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¿Qué se comía en 1810?

Los rioplatenses siempre fuimos de buen comer. Incluso en la época colonial se dedicaba mucho tiempo y esfuerzo al arte culinario. Dónde celebrar la fiesta patria con buena comida Comidas típicas para el 9 de Julio: la patria sobre la mesa

El 9 de Julio es una ocasión perfecta para degustar platos tradicionales argentinos. Te contamos dónde se realizan los mejores festejos y qué lugares visitar. La Independencia argentina fuera declarada el 9 de julio de 1816. Hace exactamente 195 años. Y cuando Francisco de Laprida tuvo el privilegio de preguntar a los congresales "¿Queréis que las provincias de la unión sean una nación libre e independiente de los reyes de España?”, nunca imaginó que en el año 2011, seguiríamos comiendo locro y pastelitos para celebrar ese momento histórico. Este día soleado, en Tucumán se produjo la concreción de la afirmación y definición formal de la existencia de la Argentina como nación latinoamericana, algo que había comenzado en mayo de 1810 cuando se expresó la intención de transformar la región en un una nación libre. Pero, ¿qué se comía en la época? ¿A dónde podemos darle a nuestro paladar la posibilidad de sentir lo que hombres y mujeres de esos días sentían cuando cocinaban y comían? La lista es larga, así que vamos porción a porción (como diría Mostaza) y buscando una galera que lucir porque se vienen días de festejo. Más allá de la carne asada que seguramente muchos van a disfrutar (la frase de Martín Fierro “todo bicho que camina va a parar al asador” es fiel reflejo de nuestras costumbres)

Los argentinos nos caracterizamos por darle mucha importancia al estómago. La buena comida es uno de los requisitos básicos de lo que consideramos "una vida ideal". Y es por esto que no resulta nada raro el hecho de que, a principios del siglo XIX, los criollos opinaran lo mismo. Mientras los patriotas discutían la necesidad de establecer

autoridades nacionales que respondiesen a Fernando VII, desplazado del reinado de España por el francés Luis Bonaparte, la gente en las calles continuaba con su vida cotidiana, y esto también incluye los platos que normalmente consumían.

Estamos en vísperas de un nuevo aniversario de la independencia, acontecimiento con el que un grupo de hombres marcó el inicio de lo que hoy es nuestra querida Argentina. Tuve curiosidad por conocer con que se alimentaban por aquellos años y esto es lo que encontré relacionado al tema. Las comidas de los criollos de la época eran la sopa de arroz y la de fideos, el puchero, diversos guisos, las albóndigas, el estofado y los zapallitos rellenos. Pero es el asado, el plato típico por excelencia, en su momento vinculado con la vida de campo y el intenso desarrollo de la ganadería bovina. Nació como un hábito gauchesco pero hoy esta en todas las mesas argentinas. Según la zona del país se utiliza la carne de vaca, la ovina o caprina, aunque también se asan aves y animales silvestres de distinto tipo. Después del asado las empanadas son el plato típico argentino. Generalmente hecha a base de carne, su receta se modifica según las distintas regiones del país. Casi todas las provincias tienen una formula propia para elaborar las empanadas, con algunas variantes (mas o menos jugosa, mas o menos picante, horneada en horno común, de barro o frita), que las hace distintas de las demás. El locro y la carbonada son otras comidas típicas de la época colonial. El pan casero o con chicharrones, las tortas fritas y los pastelitos de dulce suelen acompañar el mate, principalmente de las zonas rurales. Los criollos también gustaban de las cosas dulces: los bocadillos de papa o batata, la cuajada, las frutas, la natilla (plato de origen español a base de huevos, leche y azúcar), el arroz con leche, los alfajores, las masitas y la famosa mazamorra, que vendedores ambulantes solían ofrecer por las calles. La mazamorra, popular en casi toda Latinoamérica, es un plato típico con raíces indígenas, muy consumida en la época colonial; pero con la inmigración europea fue desplazada por otros platos. Como ya les he comentado, mi infancia se desarrolló en el campo y esta es una de las recetas que me trae nostalgias de aquellos días. Recuerdo que esperábamos que nos hicieran la mazamorra, le agregábamos leche de

campo y la comíamos con tanto gusto. Pasaron los años y cuando mis hijos eran chicos yo se las hacía. Les gustaba bien fría, porque queda espesa y le ponía ralladura de limón en el momento que la servía. Aquí les doy la forma como la hacían cuando yo era chica.

Ingredientes 

250 g de maíz blanco

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2 litros de agua

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150 g de azúcar

Preparación 1. En un recipiente (yo usé una olla de acero) colocamos el agua junto con el maíz. Esto lo podemos hacer el día anterior para que luego lleve menos tiempo de cocción. 2. Antes de poner al fuego agregamos el azúcar y dejamos hervir hasta que el maíz esté blando. Hay quienes hacen la mitad de agua y la otra mitad de leche, otros echan algunas gotas de esencia o chaucha de vainilla.

Chipá Colocar medio kilo de almidón de mandioca en un bol haciendo un hueco en el medio, en él colocar 250 gramos de queso criollo cortado en trocitos, 100 gramos de grasa derretida y dos huevos. Unir todo con la yema de los dedos, deshaciendo al mismo tiempo el queso. Una vez bien mezclados estos ingredientes, agregar dos tazas de leche con sal, poco a poco, formando la masa. Amasar con la yema de los dedos, formar los chipás del tamaño que se desee. Lo ideal es que las bolitas sean de 30 gramos (el tamaño de una pelota de ping pong). Cocinar al horno en una fuente engrasada. Mazamorra Se trata de una comida criolla compuesta de harina de maíz o simplemente maíz partido, con azúcar y miel, a veces mezclada con leche. En Corrientes y Misiones la llaman Caguiyí. Para preparar la mazamorra dejar en remojo el maíz pisado blanco cubierto con abundante agua durante toda la noche. A la mañana siguiente, cambiar el agua y poner a hervir. Cuando rompe el hervor, escurrir el maíz del remojo y echarlo en otra cacerola

para continuar su cocción removiendo con una cuchara de madera para que los granos vayan soltando el almidón que contienen y el agua comience a espesar y tomar color lechoso. Agregar una cucharada de bicarbonato y dejarlo hervir hasta que se espese más y los granos estén tiernos. Retirar del fuego y distribuir en tazones. Al enfriarse quedará como una especie de gelatina más o menos densa, que se sirve agregándole leche fría o caliente y abundante miel o azúcar. Generalmente se sirve como desayuno o postre.