S.A., Deloitte también determinó ajustes por 421 millones de dólares. Los ajustes mayores están relacionados a malos créditos: 365 millones por mala cartera; 35 millones por intereses que el Banco dejará de recibir porque son de créditos incobrables; 11.5 millones por falsas utilidades cambiarias y 9.5 millones en otros ajustes. Informes de la Superintendencia de Bancos indican severas observaciones en los años 97 y 98. La evaluación del Banco Central es también negativa en 1998, donde es calificado como regular (C) en solvencia, rentabilidad y istración, empeorando a deficiente (D) a comienzos de 1999. El banco suspenderá todas sus actividades y está autorizado, únicamente, para cobrar operaciones de cartera y atender retiros de depósitos de sus cuentas ahorristas, en base de las disposiciones del decreto 6685, mediante el cual se congelaron parcialmente los depósitos bancarios.
OPIÑION PERSONAL Desde mi punto de vista el presidente del Banco Progreso debió realizar un análisis exhaustivo de las tasas de interés, ya que no debía pagar intereses altos por atraer nuevos clientes, además el Banco debía aplicar las tasas de interés de acuerdo al margen que estable el Banco Central del Ecuador.