Tus Deseos Son Ordenes 7343r

Tus deseos son ordenes.. Esta frase nos hace pensar en los cuentos de hadas donde los genios le concedían deseos a su amo, cuando este pedía su deseo el genio respondía: “Tus deseos son órdenes”. Pues esta frase no solo funciona en los cuentos de hadas, todo lo que deseamos desde el corazón y le ponemos nuestra atención se hace realidad, ¿Por qué? Porque la energía que se produce al generar el deseo en nuestro pensamiento con sentimiento, atrae energía de la misma vibración y de esta manera ese deseo invisible se hace visible y se manifiesta eso que hemos estado deseando. La velocidad con que esto ocurre va a depender de la forma en que lo pedimos, hay que dejar fluir el deseo sin permitir que nuestra mente empiece a dudar, con la completa seguridad de que se hará realidad en el momento más adecuado, que será cuando la energía del deseo tenga la vibración donde puede ser manifestado. La duda no ayuda porque es energía vibrando en el sentido opuesto a nuestro deseo y por ello contrarresta la energía generada al emitir nuestro deseo, quitándole fuerzas al mismo retrasando o impidiendo que se manifieste. Otra cosa que retrasa la manifestación es emitir otros deseos opuestos al deseo original, es decir no estamos emitiendo claramente lo que queremos, igualmente como la duda, esto genera energía que contrarresta la energía vibrante que se encarga de manifestar nuestro deseo. Otro caso es cuando emitimos deseos que de alguna manera perjudican a otros seres de nuestro entorno (hay que tener en cuenta que nuestro entorno lo queramos o no es todo el Universo), no hay armonía perfecta en estos deseos, un deseo egoísta o emitir deseos mientras que al mismo tiempo estamos proyectando otro tipo de energía en nuestra vida normal, por ejemplo, criticando a los demás, comportándote de manera no amable con otras personas, ofendiendo a otras personas de pensamiento o palabra aunque esa persona no esté presente, todo este tipo de comportamiento vibra en otro plano que le quita energía a nuestro deseo, debilitándolo retrasando su manifestación.

En otras palabras el deseo debe mantener su vibración para poder tener la fuerza necesaria para poder atraer a la manifestación aquello que deseamos, y dejar que esa energía vibrante se manifieste en el tiempo adecuado, y que se cumpla la frase bíblica “Todo lo que se desea bajo el sol tiene su tiempo y hora”.