Mision Del Ser Humano.docx 2g461n

INTRODUCCIÓN EL ser humano es citado por Dios para edificar y convertir la creación. La misión del ser humano es construir la creación de Dios y socorrer en la fraternidad para el bien propio y el de los demás, por lo que realiza su misión a través del servicio, el conocer y el amor. También las personas pueden desplegar su vocación a través de los diferentes estados de vida: EL MATRIMONIO, SACERDOCIO, VIDA RELIGIOSA Y LA CASTIDAD, incluso las aptitudes que tiene cada ser para ejercer los distintos trabajos y mostrar su amor a Cristo. Con el bautismo, los cristianos reciben el don de la fe que los delega para manifestar el llamado de Dios, es decir construir su Reinado en el mundo.

1. MISIÓN DEL SER HUMANO Aceptar la presencia de Dios, es un punto de partida para poder entender la realidad, lo que menos importa son las pruebas de su existencia, sino la experiencia que tenemos ya que es algo que nos acerca a la verdad de Dios. Para comprender la prueba de que Dios existe, y la comprensión de cómo es necesita el uso de la razón. La persona se acerca a conocer las cosas y de ahí se remonta a entender las causas que las explican y la semejanza de Dios en ellas. Dios creó todo lo que existe, poniendo en primer lugar al ser humano. El hombre ha sido creado a imagen de Dios, en el sentido de que es capaz de conocer y amar libremente a su propio Creador. Dios nos brinda tres facultades para servir al mundo como nos lo enseñó, y son conocer, amar y servir.  Conocer: Comprender por medio de la propia experiencia.  Amar: Sentir cariño y unión, no solo material, sino espiritual.  Servir: Atender a cualquiera que nos necesite.

1.1 CONOCER A DIOS No es fácil conocer el origen de la idea que todos tenemos de Dios, sin embargo para los que tenemos fe es razonable afirmar que Dios existe y que el ser humano puede conocerlo. La fe es una respuesta viva y personal a la llamada de Dios sobre la humanidad. Dios dio la vida al ser humano como sitio de partida y para hacerlo trascender por medio de su divinización a lo largo de la historia de la salvación.

Conocer a Dios, se puede lograr de manera indirecta por nuestra primera facultad de ser humano, es decir la inteligencia para entender la realidad; conocerlo por medio de la fe para aceptar que existe y revelar el mundo sobrenatural y corresponder a su llamado, es por eso que por medio de la fe recibimos sus enseñanzas como Iglesia, lo que nos ayuda a ser mejores hijos. No podemos conocer directamente a Dios por el pecado original, que quita de ver las cosas con claridad; así, podemos apreciar a Cristo por medio de imágenes, cuadros, fotografías y crucifijos lo que no nos brinda la claridad que todos deseamos conocer. Dios es como es, y nos revela quien es por medio de papeles como la Biblia, la oración que hacemos desde el interior de nuestro corazón, a lo que llamamos Revelación. Somos capaces de conocer algo de Dios por medio de la fe, y decidir por nuestra propia voluntad querer creer en él; al realizar estos dos damos a Cristo una respuesta de amor y si por medio de nuestros actos tenemos una vida, limpia, santa y ejemplar, es entonces cuando podremos ver a Dios y conocerlo, ya no solo por papeles, sino realmente.

1.2 AMAR A DIOS El amor de Dios reside en la voluntad, el amor que le ofrecemos puede unirnos a él, cuando mayor es nuestro conocimiento de él, es necesariamente mayor nuestro amor, porque Dios es amor, y nosotros demos serlo para él. Conocemos que Dios lleva consigo buenas intenciones para la vida de su creación; conocerlo no es solo tener ideas o palabras de él, sino itir nuestras debilidades y encima de todo disponernos a seguirlo. Todos los seres humanos somos iguales ante los ojos de nuestro señor porque nos ama, quien se siente superior a su hermano, no necesita de Dios y se vuelven seres egoístas, se

olvidan de él. Sabemos reconocer que somos creación de Dios porque necesitamos de él, y la ayuda divina, por lo tanto siempre buscamos agradar a Nuestro Señor. Siguiendo el ejemplo que Dios nos da, de amarlo a él y a los demás, nos iremos convirtiendo en criaturas que se asemejan a él. El amor y el afecto que a diario ofrecemos a Nuestro Señor, nos une más a él, porque mientras más lo conocemos, mayor será el amor que necesitemos brindarle. También por medio de nuestros actos alegramos y alabamos a Cristo, como cuando rezamos o cantamos; darle una alabanza a Dios significa expresarle nuestro amor y que estamos contentos, hay que darle una alabanza infinita ya que su bondad y su gracia son infinitas. Dios nos dio por amor infinito la vida como regalo, y le devolvemos su gracia por medio de los dones que nos ha obsequiado; ofrecemos nuestros trabajos, alegrías y hasta las penas para agradecer todo lo recibido, y como muestra de que lo regresamos por amor. Amar a Dios significa agradarle lo más que podamos con todo lo que tenemos entre nuestras manos, y con las obras que reflejen su bondad. Lo más importante ante todo es que Dios es amor y donación para la humanidad. 1.3

SERVIR A DIOS

El ser humano está hecho a imagen y semejanza de Dios y para unirse con los demás, de ese modo podemos servirle a él, amando a nuestros hermanos, porque al conocerlo la lógica y el amor hacia él nos lo dicta. Cada ser trasciende porque Dios lo invita a entrar a su reino, lo que es la llamada a la vida con Dios. El ser humano está llamado a realizarse en la unión con los demás; a amar,

entregarse, ser amistoso y preocuparse por su prójimo cada vez con más entusiasmo y aumento. La donación es necesaria para desarrollar los dones que Dios nos dio y para la verdadera felicidad. Fuimos creados para manifestar la gloria, la bondad y el amor de nuestro Dios. Saber poner nuestra vida en manos de Dios es un medio inflable para ser sus instrumentos. Para servir a Dios es muy importante cumplir con cuatro pasos especiales.  Reconocer nuestra debilidad: Nunca o casi nunca somos leales con nosotros mismos porque escondemos nuestras fallas o miedos y no las aceptamos, lo que se denomina debilidades. Siempre tratamos de imitar al rico, pero al rico de dinero y pobre de amor, que no conoce la felicidad, eso los convierte en personas vacías, que se dejan manipular por el demonio y sus actos. Debido a eso Dios nos invita personalmente a recorres nuestro camino con humildad, sencillez. Quien crea que todo lo puede y no acepte que tiene un límite, no entrara en el reino de Dios.  Abrirnos a la gracia: Dios quiere entrar en nuestro corazón, al fondo de nuestro ser, donde somos verdaderos, capaces de amar, fieles, y llenos de vida; es ahí en nuestro corazón donde recibimos o rechazamos el amor que Dios nos ofrece. Dejar de hacer el mal, ser personas buenas, nos hace recibir la gracia o ayuda de Cristo y seremos como Dios quiere, lo imitaremos siendo misericordiosos con los demás.

 Perdonar al enemigo: Esto significa ser capaces de perdonar, y hacer el bien a quienes nos odian o lastiman. Lo más importante que Cristo nos quiere transmitir es el amor a los contendientes, de quienes solemos huir y con quien no queremos hablar, a quien no queremos perdonar porque nos duele, a quien es nuestro hermano porque nuestro origen es el mismo, a lo que debemos de tener una respuesta libre y agradecida. El odio nos carcome, la venganza y el rencor nos envenenan la vida, lo que no nos traerá magia, ni felicidad. Si aceptamos que somos débiles, no nos faltara la ayuda de Dios. Solo del verdadero perdón nace la nueva vida.  Confiar en Dios: Es decir confianza incondicional a él, dejar todo para seguirlo, dejar confiadamente nuestra vida en sus manos. Reprocharle a nuestro Dios, es como acusarlo de que no ha sabido llevar nuestra vida, misma que él nos da. Por la fe nos hacemos sensibles y nos ayuda a descubrir el rostro de Dios lleno de amor. Dios nos llama a alabarlo y confiar en él aún en los momentos difíciles. Dar gloria a nuestro Dios y servirle no es una forma de hablar o de expresarnos, sino de vivir; pues nos invita a entrar a su reino no solo después de pasar a la otra vida, sino desde ahora. Imitar y amar a Cristo es más importante que cualquier cosa. Vivir con Dios es una experiencia liberadora que

supera cualquier dificultad y se goza de la libertad plena. Dios quiere que sus seguidores vivan con una actitud interior de servicio. Incluso si hemos hecho o causado un daño, no hemos de juzgar ni condenar. Amar consiste en confiar en Dios, y podemos imitarlo realizando los actos que el ya hizo, como comprender a los demás.

CONCLUSIÓN Dios, enormemente Perfecto y Santo en sí mismo, con un propósito de pura bondad ha creado libremente al hombre para que tenga parte de él en su vida digna. Por eso, en todo tiempo y en todo lugar, está cerca de nosotros. Nos llama y nos ayuda a buscarlo, a conocerlo y a amarlo con todas nuestras fuerzas. Cita a todos los hombres, que el pecado disipó su familia, y a la Iglesia para mostrarnos su amor infito. Dios es amor perfecto y sin fin, y nos ha creado para cumplir su misión que es imitarlo en la tierra.

FORMACIÓN HUMANA II “Misión del Ser Humano”

Stefany Chávez Mendoza Profa. Consagrada Elizabeth Grado: 4° Semestre Preparatoria “La Paz” No. lista: 10 05-03-15