1 ¿PARA QUE ESTOY AQUÍ EN LA TIERRA? Hay tres preguntas fundamentales en la vida: ¿Por qué estoy vivo? ¿Qué importancia tiene mi vida? ¿Para qué estoy aquí? No son preguntas nuevas. A través de los siglos, los filósofos han intentado responderlas y no lo han logrado. Una cosa es cierta: no vale la pena vivir una vida sin propósito. Hasta que no aceptemos que estamos aquí para cumplir el propósito de Dios, la vida no tendrá sentido. Veamos los motivos que llevaron a Dios a crearnos. 1. La pregunta existencial: ¿Por qué estoy vivo? ¿Para qué salí del vientre? ¿Para ver trabajo y dolor, y que mis días se gastasen en afrenta? (Jeremías 20:18). (Job 3:11-13) El predicador martín Lloyd-Jones, cristiano de Inglaterra escribió en 1960 un libro llamado La depresión espiritual su causa y su cura. Estos sermones fueron predicados en las mañanas consecutivas de los domingos en la Capilla Westminster de Londres, y aquí se reproducen virtualmente como fueron predicados. La necesidad de los mismos surgió como resultado de una experiencia pastoral, y ahora se publican en forma de libro como respuesta, principalmente, a repetidas peticiones de que fueran dados a conocer en esta forma. Creyendo, como lo hago, que la mayor necesidad de la hora es un cristianismo redivivo y gozoso, el asunto que se trata en estos sermones es para mí de la mayor importancia posible. Los cristianos infelices son, por decir lo menos, una pobre recomendación para la fe cristiana; y puede haber muy poca duda de que el gozo exuberante de los primitivos cristianos fue uno de los factores más potentes en la expansión del cristianismo. El tratamiento del tema no es exhaustivo en manera alguna. He pretendido tratar de lo que yo he encontrado que son las causas más comunes del problema. En varios casos (esto es, la relación entre lo físico, lo psíquico y lo espiritual) me hubiera gustado ocuparme del problema más ampliamente, pero eso es difícilmente posible en un sermón. En todo caso, los sermones no van dirigidos a los «expertos», sino al «común de la gente», y éstos son los que precisan de ayuda. Oro para que Dios los bendiga Dios dice que te hizo para amarte. Fui creado para que Dios me ame. Dios es Amor y Dios quiso crear algo que pudiera amar, y por eso te creó. No te necesitaba. No se sentía solo. Pero te hizo para poder amarte. No te necesitaba: te quería. Y antes de que podamos hablar de todo lo demás, tienes que entender que para esto estás aquí: para que Dios te ame. Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia (Jeremías 31:3) Efesios 5:25
2 2. La pregunta del sentido: ¿Qué importancia tiene mi vida? Eclesiastés 6:12 Te creó para tener sentido, porque si no le encuentras sentido ni propósito a tu vida, y no sabes para qué te uso Dios en este planeta, la vida no tiene sentido. Puedes transitar por esta vida en uno de tres niveles. Nivel 1: El nivel de supervivencia. En este nivel es donde vive la mayoría. Apenas se las arreglan para subsistir, meramente existen. No viven. Las circunstancias los dominan. Tienen un empleo y viven para el fin de semana. Nivel 2: Es el nivel del éxito. Según el criterio del mundo, lo han conseguido, son muy ricos, tienen posesiones, libertad, gozan de buena salud, quizás prestigio, es el éxito. Sin embargo muchos dicen—Si me va tan bien ¿por qué no me siento realizado? Nivel 3: El nivel del sentido. No te quedes en el plano de la supervivencia o del éxito, sino avanza al nivel del sentido. ¿Cómo es la vida con sentido? Se llega a ese nivel mediante de tres cosas 1. Sabes lo que significa vivir. 2. Sabes cuánto vales para Dios. 3. Conoces los propósitos de Dios para tu vida y los practicas. Yo soy tu Creador. Te cuidé aun antes de que nacieras (Isaías 44:2). A diferencia de la mosca de la fruta, que solo vive 24 horas, Dios tiene planes de mucho mayor alcance para ti. Tú eres más que un cuerpo. Fuiste creado para la eternidad. Tú viste cuando mi cuerpo fue cobrando forma en las profundidades de la tierra; ¡aún no había vivido un solo día, cuando tú ya habías decidido cuánto tiempo viviría! ¡Lo habías anotado en tu libro!(Salmo 139:16). Pero los planes del Señor quedan firmes para siempre; los designios de su mente son eternos (Salmo 33:11). Ese es el secreto del significado de la vida. Darse cuenta de que la vida es la preparación para la eternidad. Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. (2 Corintios 5:1). Dejad la simpleza, y vivid, Y andad por el camino de la inteligencia (Proverbios 9:6).
3 3. La pregunta de la intención: ¿Cuál es mi propósito? El rey David de pregunto: ¿Por qué habrás creado en vano a todo hijo de hombre? (Salmo 89:47). Posiblemente el más grande filósofo ateo del siglo pasado, Bertrand Russell dijo: A menos que se dé por hecho la existencia de Dios, la búsqueda del propósito de vivir no tiene sentido. Si Dios no existe. Si somos un capricho de la naturaleza, un caldo de cultivo de células complejas, ¿saben qué? nuestra vida no tiene sentido. Todo comienza con Dios, continúa con Dios y acaba con Dios. Dios, en el principio, creó…. El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor. (Proverbios 9:10) ¿Quieres entender el significado de la vida? ¿Quieres conocer el propósito de la vida? Encuentro mi propósito conociendo a Dios. Proverbios 16:4; Colosenses 1:16; Romanos 11:36 Si deseas conocer el propósito de tu vida, empieza por conocer a Dios. Cuanto más conozcas a Dios más comprenderás el significado y el propósito de la vida. Conocer a Dios repercute en todos los demás tipos de entendimiento. No lo aprenderás leyendo el horóscopo. No lo aprenderás inscribiéndote en un seminario de autoayuda. No lo aprenderás realizándote y teniendo éxito. No lo harás siendo una persona generosa La única manera de aprender el significado de la vida y tu propósito en la vida en aprender a conocer a Dios. Todo comienza por Dios, porque todo se trata de Dios.