Vladimir Acosta 6n725

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA. FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN. ESCUELA DE HISTORIA. Cátedra: Historiografía de Venezuela. Prof. Juan Carlos Reyes. Br. Humberto Nieto

El marxismo en la obra de Vladimir Acosta: Reformas liberales y acumulación de capital en América Latina: Colombia y Venezuela.

El estudio histórico del siglo XIX fue indudablemente atrasado, sus aportes para la comprensión de la sociedad, en el pasado y en el presente fueron de poca utilidad, y más aún en un siglo de grandes cambios en todos los ámbitos del ser humano. Debido a esta necesidad de comprender a la sociedad cambiante, algunos historiadores, sobre todo luego de la revolución Rusa de 1917, tomaron los preceptos de Karl Marx como su bandera. La teoría marxista, al igual que el positivismo, es producto de los cambios ocurridos luego de la revolución industrial, consideraba necesario estudiar cómo se había llegado al capitalismo para entenderlo y estudiarlo mejor, y así posteriormente desaparecerlo. Este estudio llevaba necesariamente un análisis histórico de las condiciones pre-capitalistas., por lo tanto al contrario del positivismo, le otorgaba un gran valor a la disciplina histórica. Para analizar las aportaciones que la teoría de Marx le dio a la historia, tomaremos los preceptos de Eric Hobsbawm, quien separa al pensamiento de Marx, del pensamiento de los marxistas, lo que él denomina el “marxismo Vulgar”. Este marxismo vulgar, es lo que surgió luego de muchos procesos de entendimiento (mal entendido según Hobsbawm) por parte de historiadores de las teorías marxistas de la historia, los principales preceptos de este pensamiento son: 1. En primer lugar; la interpretación económica de la historia, es decir la creencia de que el factor económico es fundamental en todos los procesos históricos.

2. Luego tenemos el modelo teórico de “base y superestructura”, la cual este marxismo vulgar, la utiliza de forma muy generalizada, como una simple relación de dominio y dependencia. 3. El interés y la lucha de clases, es quizás uno de los eslabones más polémicos, Hobsbawm ridiculiza este precepto diciendo: “Uno tiene la impresión de que varios historiadores marxistas vulgares no leyeron mucho más allá de la primera página del Manifiesto comunista, y la frase de que .”1 4. “Las leyes históricas y la inevitabilidad histórica”. Marx insistía en el progreso sistemático y necesario de la sociedad humana en la historia, en esta evolución se excluía lo circunstancial y lo particular. Esto degeneró en una línea rígida en el progreso de la historia para Marx, como por ejemplo en la sucesión exacta y obligatoria de las formaciones socioeconómicas. Los otros temas del marxismo vulgar que nos da Hobsbawm se pueden condensar en el estudio de temas históricos generados por el interés de Marx o de la teoría marxista. Por ejemplo, es una tendencia relacionar a la escuela de los annales con el marxismo por sus aportes en la historia social y la historia socioeconómica. Varios de estos temas marxistas vulgares, sirvieron como parte fundamental para derribar la estructura de la historiografía tradicional de los siglos XIX y XX. Según Hobsbawm, este marxismo vulgar le concedió a la historia de una “inmensa fuerza liberadora”, ejemplo de ello son los estudios que concluyeron que: “la reforma misma se atribuye a una causa económica, que la duración de la guerra de los Treinta Años se debió a causas económicas; las Cruzadas, al hambre feudal de tierra; la evolución de la familia, a causas económicas; y que la visión cartesiana de los animales como maquinas puede relacionarse con el crecimiento del sistema de manufacturas.”2 La elección de estos temas por parte del marxismo vulgar también se debió a su propio contexto histórico, eligieron temas que despertaban el interés en su época, como la lucha de clases para los políticos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.). Pero análisis sobre la conciencia de clase y el campesinado, carecieron de interés inmediato, al igual que la obra que más acerca Marx a un historiador El dieciocho brumario. El principal aporte de la teoría marxista de la historia (conocida como materialismo histórico) es sin duda, la teoría de “la base y la superestructura”, es decir, la idea de que la sociedad está compuesta por diferentes esferas que interactúan entre sí, mediante su forma de producción, o incluso si separamos su tipo de interacción (relación de producción). Esta ha sido una teoría más o menos aceptada incluso por los no marxistas. En ese sentido, otra de las grandes aportaciones correspondió el hecho de que en toda sociedad existen tensiones internas, llamadas por Marx “contradicciones”, que ejercen presión al sistema social establecido hasta el punto de debilitarlo. Gracias a estas 1

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Hobsbawm, Eric. Sobre la historia. Barcelona: Critica, 1998, p. 152. Ibídem, p 153.

peculiaridades es que resulta tan importante en su teoría la disciplina de la historia “…pues son ellas las que le permiten explicar –a diferencia de otros modelos estructurales-funcionales de la sociedad- por qué y cómo las sociedades cambian y se transforman: dicho de otro modo, los hechos de la evolución social.”3 Estos análisis sobre el marxismo, responden a la necesidad de desligarse del dogmatismo que la escuela soviética había establecido. Para ello, a partir de la historiografía marxista británica, comandada por E. P. Thompson, Christopher Hill, y el propio Eric Hobsbawm, establecerán un nuevo paradigma entre esta historiografía. A Vladimir Acosta lo podemos catalogar como un marxista menos ortodoxo, ya que, aunque utiliza categorías del materialismo dialéctico también recibe influencia de la escuela de los annales y Fernand Braudel. Esto lo podemos observar en la introducción a su libro, donde menciona que estudiara: “…la comprensión de la historia latinoamericana como un largo proceso, estructuralmente complejo y heterogéneo, lo que permite aprehenderlo dentro de una doble perspectiva de totalidad y de larga duración.”4 El uso de este conjunto de Historiografías, permiten que el tema a estudiar por el autor, presente novedades para el estudio del siglo XIX venezolano. La combinación del marxismo, con la escuela de los anales, será fundamental para los estudios históricos en América Latina, donde es más palpable esta combinación. En nuestro capítulo correspondiente, nuestro autor primeramente realiza una pequeña comparación entre el contexto colombiano y venezolano en el marco de las reformas liberales del siglo XIX. Llegando a la conclusión, que si bien el proceso venezolano pasó por una serie de guerras civiles, este proceso de reformas liberales impulsadas por el Estado para su fortalecimiento, no tuvo tanta oposición por parte de los grupos conservadores, como en el caso de Colombia. “El camino seguido por Venezuela, que estudiaremos de seguidas, es bastante diferente; y las reformas liberales, menos radicales, fueron también menos conflictivas, más continuas y bastante más duraderas.”5 Nuestro autor considera, que la clase dominante venezolana era más heterogénea que la colombiana, ya que los conservadores, eran mucho más dinámicos en cuanto a ideas liberales que los colombianos. El problema de este análisis, no es su interpretación de los hechos o de las ideas de estos grupos sociales. Sino de la denominación histórica que se le ha hecho, a los llamados conservadores y liberales del siglo XIX venezolano. La cual es obra expresa de José Gil Fortoul. La línea o categoría que divide a estos dos grupos en realidad es corta, puesto que ambos grupos pueden considerarse como liberales. Ejemplo de ello es que esta elite, estaba de acuerdo en temas fundamentales del liberalismo de la época, como lo era el fortalecimiento del Estado Nacional Moderno, su separación con la iglesia, las libertades económicas y de la propiedad privada. Este intento de diferenciación, ha hecho que se tomen estos dos grupos como una clásica diferenciación entre liberales y conservadores, cuando en realidad eran grupos enfrentados por acceder al poder político. 3

Ibídem, p. 155. Vladimir Acosta, reformas liberales y acumulación originaria en América Latina: Colombia y Venezuela. Caracas, Faces UCV, 1989, p. 9. 5 Ibídem, p. 358. 4

A pesar de este error, el análisis que nos aporta Vladimir Acosta, es esencial para el estudio de las clases dominantes de esta época, y de los intentos por formar un Estado Nación dominante en el país. Para estudiar a fondo las reformas liberales en Venezuela, nuestro autor toma dos períodos fundamentales, las reformas anteriores a Guzmán Blanco y los realizados por el mismo. Es decir, Guzmán Blanco es parte fundamental (para el Autor) del fortalecimiento del Estado liberal venezolano, aunque es Gómez "(…) quien culmina, en forma demasiado autoritaria hasta para los liberales, la modernización básica del Estado y la unificación del conjunto del país, (…)”6

Primeramente, Acosta estudia las reformas surgidas luego de la separación de la Unión colombiana en 1830, con Páez a la cabeza. Es de vital importancia para nuestro autor, como Páez se va a aliar con los sectores económicos más dinámicos de la época como lo eran los prestamistas y comerciantes. Esta unión, ocasionó que el Estado estuviera más ligado con los intereses de estas clases económicas. Esto hizo, que desde el gobierno se impulsarán reformas al antiguo régimen colonial, con miras a la modernización del Estado, como por ejemplo la separación del Estado y la iglesia. Este punto menciona el autor, fue uno de los más álgidos y difíciles de superar en Colombia, pero en Venezuela, la iglesia católica no estaba tan arraigada y no tenía el mismo poder de convocatoria que en el país vecino. Otro punto importante para Acosta, son una serie de reformas económicas impulsadas, por teóricos Venezolanos como Santos Michelena, quien era afín con las teorías del liberalismo manchesteriano, cuyos fundamentos se pueden resumir en la frase laissez faire, laissez er (dejar hacer dejar pasar). Esta teoría liberal, fue impulsada también desde la llamada sociedad de amigos del país, desde allí se promovieron las leyes de espera y quita y de libertad de contratos, la cual según nuestro autor llevo a la usura y a que los prestamistas y comerciantes se fueran haciendo con más tierras, lo cual produjo la creación de una oposición, con el partido liberal. Así pues, el intento de modernización del Estado, se verá frenado por las limitaciones "dadas las bases económicas, sociales y políticas en que se fundaba ese poder. El Estado, (…), seguía siendo un aparato istrativo pobre y tradicional, corroído por mecanismos ineficaces y teñido del mismo paternalismo colonial y oligárquico, que caracterizaba toda la vida política y social de la nación.”7

Ante este surge, "la oligarquía liberal" de los Monagas, aquí observamos como el autor repite el error de la periodización de Gil Fortoul. Aunque Acosta, afirma que este período de gobierno, se intentó dejar de lado ese liberalismo ortodoxo, para seguir un camino menos rígido, se deroga la ley de espera y quita, se intenta una modernización no sólo del Estado, sino también del país, atrayendo capital extranjero, construyendo caminos e impulsando industrias, etc. Pero estos intentos fueron "limitados e ineficaces". En este período, para nuestro autor cobra importancia, la eliminación del régimen censitario, el impulso a algunos proyectos de adjudicación de tierras a pequeños 6 7

Ibídem, p. 341 Ibídem, p. 544.

productores y en cuanto, al tema de la abolición de la esclavitud, nuestro autor considera que fue utilizado más como un arma política para evitar que la oposición tomará este asunto como su bandera. Así pues, Acosta continúa con su análisis de las reformas liberales en Venezuela, con su estudio sobre el gobierno de Antonio Guzmán Blanco. Donde nuestro autor considera que la élite se ha unificado en un solo bloque alrededor de Guzmán. Aunque, el conservadurismo como agente político desaparece, "muchos de sus proyectos de progreso económico y modernización estatal son retomados y dinamizados por el liberalismo activo, pragmático y autoritario que encarna Guzmán Blanco.”8

En este punto Acosta realiza un excelente análisis de las reformas impulsadas por el Gobierno de Guzmán Blanco. Pero nos centraremos en estudiar, las conexiones entre el contexto del autor y el momento histórico al cual alude. Primeramente, nos refiere a que la Constitución de 1864 fue el arma ideológica y política de los victoriosos en la guerra federal, esto se puede comparar, en como el puntofijismo utilizo la constitución de 1961 y el llamado poder constituyente como arma ideológica y política. “(…) llegando a ser de hecho ese texto constitucional el verdadero patrón legal al que se han condicionado las luchas políticas de la Venezuela ulterior a la Guerra Federal, aun durante el curso de este siglo, ya que usualmente esas luchas raramente han ido más allá de los temas de corte democrático-burgués avanzado contenidos en aquel texto.”9 A mi entender esta comparación es un error histórico, no por su contenido y finalidad, que fueron las mismas, calmar las luchas de reivindicaciones sociales y políticas luego de la guerra federal y la caída de Pérez Jiménez, respectivamente. Sino, debido a que en la época de Guzmán Blanco, no existía una democracia plena, eran regímenes autoritarios en donde el Estado se estaba afianzando como agente dominante, primero frente a las élites y luego, con la democracia, frente al pueblo. Universalmente, es a principios del siglo XX, cuando los países comienzan a instaurar la democracia y a dejar de lado los intereses de una sola clase, para también otorgarle reivindicaciones sociales a las clases trabajadoras. Ejemplo de ello, sería el New Deal en el Estados Unidos de América de Roosevelt. Vladimir Acosta, no toma esta hipótesis de trabajo por mera casualidad, es de vital importancia para él, estudiar las reformas liberales del siglo XIX, debido a la crisis que estaba atravesando el país. Para lo cual, desde el gobierno se buscan una serie de reformas integrales del Estado venezolano. Para tales fines, se llaman a los intelectuales del país para conformar, una Comisión Presidencial Para la Reforma del Estado (COPRE) en 1984. Esta comisión, "hizo propuestas que al implicar cambios significativos en la estructura del poder constituido, no sólo concitaron la más cerrada oposición del bipartidismo a tales reformas, sino que condenaron a la COPRE a la más completa inoperancia e inutilidad..."10

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Ibídem, 348. Ibídem, pp. 349-350. 10 Oscar Battaglini, ascenso y caída del puntofijismo. Caracas, Editorial Galac, 2011, pp. 169-170. 9

Luego de estos llamados a reformas profundas en las estructuras del Estado, las cuales fueron rechazadas, los gobiernos del Lusinchi y posteriormente Carlos Andrés Pérez, promoverán proyectos o ajustes neoliberales, que condenaron al país, a uno crisis interna que conllevó a la explosión social de 1989.

Bibliografía 

Acosta, Vladimir. Reformas liberales y acumulación originaria en América Latina: Colombia y Venezuela. Caracas, Faces UCV, 1989.

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Carrera Damas, German. Historiografía marxista venezolana y otro temas. Caracas, UCV, 1967.

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Hobsbawm, Eric. Sobre la historia. Barcelona: Critica, 1998.

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Oscar Battaglini, ascenso y caída del puntofijismo. Caracas, Editorial Galac, 2011.

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Zoraida Vázquez, Josefina. Historia de la historiografía. México D.F, ediciones Ateneo, 1978.