Por la Señal, de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dios misericordioso, que nos perdonas y quieres la salvación de todos los hombres, imploramos tu clemencia para que, por la intercesión de María Santísima y de todos los santos, concedas a las almas de nuestros padres, hermanos, parientes, amigos y bienhechores, que han salido de este mundo, la gracia de llegar a la reunión de la eterna felicidad. Santísima Virgen María, Reina del Purgatorio; vengo a depositar en tu Corazón Inmaculado una oración en favor de las almas benditas que sufren en el lugar de expiación. Dígnate escucharla, Clementísima Señora, si es ésta tu voluntad y la de tu misericordioso Hijo. Amén. María, Reina del Purgatorio, te ruego por aquellas almas por las cuales tengo o pueda tener obligación, sea de caridad o de justicia. 1 Ave María Dales, Señor, el descanso eterno. Y brille para ellas la luz perpetua. Que las almas de los fieles difuntos, por la gran Misericordia de Dios, descansen en paz. Así sea.
Que el Señor nos de su paz. Y la vida eterna. María, Reina del Purgatorio: te ruego por las almas más abandonadas y olvidadas y a las cuales nadie recuerda; tú Madre, que te acuerdas de ellas, aplícales los méritos de la Pasión de Jesús, tus méritos y los de los santos, y alcancen así el eterno descanso. 1 Ave María Dales, Señor, el descanso eterno. Y brille para ellas la luz perpetua. Que las almas de los fieles difuntos, por la gran Misericordia de Dios, descansen en paz. Así sea. Que el Señor nos de su paz. Y la vida eterna. María, Reina del Purgatorio: te ruego por aquellas almas que han de salir más pronto de aquel lugar de sufrimientos, para que cuanto antes vayan a cantar en tu compañía las eternas misericordias del Señor. 1 Ave María Dales, Señor, el descanso eterno. Y brille para ellas la luz perpetua. Que las almas de los fieles difuntos, por la gran Misericordia de Dios, descansen en paz. Así sea. Que el Señor nos de su paz. Y la vida eterna. María, Reina del Purgatorio: te ruego de una manera especial por aquellas almas que han de estar más tiempo padeciendo y satisfaciendo a la divina Justicia. Ten compasión de ellas, ya que no pueden merecer sino sólo padecer;
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Oración por las Benditas Ánimas del Purgatorio
abrevia sus penas y derrama sobre estas almas el bálsamo de tu consuelo. 1 Ave María Dales, Señor, el descanso eterno. Y brille para ellas la luz perpetua. Que las almas de los fieles difuntos, por la gran Misericordia de Dios, descansen en paz. Así sea. Que el Señor nos de su paz. Y la vida eterna. María, Reina del Purgatorio: te ruego de un modo especial por aquellas almas que más padecen. Es verdad que todas sufren con resignación, pero sus penas son atroces y no podemos imaginarlas siquiera. Intercede Madre nuestra por ellas, y Dios escuchará tu oración. 1 Ave María Dales, Señor, el descanso eterno. Y brille para ellas la luz perpetua. Que las almas de los fieles difuntos, por la gran Misericordia de Dios, descansen en paz. Así sea. Que el Señor nos de su paz. Y la vida eterna. Virgen Santísima, te pido que, así como me acuerdo de las benditas almas del Purgatorio, se acuerden de mí los demás, si he de ir allá a satisfacer por mis pecados. En ti, Madre mía, pongo toda mi confianza de hijo, y sé que no he de quedar defraudado. Amen. Oración Vuelve, oh dulce Jesús desde tu excelso trono tus ojos de clemencia hacia el seno
profundo de la cárcel del purgatorio, esposas tuyas son las que allí están purificándose, ellas están marcadas con el sello de la Trinidad, son precio de tu sangre, son tierno objeto de tu amor. Un fuego terrible las acrisola, una privación temporal de la vista de tu hermosura las aflige sobremanera, y suspiran con ansia por aquel feliz momento en que han de ir a unirse contigo. Que se apresure, pues, ese instante tan dichoso, que salgan en breve a gozar de su esposo amado; que tu Sangre Preciosa las lleve al refrigerio; que tu gran misericordia las conduzca al descanso; que en la perpetua paz brille sobre ellas la eterna luz. Así Señor, te lo pedimos, por aquella amarga hora en que entregaste tu Santo Espíritu en manos de tu Eterno Padre. Amén. Por la Señal, de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
TEN SIEMPRE EN CASA AGUA BENDITA Y UN CIRIO, O VELAS, BENDITAS.
El AGUA BENDITA y las Ánimas del Purgatorio La Iglesia usa Agua Bendita también para alivio de las benditas Ánimas del Purgatorio. Sólo allí comprenderemos cuánto la aprecian y desean aquellas almas. Si queremos ahora granjearnos multitud de intercesores, no las olvidemos al tomar de la pila agua bendita, y apliquémosles ese refrigerio. Puede ser que una sola gota les abra las puertas del Cielo a las que ya están para volar a las eternas moradas. Significado del Cirio encendido
El Cirio encendido significa ante el mundo la gloria de Cristo Resucitado, y representa a Cristo, Columna de Fuego y de Luz que nos guía a través de las tinieblas; y nos indica el camino de la tierra prometida. ¿En qué ocasiones encenderse el Cirio?
puede
Cuando se hace la oración personal o en grupo. Cuando una persona se encuentra agonizando o en peligro de muerte. Cuando se ora por un enfermo. En las calamidades, tormentas, inundaciones, terremotos, etc.
Cuando se necesita la luz para discernir algún asunto importante. Cuando se encuentra en alguna tribulación o angustia. Cuando se desea alcanzar de Nuestro Señor alguna gracia especial. El Cirio pascual se bendice únicamente en la Vigilia Pascual el Sábado Santo, por la noche. OREMOS POR NUESTROS DIFUNTOS. SUGERENCIA: El día en que un ser querido falleció (cada mes, o año), encender el Cirio, de las 12:00 a las 15:00 Horas. (Tres horas, que nos recuerdan que Cristo dio su vida por nosotros en la Cruz. Por su Pasión, sus Llagas y su Sangre, hemos sido liberados de la muerte y del pecado.) Al encender el Cirio, oremos por nuestro ser querido y por todas las Benditas Ánimas del Purgatorio. Antes de apagar el Cirio, a las 3 de la Tarde, la hora de la Gran Misericordia, rezar la Coronilla a la Divina Misericordia. Derramar unas gotas de agua bendita al piso, como signo del deseo que tenemos que Dios, a través de este Sacramental, dé refrigerio a las almas por quien estamos pidiendo y les de la dicha de llegar a la Eterna Felicidad. Desde luego, nada suple a la Santa Misa, mandar decir Misas, e ir, en estado de Gracia y recibir la Comunión, es lo mejor que podemos hacer por nuestros seres queridos. Rezar el Rosario, el Vía Crucis, etc., le son, también, de gran beneficio. Cada uno ofrezca lo que pueda, eso sí, RECORDÁNDOLAS SIEMPRE EN SUS ORACIONES.
Sé un buen Apóstol de las Almas del Purgatorio. Copia y regala este Tríptico.