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EL LENGUAJE Y EL HOMBRE

Para establecer la relación existente que hay entre el lenguaje y el hombre es necesario conocer que es lenguaje y comprender su origen. No obstante esta formulación ha permanecido desde distintas épocas, a través de pensadores, filósofos y académicos; originando un sinfín de explicaciones. El hombre es considerado como un ser social, que se encuentra en un entorno social y que en ese mismo entorno logra comprender su condición de ser humano. Con el simple hecho de pertenecer a la sociedad de los humanos, se aprenden las acciones que en ella se ven. El lenguaje está inmerso en el hombre y esto abarca un amplio contexto, pues al preguntar por el hombre se necesita indagar sobre el lenguaje. Sin embargo una de las dificultades de pensar en el lenguaje es que hay que usar el lenguaje para pensarlo (Havelock, 1986:61). Esta aporía indica que el único camino para pensar el lenguaje como un objeto de estudio, es a través del mismo, o sea que el lenguaje es sujeto y objeto al mismo tiempo. Asi mismo, el lenguaje es el medio que hace posible la formulación de preguntas y respuestas tal como lo expresa Briceño en El origen del lenguaje, argumentando además, que el lenguaje es el lugar de lo humano, en el vivimos, nos movemos y somos. El lenguaje es nuestra peculiar forma de ser humanos y estar en el hacer humano, siendo también nuestro punto de partida, nuestro instrumento cognoscitivo, y nuestro problema. A partir de esto, el alemán Heidegger refiere al lenguaje como la morada del ser, lo cual argumenta que la existencia del ser humano no es viable ni posible sin el lenguaje, porque es a través de él que logramos ser humanos, es decir que el lenguaje nos permite expresar la naturaleza que nos constituye, siendo el totalizador del ser en el mundo pues sin él desaparece el medio de “estar-en-el-mundo”, de estar siendo el mundo y que éste se refleje en él. Es el lenguaje el que emerge del articular entre la existencia humana y el mundo, siendo expresada por el hombre en discursos, es entonces, el lenguaje la exteriorización del discurso y necesariamente lo precede el acto de pensar o razonar. De este modo, según Heidegger, resulta imposible concebir el lenguaje separado del ser, porque el lenguaje hace parte de la condición humana. En otras palabras, el lenguaje es la

morada del ser que obtenemos, el lenguaje somos todos viviendo con seres humanos y esta inherente en cada uno, siendo el mediador que permite conocer la existencia y el mundo. Por tal razón el lenguaje no puede ser estudiado como un objeto o fenómeno que esta fuera del hombre. Roland Barthes expone en su libro El susurro del lenguaje, que el “lenguaje no puede ser considerado como un simple instrumento del pensamiento”, mas que todo es instrumento mediador que “enseña cómo definir al hombre”, además de permitir que el hombre pueda entender quien es e indagar acerca de su origen. Así mismo, Rafael Echeverría alega en la ontología del lenguaje, que este no es únicamente instrumento para nombrar y describir cosas, es mucho mas, es a través del lenguaje que se puede interpretar la esencia del ser y lo que significa ser humano. No obstante, en este exhausto camino en el que el lenguaje ha enseñado al hombre a encontrarse a sí mismo, ha desatado una tensión filosófica y con ello avalanchas de preguntas por resolver; siendo una de las más interesantes ¿Quién fue primero: el hombre o el lenguaje? Pero aun así, resulta muy complejo tratar de comprender el orden prioritario entre el lenguaje y el hombre, ya que se tienen posiciones contradictorias acerca de esto, debido a que algunos hombres se han empeñado en creer las postulaciones con base en la religión para deducir cual fue primero; sin embargo, para ser realistas, se puede considerar que tanto el lenguaje como el hombre han pasado por un largo proceso evolutivo. “ y es que al preguntarse acerca de los orígenes del lenguaje necesariamente obliga a indagar acerca del hombre mismo, pues nada hay en el mundo fuera del mundo del hombre, una cosa lleva a la otra”(Trillos Juan,2011:37)