REQUISITOS BIBLICOS PARA EL LIDERAZGO ESPIRITUAL APROBADO POR DIOS
El carácter y la eficacia de cualquier iglesia tienen que ver directamente con la calidad de su liderazgo. Esa es la razón por la que la Biblia recalca la importancia de un liderazgo de iglesia acreditado y nos proporciona las directrices específicas para evaluar a los que quieren servir en esas posiciones sagradas. Fallar en adherirse a esas directrices ha causado muchos de los problemas que las iglesias enfrentan en la actualidad en todo el mundo. Es significativo que en su descripción de los requisitos para los ancianos, Pablo se enfoca más bien en el carácter que en las funciones. Un hombre es aprobado por lo que es, no por lo que hace. Si peca y de esa forma mancha su carácter, queda sujeto a la disciplina enfrente de toda la congregación (1 Ti. 5:20). La iglesia debe proteger cuidadosamente esa sagrada función. Los requisitos espirituales para el liderazgo no son negociables. Estoy convencido de que son parte de lo que determina si un hombre es de verdad llamado por Dios al ministerio. Los eruditos de la Biblia y los seminarios pueden ayudar a capacitar a un hombre para el ministerio, y los concilios de las iglesias y los comités de púlpito pueden ofrecerle oportunidades para servir, pero solo Dios puede llamar a un hombre y hacerle idóneo para el ministerio. El llamamiento al ministerio no es una cuestión de analizar nuestros talentos y entonces elegir la carrera que mejor encaja con ellos. Es un impulso generado por el Espíritu Santo para ser un hombre de Dios y servirle a Él en la iglesia. Los que Dios llama van a cumplir con los requisitos. ¿Por qué son tan elevados los requisitos? Porque tal como sean los líderes, tal llegará a ser el pueblo. Como Oseas dijo: "Y será el pueblo como el sacerdote" (4:9). Jesús dijo: "El discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro" (Lc. 6:40). La historia bíblica demuestra que los creyentes pocas veces superarán el nivel espiritual de sus
líderes. Primera Timoteo 3 establece cuidadosamente los requisitos espirituales para los hombres en posiciones de liderazgo. Pablo habla específicamente de los requisitos de los ancianos en los versículos que vamos a examinar (Vv. 1-7), pero notemos que las únicas diferencias significativas entre los requisitos de los ancianos y de los diáconos es que el anciano debe tener la habilidad de enseñar (. vv. 1-7 y 8-13). Pablo empieza afirmando que el hombre que desea ser obispo aspira a una buena obra (v. 1). Pero nadie debiera ser puesto en una posición de liderazgo basado solo en deseos. La iglesia tiene la responsabilidad de afirmar si el hombre es apto para el ministerio midiéndole con el nivel establecido por Dios en los versículos 2-7. "Irreprensible": Es un hombre de carácter incuestionable Pablo empieza diciendo: "Pero es necesario que el obispo [o anciano] sea irreprensible" (v. 2). La palabra griega que traducimos como "es necesario" indica una absoluta necesidad: Ser irreprochables es obligatorio para los sobreveedores. Es un requerimiento fundamental y universal. De hecho, los otros requisitos mencionados por Pablo en los versículos 2-7 definen e ilustran lo que significa "irreprensible". El texto griego indica que se está refiriendo a un estado presente de irreprochabilidad. No se refiere a pecados que el hombre cometiera antes de madurar como cristiano, a menos que esos pecados permanezcan como una plaga en su vida. (En ese sentido nadie es impecable.) La idea es que él ha mantenido una reputación de irreprochabilidad. Irreprensible" (v. 2) significa que "no hay base para detenerlo". Un hombre irreprensible no se le puede echar mano como si fuera un delincuente que necesita ser detenido por sus acciones. No hay nada de que acusarle. Es irreprochable. La vida de un líder de la iglesia no puede estar ensuciada por el pecado, ya sea una actitud, hábito o incidente. Eso no quiere decir que tenga que ser perfecto, pero no debe haber ningún defecto obvio en su carácter. Debe ser un modelo de piedad de manera que pueda legítimamente invitar a su congregación para que siga su ejemplo (Fil. 3:17). Los creyentes tienen que tener la seguridad de que el líder no los va a llevar al pecado. Los líderes espirituales deben ser irreprensibles porque ellos establecen el ejemplo para que la congregación lo siga. Esa es una demanda alta, pero no es una ley para unos y otra para otros. Puesto que los creyentes son responsables de seguir el ejemplo de los líderes piadosos (He. 13: 7, 17), Dios también espera de ellos irreprochabilidad. La diferencia está en que ciertos pecados pueden descalificar a los líderes de iglesia de por vida, mientras que eso no es exactamente así para otras funciones menos
prominentes en la iglesia. No obstante, Dios espera que todos los creyentes sean santos, irreprensibles (. Ef. 1:4; 5:27; Fil. 1:10; 2:15; Col. 1:22; 2 P. 3:14; Jud. 24). Un líder de iglesia queda descalificado cuando hay una situación en su vida que les comunica a otros que uno puede vivir en pecado y no obstante, ser todavía un líder espiritual. Siempre hay personas maliciosas que andan buscando la manera de desacreditar la reputación de Cristo y de su iglesia. Un líder pecaminoso les ayuda mucho a mantener esa actitud, pues les da una buena oportunidad para justificar su incredulidad. No es una coincidencia que muchos pastores caen en el pecado y se descalifican a sí mismos para el ministerio. Satanás trabaja sin descanso para socavar la integridad de los líderes espirituales porque cuando lo logra destruye sus ministerios y deshonra a Cristo, Por tanto, los líderes espirituales deben proteger sus pensamientos y acciones cuidadosamente, y las congregaciones deben orar con fervor por la fortaleza de sus líderes. Creo que el diablo ataca a los líderes espirituales con tentaciones más severas que las que experimentan los demás cristianos. Es comprensible que los que dirigen los ejércitos de la verdad y de la luz en contra del reino de las tinieblas experimentarán la oposición más fuerte de parte del enemigo. Un pastor manchado es como el cristal sucio de una ventana: Un símbolo religioso que no permite que pase la luz. Esa es la razón por la que el requisito inicial para el liderazgo espiritual es irreprochabilidad. El autor puritano Richard Baxter escribió: Tengan cuidado de sí mismos, para que no caigan en los pecados contra los cuales predican en otros, a fin de que no sean culpable de lo que condena a diario en los demás. ¿Van a dedicar su vida a alabar a Dios, y cuando lo han hecho, ¿lo van a deshonrar tanto como los demás? ¿Van a proclamar el poder soberano de Cristo, y al mismo tiempo condenarlo, rebelándose contra él? ¿Van a predicar sus leyes y luego quebrantarlas deliberadamente? Si el pecado es malo, ¿por qué viven en él? Si no lo es, ¿por qué tratan de apartar a los hombres de él? Si es peligroso, ¿por qué se atreven a jugar con él? Si no lo es, ¿por qué dicen a los hombres que lo es? Si las amenazas de Dios son ciertas, ¿por qué no las temen ustedes mismos? Si son falsas, ¿por qué molestan innecesariamente a los hombres con ellas, y los atemorizan de esa manera sin razón? Ustedes que han "entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte" (Ro. 1:32); ¿y no obstante las hacen? "Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? Tú que dices que no se ha de adulterar", o emborracharse, o codiciar, ¿haces lo mismo? (Ro. 2:21). "Tú que te jactas
de la ley, ¿con infracción de la ley deshonras a Dios?" ¡Qué! ¿Hablará el mal la misma lengua que predica en contra del mal? ¿Censurarán, murmurarán y calumniará esos labios a su vecino cuando desprecian esas mismas cosas en otros? Tengan cuidado de sí mismos, no sea que menosprecien el pecado y no obstante, no lo venzan en ustedes; a fin de que, cuando buscan eliminarlo en otros, ustedes no se inclinen ante él y se conviertan en su esclavo. "Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció". "¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?" (Ro. 6:16). Oh, hermanos, es mucho más fácil criticar el pecado que vencerlo. (The Reformed Pastor [El pastor reformado] [Carlisle, Pa.: Banner of Truth, 1956], pp. 67-68). Baxter también escribió: Cuando sus mentes están en un estado de ánimo celestial, es muy probable que su pueblo participe de sus frutos. Sus oraciones, alabanzas y doctrina serán dulces y celestiales para ellos. Ellos probablemente sentirán cuándo han estado en comunión con Dios, y aquello que más abunda en su corazón es lo que más quedará en sus oídos... Cuando permito que mi corazón se enfríe, mi predicación es fría; y cuando está confundido, mi predicación es confusa; y puedo a menudo observar en los mejores de mis oyentes, que cuando mi predicación es fría, ellos también se enfrían; y no tardando mucho las oraciones que escucho de ellos son muy frecuentemente como mi propia predicación... Oh hermanos, vigilen, por tanto, sus corazones: Arrojen de él las codicias y pasiones, y las inclinaciones mundanas. Cultiven la vida de la fe, del amor, del celo santo. Dediquen tiempo a estar en casa y a estar con Dios... Tengan cuidado de ustedes mismos, a fin de que su ejemplo no contradiga su doctrina... para que no deshagan con sus vidas lo que dice con sus lenguas; y sean ustedes mismos los más grandes obstáculos para el éxito de sus propias tareas. Una palabra orgullosa, desabrida, imperiosa, una disputa innecesaria puede destruir el efecto de muchos sermones y anular todo lo que ha estado haciendo (pp. 61-63). ¿Cómo se protegen los líderes a sí mismos contra las arremetidas de Satanás? La respuesta es triple: La Escrituras, la oración y el compañerismo. David dijo: "En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti" (Sal. 119:11). Estar en o continuo con la Palabra de vida nos guarda del pecado y nos purifica (. Jn. 15:3). Tristemente, muchos líderes espirituales se permiten el lujo de olvidarse personalmente de la Palabra de Dios. Quizá la naturaleza de su ministerio no les exige estudiar la Palabra cada día, de manera que sus vidas no están en diario o con la verdad que convence y transforma. O quizá se han acomodado en cuanto a su nivel de dedicación a la Palabra de Dios. Si es así, han descuidado el poder que viene del ministerio del
Espíritu de Dios por medio de su Palabra y han creado una seria debilidad en su armadura espiritual. La oración reconoce nuestra dependencia de Dios para la obtención del poder y la victoria espiritual. Es el reconocimiento de que necesitamos ayuda. El compañerismo es asimismo muy importante. En mis batallas espirituales he recibido mucha fortaleza y ánimo de aquellos que me rodean y se ven metidos en las mismas luchas. Al decir que los sobreveedores deben ser irreprensibles, el apóstol Pablo no estaba diciendo que deben ser perfectos, porque de ser así todos estaríamos descalificados. Sin embargo, sí está diciendo claramente que no debe haber ninguna clase de pecado que manche su reputación o haga cuestionable su carácter. Al hablar de los otros requisitos de los sobreveedores, simplemente está expresando los varios aspectos de lo que significa ser irreprensible. "Marido de una sola mujer": Es sexualmente puro "Marido de una sola esposa", como aparece en algunas versiones de la Biblia, no es la mejor traducción según mis estudios del texto griego. Creo que las palabras griegas que han traducido como "esposa" (gunaikos) y "esposo" (anér) quedan mejor traducidas como "mujer" y "hombre". La construcción en el griego hace hincapié en una sola, comunicando así la idea de hombre de una sola mujer. Es apropiado que la fidelidad sexual aparezca lo primero en la lista de requisitos morales de Pablo porque parece ser que esa es el área que con más frecuencia descalifica a un hombre para el ministerio. Es, por tanto, un asunto de muy seria preocupación. Se han propuesto muchas interpretaciones de este requisito. El punto de vista de que el anciano solo puede tener una esposa a la vez ha sido el entendimiento tradicional de la frase "marido de una sola mujer", pero el clima religioso y cultural del tiempo de Pablo hace improbable que él se estuviera refiriendo a la poligamia. Porque ni los judíos ni los romanos tendían a practicarlo. Algunos intérpretes dicen que "marido de una sola mujer" quiere decir que un hombre no puede ser un anciano si se ha vuelto a casar por alguna razón. Pero Pablo no podía estar refiriéndose a unas segundas nupcias porque él ya había indicado claramente que Dios permite el casarse de nuevo cuando el cónyuge fallece (1 Ti. 5:9-15; Ro. 7:2-3; 1 Co. 7:39). Otros dicen que Pablo estaba prohibiendo a los hombres divorciados que sirvieran como ancianos. Pero si Pablo se estaba refiriendo al divorcio, él podía haber clarificado el asunto diciendo: "El anciano debe ser un hombre que nunca se haya divorciado". Pero incluso esa declaración presentaría problemas porque la Biblia enseña que volverse a casar
después del divorcio está dentro de la voluntad de Dios bajo dos circunstancias. Primera, el divorcio está justificado cuando el cónyuge cae con frecuencia en el pecado sexual. Jesús dijo a los líderes religiosos: "También fue dicho [por vuestras tradiciones rabínicas]: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio" (Mt. 5:31). Muchos hombres judíos se divorciaban de sus esposas por razones insignificantes, y el único requerimiento era completar los documentos necesarios. Pero Jesús dijo: "El que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio" (Mt. 5:32). Esto implica que la fornicación proporciona bases legítimas para el divorcio. Creo que la mención de fornicación en este contexto se refiere a la situación extrema de caer en pecado sexual de manera constante e impenitente. Dios en su misericordia permite que la parte inocente quede libre de un cónyuge así de degenerado. Con ello viene la libertad para volver a casarse con un creyente. Bajo la ley del Antiguo Testamento, si uno de los cónyuges cometía adulterio, él o ella podían ser condenados a morir apedreados. Eso le liberaba al otro cónyuge del lazo matrimonial y le permitía volver a casarse. Aunque Dios ya no demanda la muerte de un cónyuge infiel, el pecado de adulterio no es menos serio. ¿Podemos pensar que la misericordia de Dios al perdonar la vida del adúltero o adúltera se debe usar para penalizar a la parte inocente a vivir todo el resto de su vida solo? No lo creo. La gracia que perdona la vida del adúltero también libera a la parte inocente para que se vuelva a casar. Segunda, el divorcio está justificado cuando un cónyuge incrédulo se marcha voluntariamente. En 1 Corintios 7:15 Pablo dice: "Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios". Si un cónyuge incrédulo quiere separarse de su pareja, el creyente queda libre para dejarle marchar. Dios no te pide que vivas en un estado de guerra con un cónyuge así. Algunos dicen que 1 Timoteo 3:2 prohibe que los hombres solteros sirvan como ancianos. Pero esa interpretación queda refutada por el hecho de que Pablo mismo, que era un anciano (1 Ti. 4:14; 2 Ti. 1:6), él mismo era soltero (1 Co. 7:7-9). La frase "hombre de una sola mujer" no se refiere para nada al estado marital. Pablo está presentando los requisitos morales de los líderes espirituales, no indicando cuál debiera ser el estado civil o condición externa del anciano. "Hombre de una sola mujer" habla del carácter de un hombre, del estado de su corazón. Si está casado, debe estar dedicado completamente a su esposa. Ya sea que esté casado o soltero, no debe
ser un donjuán. Lamentablemente, es posible estar casado con una sola esposa y no obstante, no ser un hombre de una sola mujer. Jesús dijo: "Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón". Primera Timoteo 3:2 está diciendo que un hombre casado -o no casado- que desea muchas mujeres no es idóneo para el ministerio. Un anciano debe amar, desear y pensar solo en la esposa que Dios le ha dado. La pureza sexual es un asunto principal en el ministerio. Por esa razón Pablo lo puso a la cabeza de la lista. "Sobrio": No es dado a los excesos La palabra griega que traducimos como "sobrio" (nephalios) significa sin vino o no mezclado con vino. Habla de sobriedad, de lo opuesto a la embriaguez. El vino era una bebida común en los tiempos bíblicos. Debido a que Palestina era una tierra tan caliente y seca, era a menudo necesario consumir una buena can tidad de vino para reponer los fluidos corporales que se perdían por el calor. A fin de evitar la embriaguez, el vino se mezclaba normalmente con bastante cantidad de agua. Aun así, la falta de refrigeración y las propiedades fermentativas del vino hacían que la embriaguez fuera un problema. Aunque el vino podía alegrar el corazón de la persona (Jue. 9:13) y era beneficioso para propósitos medicinales tales como el malestar de estómago (1 Ti. 5:3) y aliviaba el dolor de los moribundos (Pr. 31:6), su abuso era común. Por eso Proverbios 20:1 dice: "El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, y cualquiera que por ellos yerra no es sabio". Proverbios 23:29-35 dice: "¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos? Para los que se detienen mucho en el vino, para los que van buscando la mistura. No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa. Se entra suavemente; mas al fin como serpiente morderá, y como áspid dará dolor. Tus ojos mirarán cosas extrañas, y tu corazón hablará perversidades. Serás como el que yace en medio del mar o como el que está en la punta de un mastelero. Y dirás: Me hirieron, mas no me dolió; me azotaron, mas no lo sentí; cuando despertare, aún lo volveré a buscar". Génesis 9 registra un ejemplo del efecto degradante del vino. Noe plantó una viña, hizo vino y se embriagó. Cuando se encontraba en esa situación, vieron que "estaba descubierto en medio de su tienda" (v. 21). El texto hebreo implica alguna forma de pecado sexual. Su hijo Cam le vio en ese estado y se burló de él. Sus otros dos hijos entraron en la tienda andando de espaldas para no ver la desnudez de su padre porque estaban avergonzados de su pecaminosidad.
A causa de su posición, ejemplo e influencia, ciertos líderes judíos se abstenían del vino. Los sacerdotes no podían entrar en el tabernáculo de Dios si habían bebido vino o sidra (Lv. 10:9). Los reyes también recibieron el consejo de no beber porque el vino podía entorpecer su juicio (Pr. 31:45). El voto de los nazareos, el voto más elevado de dedicación espiritual en el Antiguo Testamento, prohibía que sus participantes bebieran vino (Nm. 6:3). De la misma manera, los líderes espirituales de hoy deben evitar la embriaguez a fin de que puedan pensar y discernir debidamente y ser un ejemplo de un comportamiento controlado por el Espíritu. Es muy probable que el uso de Pablo del término nÉ phulios fuera más allá del sentido literal de evitar la embriaguez al sentido figurado de estar alerta y ser vigilante. Un anciano debe negarse a todo exceso en la vida que disminuya su pensamiento claro y sano juicio. El comentarista William Hendriksen dijo: "Esa persona vive profundamente. Sus placeres no son ante todo los de los sentidos, como los placeres de un borracho, por ejemplo, sino los del alma. Está lleno de fervor moral y espiritual. No es dado a los excesos (en el uso del vino, etc.), sino es moderado, bien equilibrado, calmado, cuidadoso, estable y sano. Esto corresponde a sus hábitos y gustos físicos, morales y mentales" (Exposition of the pastoral Epistles [Exposición de las epístolas pastorales] [Grand Rapids: Baker, 1981, p. 122). La bebida es solo una de las áreas en las que pueden tener lugar los excesos. Se ha dicho que el pecado de los predicadores es comer excesivamente, y a menudo esa es una crítica justa. Pero los líderes espirituales tienen que ser moderados y equilibrados en todas las áreas de la vida. "Prudente": Se disciplina a sí mismo La palabra griega que traducimos como "prudente" (sóphrin) habla de disciplina o dominio propio. Es el resultado de ser moderado (v. 2). El hombre moderado evita los excesos de manera que puede ver las cosas con claridad, y esa claridad de pensamiento lleva a una vida disciplinada y ordenada. Sabe cómo ordenar sus prioridades. Sopliron habla de una persona que es seria acerca de los asuntos espirituales. Un hombre así no tiene la reputación de un payaso. Eso no quiere decir que evita el humor, un buen líder es capa de usar bien el humor y disfrutarlo. Pero tiene que tener apreciación por lo que de verdad importa en la vida. Algunos hombres jóvenes tienen una mentalidad frívola, pero cuanto más sirven a Cristo y observan la vida, tanto más capaces son de ver las cosas con la perspectiva de Dios. A medida que pasa el tiempo, su frivolidad se va templando por su creciente comprensión de la condición perdida del hombre y de la realidad inevitable del infierno. Eso es parte de ser una persona prudente.
Recibí una carta de parte de una señora que nos daba las gracias porque nuestro programa de radio le había ayudado a romper con una adicción y dependencia de diez años a las telenovelas. Había aprendido a estudiar y meditar en la Palabra de Dios más que pasarse cinco horas al día pegada al televisor. Alababa a Dios por su gracia de liberarla de ese hábito. Me regocijé con ella porque había aprendido a fijar su mente en la que de verdad merece la pena pensar. Pablo dijo: "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad" (Fil. 4:8). Esa es la manera de funcionar de una mente ordenada y disciplinada. "Decoroso": Se organiza bien La palabra griega que traducimos como "decoroso" es kosmios. Viene de la raíz kosmos, la cual en su sentido general se refiere a la interacción entre los valores humanos, divinos y satánicos. Un hombre "decoroso" es aquel que aborda todos los aspectos de la vida en una manera ordenada y sistemática. Esta es la clase de persona que cumple diligentemente con sus muchos deberes y responsabilidades. Su mente disciplinada produce acciones disciplinadas: "Decoroso". Lo opuesto de kosmios es caos. Los ancianos no deben tener un estilo de vida caótico. Eso debe ser así porque su trabajo involucra istración, supervisión, programación y el establecimiento de prioridades. El ministerio no es el lugar para un hombre cuya vida es una continua confusión de planes sin cumplir y actividades desorganizadas. A lo largo de los años he visto a hombres que han tenido dificultades en ministrar eficazmente a causa de que no podían organizar sus vidas como correspondía. No se podían concentrar en una tarea o establecer y alcanzar metas de una forma sistemática. Ese desorden descalifica. " Hospedador": Es hospitalario La palabra griega que traducimos como "hospedador" está compuesta de las palabras xenos ("desconocido") y phileJ ("amar" o "mostrar afecto"). Significa amar a los desconocidos. A menudo escucho que tal persona tiene el don de la hospitalidad debido a que es una buena cocinera o porque le gusta recibir la visita de los amigos en su casa. Con todo lo importantes y positivas que son esas virtudes, esos no son ejemplos de hospitalidad. La hospitalidad bíblica es mostrar amabilidad hacia los desconocidos, los
que no son amigos. En Lucas 14:12-14 Jesús dice: "Cuando hagas comida o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos; no sea que ellos a su vez te vuelvan a convidar, y seas recompensado. Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos". Soy consciente que mostrar amor hacia los desconocidos lleva a la vulnerabilidad y puede ser aun peligroso porque alguien puede aprovecharse de su amabilidad. Si bien Dios no le pide que se olvide de la sabiduría y del discernimiento al relacionarse con desconocidos (. Mt. 10:16), sí espera que nosotros los amemos y seamos hospitalarios (Ro. 12:13; He. 13:2; 1 P. 4:9). Cuando pienso en mi responsabilidad de amar a los desconocidos, me acuerdo de que Dios nos recibió en el seno de su familia a nosotros que "estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo" (Ef. 2:12). Puesto que nosotros, los que somos gentiles, hemos sido recibidos por Dios, ¿cómo podemos fallar en recibir a los desconocidos en nuestras casas? Al fin y al cabo, todo lo que tenemos le pertenece a Dios. Nosotros somos solo sus mayordomos. `Apto para enseñar": Tiene habilidad para enseñar La palabra griega traducida como "apto para enseñar" (diduktikon) aparece solo dos veces en el Nuevo Testamento (aquí y en 2 Ti. 2:24). Significa "hábil para enseñar". Es el único requisito mencionado aquí que tiene que ver con la función de un anciano y que le diferencia del diácono. Pablo le recuerda varias veces a Timoteo la prioridad de la enseñanza (1 Ti. 5:17; 2 Ti. 2:2, 15). Los ancianos deben estar especializados en la enseñanza. Deben tener la habilidad de comunicar la Palabra de Dios y la integridad para hacer que su enseñanza sea creíble. El ímpetu más poderoso para una enseñanza eficaz es la credibilidad. Un maestro experto practicará lo que predica. Si usted enseña una cosa y vive otra, se está contradiciendo y socava su enseñanza. Pablo le dijo a Timoteo: "Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes" (1 Ti. 4:12). Él quería que Timoteo fuera un modelo que los demás pudieran seguir, un prototipo de su propia enseñanza. Pablo luego sigue mencionando las áreas de la vida en las que Timoteo debería ser un ejemplo: "En palabra [lo que dices], conducta [lo que haces], amor [lo que sientes], espíritu [lo que piensas], fe [lo que crees] y pureza [lo que te motiva]" (v. 12). Ese comportamiento ejemplar en cada dimensión de la vida es el factor primero y principal para el éxito en la enseñanza.
En 1 Corintios 11:1 Pablo dice: "Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo". Usted no es un maestro experto a menos que pueda invitar a las personas a que le imiten. El Espíritu Santo da el don de enseñar a los que Él llama para enseñar a la iglesia (Ro. 12:7; 1 Co. 12:28; Ef. 4:11). No es una habilidad natural, sino un don del Espíritu que le habilita a uno para enseñar la Palabra de Dios eficazmente. Primera Timote 4:6 describe a un "buen ministro de jesucristo" como alguien "nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina". Aunque Timoteo era esa clase de ministro, Pablo le anima a guardar cuidadosamente la sana doctrina que le había sido enseñada. En 1 Timoteo 6:20 Pablo dice: "Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado". En 2 Timoteo 1:13-14 dice: "Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros". Hablando en general, cuanto más completo es el conocimiento doctrinal del maestro mejor será su enseñanza. Eso no quiere decir que un nuevo cristiano no puede ser un buen maestro, pero sí tendrá que trabajar con diligencia para compensar su falta de conocimiento. La actitud del maestro es tan importante como lo que conoce. Si usted enseña la verdad de Dios con arrogancia, va a socavar lo que dice. Esa es la razón por la que la humildad es tan esencial para enseñar con eficacia. Pablo dijo: "Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen" (2 Ti. 2:24-25). "No dado al vino": No es un bebedor La palabra griega que traducimos como "no dado al vino" (paroinos) significa "uno que bebe". No se refiere a un borracho, pues eso sería una descalificación evidente. De lo que se habla aquí es de la reputación del hombre: ¿Es conocido como un bebedor? Ya hemos visto que la palabra griega que traducimos como "sobrio" (v. 2) se refiere en su sentido literal a la persona que no está embriagada, que practica la temperancia. Paroinos, por el otro lado, se refiere a con quien nos asociamos. Esa persona no frecuenta los bares, las tabernas y cantinas. No se siente cómodo con las escenas ruidosas asociadas con la bebida. Su estilo de vida no es el de un bebedor. "No pendenciero": No es peleón Usted no puede ser un anciano si arregla sus diferencias con otros a puñetazos o de otras formas violentas. La palabra griega que traducimos como "pendenciero" significa "uno que da golpes" o "golpeador". Un anciano no es una persona de temperamento violento o que recurre a
otras violencias físicas innecesarias. Ese requisito está estrechamente relacionado con "no dado al vino" porque esa violencia muchas veces tiene que ver con beber excesivamente. Un líder espiritual debe ser capaz de manejar las circunstancias con mente fría y con espíritu amable. Pablo dijo: "Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso" (2 Ti. 2:24). `Amable": Perdona los fallos humanos Nos hemos saltado "no codicioso de ganancias deshonestas", que aparece en la Reina-Valera 1960 pero no en los mejores manuscritos griegos. Ese requisito es esencialmente igual al de "no avaro" (v. 3), que pronto vamos a estudiar. La palabra griega que aparece traducida como "amable" significa "ser considerado, cordial, paciente, tolerante o amable". Aristóteles dijo que esa virtud habla de la persona que perdona con facilidad los fallos humanos (citado por William Barclay, The Letter to Timothy, Titus and Philemon [Las cartas a Timoteo, Tito y Filemón] [Filadelfia: Westminster, 1975], p. 83 [Este libro está publicado en castellano por Editorial Clie] ). También aparece en 2 Timoteo 2:24: "Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido". En un sentido práctico, ser amable es la habilidad para recordar lo bueno y olvidar lo malo. Consiste en no guardar la lista de las cosas malas que las personas han hecho contra usted (. 1 Co. 13:5). Esa es una virtud importante para un líder espiritual. Conozco a personas que han dejado el ministerio porque no pudieron superar las críticas de alguien o lo que le hicieron. Llevan una lista de quejas que al final les roba el gozo de servir a otros. Disciplínese para no hablar y ni siquiera pensar en las cosas malas que le hayan hecho porque eso no le va a traer ningún beneficio. Solo sirve para abrir las heridas y nublar la mente con el enojo. `Apacible": No es amigo de peleas La palabra griega que traducimos como "apacible" (amachos) es parecida en significado a mé pléktis ("no pendenciero", v. 3). La diferencia está en que esta última se refiere a no ser físicamente violento, mientras que la primera habla de no ser amigo de peleas. En algunas versiones de la Biblia en español se traduce en su forma negativa como "no contencioso". Cuando usted tiene una pluralidad de líderes de iglesia que intentan tomar decisiones, no va a llegar muy lejos si a algunos de ellos les gusta la contienda. Por esa razón Pablo dice: "Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos" (2 Ti. 2:24). Debe ser un pacificador.
"No avaro": Libre del amor al dinero El término griego que se traduce como "no avaro" (aphilarguros) es una negación de las palabras griegas para "amor" y "plata". Habla de alguien que no ama el dinero. El amor al dinero puede corromper el ministerio de un hombre porque le tienta a ver a las personas como medios mediante los cuales puede conseguir más dinero. Pablo dijo: "Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, yen muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores" (1 Ti. 6:6-10). ¿Cómo podemos protegernos del amor al dinero? Déjeme sugerirle un principio que yo he seguido. No le ponga un precio a su ministerio. Algunas veces me preguntan cuánto cobro por enseñar o predicar. Yo no cobro nada. Si me dan algo, está bien; si no me pagan, también está bien conmigo. Ese asunto se lo dejo al Señor y a aquellos que ministro. Yo acepto lo que Él me da, pero no quiero que mi ministerio quede influenciado, distorsionado o corrompido en ningún sentido por expectativas económicas. Si alguien le da un regalo en dinero que usted no ha buscado, acéptelo como algo que viene del Señor y sea agradecido. Pero si usted busca el dinero, nunca sabrá si viene de Él o de sus propios esfuerzos. Eso le priva del gozo de reconocer que Dios provee para sus necesidades. "Que gobierne bien su casa": Mantiene una familia cristiana Primera Timoteo 3:4-5 dice que un sobreveedor debe ser uno "que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)". La vida de hogar de un anciano es una consideración esencial. Antes de que pueda dirigir la iglesia debe demostrar su liderazgo espiritual dentro del contexto de su familia. La palabra griega traducida como "gobernar" significa "presidir, tener autoridad sobre, estar ante o manejar". Él es el que maneja su propio hogar. Eso afirma la enseñanza bíblica sistemática de que el varón es la cabeza del hogar. Es obvio que hay muchas responsabilidades compartidas por el esposo y la esposa y muchas tareas que la esposa maneja dentro del hogar, pero el esposo debe ser el líder. Esa misma palabra griega se emplea en 1 Timoteo 5:17: "Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor". La habilidad de un anciano para gobernar la iglesia queda demostrada en su hogar. Por
tanto, debe ser un líder espiritual fuerte en el hogar para probar que es idóneo para dirigir la iglesia. Debe gobernar su hogar "bien". Hay muchos hombres que gobiernan su hogar, pero no lo hacen "bien", no obtienen los resultados deseados. Por implicación el hogar de un hombre incluye sus recursos. Un hombre puede amar al Señor y ser moral y espiritualmente idóneo para ser un anciano. Puede que también sea capaz de enseñar y tenga una esposa creyente e hijos que siguen su liderazgo en el hogar, pero digamos que no ha manejado bien sus finanzas y se encuentra en la bancarrota. Por alguna razón no encuentra la manera de poner sus cuentas en orden. Puesto que en el área de la istración del dinero él no ha gobernado bien su casa, está descalificado para la mayordomía espiritual. La mayordomía de las posesiones es una prueba clave del liderazgo de un hombre. Su hogar en un terreno de pruebas donde sus habilidades istrativas pueden ser claramente demostradas. La palabra griega que se traduce como "sujeción" es un término militar que habla de poner en línea de formación a los que están bajo autoridad. Sus hijos tienen que ser alineados bajo su autoridad, respetuosa, controlada y disciplina damente. Esos requisitos se aplican solo si un hombre tiene hijos. Pero si Dios le ha dado hijos, ellos deben estar bajo control y ser respetuosos para con sus padres. Tito 1:5-6 dice que el anciano debe tener "hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía". La palabra griega traducida "creyentes" (pistos) se refiere en ese contexto a creer en el evangelio. Los hijos de un anciano deben creer el mensaje que él está predicando y enseñando. Si ellos son incrédulos le privan de credibilidad a su ministerio. La palabra griega traducida "honestidad" se refiere a la dignidad y el respeto. Combina el concepto de dignidad, cortesía, humildad y competencia. Se ha descrito como dignidad y delicadeza. Sus hijos honran a sus padres. Es posible que un hombre que en muchos sentidos es idóneo para el liderazgo espiritual pueda quedar descalificado en el nivel familiar. Quizá su vida personal es correcta delante del Señor, pero él se hizo cristiano después que su esposa e hijos habían ya establecido tendencias de comportamiento pecaminosas, de modo que su familia es un caos. En ese caso él no está calificado para dirigir en la iglesia. Puede que tenga hijos que no están favorecidos con la gracia electiva soberana de Cristo. En ese caso él no cumple con los requisitos para ser un anciano, pero Dios tiene otros planes para él. En ninguna manera queda relegado a un ministerio inferior. El liderazgo de la iglesia es de alta prioridad, pero todo ministerio es importante (1 Co. 12:12-25). Él necesita seguir fielmente las oportunidades de ministerio que Dios le ofrezca y no
sentir que esas tareas son inferiores en ningún sentido a otras. En el Antiguo Testamento había ciertos defectos físicos que descalificaban para ser sacerdote. Levítico 21:16-20 dice: "Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y dile: Ninguno de tus descendientes por sus generaciones, que tenga algún defecto, se acercará para ofrecer el pan de su Dios. Porque ningún varón en el cual haya defecto se acercará; varón ciego, o cojo, o mutilado, o sobrado, o varón que tenga quebradura de pie o rotura de mano, o jorobado, o enano, o que tenga nube en el ojo, o que tenga sarna, o empeine, o testículo magullado". Todo el que tuviera una deformación física no podía desempeñar las tareas sacerdotales. Eso no era un comentario sobre el carácter o vida espiritual de un hombre deformado, era simplemente una cuestión de que Dios escogía cierta clase de hombre para servir como sacerdote. Él quería hombres sin defecto como modelos de servicio espiritual. Lo mismo sucede con el liderazgo de la iglesia. Dios quiere que los ancianos tengan una vida de hogar ejemplar y sin mancha. Es esencial que un padre ejerza suficiente autoridad para hacer aconsejable que los hijos le obedezcan. Siempre que se produce la desobediencia, debe haber consecuencias inmediatas y negativas. A causa de la caída, todos los seres humanos empiezan con una condición de depravación espiritual. La única manera en que podemos enseñar a una persona depravada a hacer lo recto es asociar el dolor con la desobediencia (Pr. 13:24). Un padre debe también tener suficiente sabiduría para hacer ver a sus hijos que es natural y razonable que le obedezcan. Invariablemente un hijo va a cuestionar la autoridad: "¿Por qué no puedo hacer esto?" o "¿Por qué tengo que hacer eso?" Ya sea que le guste o no, mientras que se encuentre en el proceso de criar a sus hijos usted es su filósofo y teólogo local. Eso requiere que usted sea razonable en lo que espera de ellos. Además, un padre debe tener suficiente amor para hacer fácil que sus hijos le obedezcan. Se espera que los hijos pequeños quieran obedecerle porque no debieran tratar nunca de hacer nada que dificulte la relación con usted. Creo que no hay mejor lugar para ver la dedicación de un hombre para satisfacer las necesidades de los demás que su propio hogar. ¿Se preocupa por su familia? ¿Se interesa por cada uno de sus ? ¿Trabaja con diligencia para satisfacer sus necesidades? Si no lo hace, ¿cómo cabe esperar que lo vaya a hacer por los de la iglesia? "No un neófito": Es un cristiano maduro Primera Timoteo 3:6 dice que un anciano "no [no debe ser] un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo". Aunque Pablo no menciona específicamente la humildad en este pasaje, es el
punto obvio de contraste en contra del orgullo espiritual. La palabra griega que se traduce "neófito" (neophut(>s) significa "recién plantado". La idea es que un anciano no debiera ser un nuevo convertido o recién bautizado. Esta es la única vez que se usa neophutos en el Nuevo Testamento. Se emplea en su sentido literal fuera del Nuevo Testamento para hablar de plantar árboles en la tierra (Fritz Rienecker y Cleon Rogers, Linguistic Key to the Greek New Testament [Clave lingüística para el griego del Nuevo Testamento] [Grand Rapids: Zondervan, 1982], p. 623). Lo opuesto de un nuevo creyente es un creyente maduro. Un anciano debe ser maduro en la fe. Por supuesto, la madurez es relativa, de modo que las expectativas de madurez van a variar de congregación en congregación. Lo que se quiere decir es que el líder debe ser más maduro espiritualmente que las personas que dirige. La palabra griega que se traduce "envaneciéndose" (tuphoñ) significa "envuelto en humo" o "hinchado". En su sentido figurado habla de estar nublado por el orgullo. No queremos cristianos nuevos hinchados con un sentido falso de espiritualidad. No queremos que su pensamiento este nublado con pensamientos orgullosos. La intención de limitar a los nuevos convertidos del liderazgo espiritual no es su habilidad para enseñar, pues puede ser un buen maestro de la Biblia. No es que no sea un buen líder, pues puede tener fuertes características de liderazgo. No es que no tenga un conocimiento adecuado de la Palabra de Dios, pues puede que sea un estudiante diligente de las Escrituras. Pero si usted le eleva al liderazgo espiritual para estar con hombres cristianos maduros, va a tener que batallar con el orgullo. Puede que cumpla bien con los requisitos de 1 Timoteo 3:2-5 teniendo una vida impecable y una familia maravillosa. Pero si es un cristiano relativamente nuevo, la tendencia será que se sienta lleno de orgullo al ser elevado al nivel de liderazgo ocupado por los hombres maduros y de más edad que llevan ministrando en la iglesia muchos años. Por el otro lado, supongamos que usted es un misionero que ha llevado a las personas a Cristo en una parte primitiva del mundo, ha establecido una iglesia, los ha ministrado por seis meses, y entonces tiene que regresar a casa. Antes de salir se ve en la necesidad de elegir a alguien para que sea su pastor. Esa persona será un creyente recién convertido, pero usted busca a alguien que sea maduro en comparación con el resto de la congregación. Posiblemente a ese hombre le llevaría diez años ser un anciano en cualquier otra iglesia, pero él está correctamente pastoreando una iglesia debido a la naturaleza relativa de lo que significa la madurez espiritual en una congregación determinada. Tenemos a jóvenes que estudian en el seminario que han terminado sus estudios y están ministrando entre nosotros, pero que todavía no son
ancianos debido a que es tan elevada la percepción de la iglesia de lo que es el liderazgo de ancianos. Muchos de estos hombres jóvenes son excelentes maestros y cumplen los requi sitos de carácter moral y de vida familiar, pero ponerlos en ese nivel de liderazgo tan pronto en su ministerio los tentaría a llenarse de orgullo. Muchos de estos hombres jóvenes han dejado nuestra iglesia para ser pastores de otras congregaciones sin haber sido nunca ancianos en esta iglesia. Pero ellos fueron vistos por aquellas iglesias como hombres de madurez espiritual que podían dirigirles y enseñarles la Palabra de Dios. Quizá usted esperaba que Pablo dijera que los líderes que se llenan de orgullo terminan siendo ineficaces o caen en pecado, pero en su lugar dice que caen "en la condenación del diablo". Esa es una situación bien seria. ¿Qué es la condenación del diablo? Algunos piensan que eso significa que un líder lleno de orgullo será condenado por el diablo, pero las Escrituras nunca describen al diablo como juez que condena a las personas. Puesto que las Escrituras presentan a Dios como juez, es mejor entender la condenación del diablo como una referencia al juicio de Dios sobre el diablo. Un líder presuntuoso incurrirá en el mismo tipo de condenación. Esa conclusión es apoyada por el contexto, que trata con el asunto del orgullo, y las Escrituras nos enseñan que Dios resiste a los soberbios (Stg. 4:6). La condenación del diablo fue la degradación de una posición elevada a causa del orgullo. Dios hará lo mismo con todo aquel que su pensamiento esté nublado por el orgullo y cuya percepción de su propia espiritualidad está distorsionada a causa de su ascenso prematuro al liderazgo espiritual El pecado de Lucifer fue el orgullo y por esa causa Dios lo arrojó del cielo. Podemos ver una demostración de ese carácter presuntuoso en Isaías 14:12-14: "¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo". Él quería usurpar la autoridad de Dios. Cinco veces dijo: "Subiré, levantaré, me sentaré, subiré, seré"; pero Dios en efecto le respondió: "No, no lo harás". "Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo. Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos?" (vv. 15-16). Satanás quedó humillado en vez de exaltado. Para evitar que un hombre quede expuesto a esa clase de humillación, debemos evitar ponerle en posiciones de liderazgo espiritual demasiado pronto. No es que el líder que se llena de orgullo vaya a perder su salvación, porque eso no es
posible, pero perderá su valiosa posición. "Que tenga buen testimonio de los de afuera": Es respetado por los que no son cristianos La palabra griega traducida como "buen" (kalós) abarca las ideas de bondad interna y externa. Un anciano debe tener un buen carácter interno y una buena reputación externa o testimonio. La palabra griega que se traduce como "testimonio" (rnm7ureó) es el término del que nos viene la palabra nuirtir, pero su sentido básico es un "testimonio certificado". El carácter de un anciano debe estar certificado por el testimonio de otras personas. "Afuera" se refiere a los que no son de la iglesia. Un anciano debe tener una reputación de integridad, amor, amabilidad, generosidad y bondad entre los de la comunidad que le conocen. Eso no quiere decir que los demás van a estar de acuerdo con su teología. De hecho, puede haber incluso un cierto antagonismo hacia sus convicciones cristianas, pero es visto como un hombre de carácter. Eso es algo muy importante porque un anciano no podrá tener una influencia cristiana en la comunidad si no tienen respeto por él. Eso deshonraría a Cristo. La palabra griega que aparece traducida como "descrédito" significa deshonra. Es triste pensar en cuantos hombres han desacreditado al Señor y a su iglesia a causa de sus pecados. Esa es la razón por la que un anciano deber ser intachable en su reputación. Dicho sea de paso, esa calificación no se limita a pecados cometidos como anciano. También incluye los pecados del pasado que le han dado mala reputación. La reputación actual del hombre en la comunidad hay que tenerla en cuenta antes de elegirle para posiciones de liderazgo espiritual. La importancia de una buena reputación en la comunidad está ilustrada a lo largo de todo el Nuevo Testamento. Romanos 2:24 dice de Israel: "El nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros". Los pecados de Israel fueron causa de deshonra para Dios, y lo mismo sucede con la iglesia. Soy muy consciente de que muchas personas saben quién soy y qué hago. En consecuencia, debo guardar cuidadosamente mi testimonio en la comunidad. Cada cristiano tiene que lidiar con algún nivel de visibilidad, y las personas necesitan ver en nosotros una vida intachable. Ellos quizá no estén de acuerdo con nuestras creencias, pero deben ver nuestro carácter cristiano. Pablo quería que los filipenses fueran "irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo" (2:15). La
calidad de sus vidas daría testimonio de la realidad de su Dios. Ese es un llamamiento elevado y una responsabilidad sagrada. En Colosenses 4:5-6 Pablo dice: "Andad sabiamente para con los de afuera [incrédulos], redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno". Una buena reputación incluye palabras sabias como también buenos hechos. Los ancianos necesitan tener buena reputación con los de afuera de la iglesia para que no caigan "en lazo del diablo". Satanás trata de hacer caer a los líderes espirituales a fin de destruir su credibilidad e integridad. Es como un león rugiente que busca devorarnos (1 P. 5:8), y los líderes espirituales son su meta principal. Como todos los cristianos, los ancianos tienen áreas de debilidad y vulnerabilidad, y ellos a veces caerán en algunas de esas trampas de Satanás. Solo los perfectos no tropiezan (Stg. 3:2). Los ancianos deben ser especialmente juicios y cuidadosos para evitar las acechanzas del enemigo. Entonces podrán ser eficaces en dirigir a otros lejos de esas redes. La iglesia en Éfeso necesitaba examinar a sus líderes, como nosotros también lo necesitamos. El futuro de la iglesia depende de la calidad de los líderes de hoy. Dios está llamando y formando hombres para que dirijan su grey. Como iglesia debemos identificarlos, ponerlos en posiciones de liderazgo, orar por ellos y seguir su ejemplo. Si así lo hacemos glorificaremos a Dios.