Madame Bovary Ensayo 1q5u1o

Literatura Universal

MADAME BOVARY

Ensayo. Segundo trimestre Alba Mata Morales Literatura Universal

Ensayo sobre la evolución de Emma En este ensayo veremos la evolución del personaje principal de la obra Madame Bovary que como su titulo indica es Emma Bovary, la mujer del médico Charles Bovary. Para realizar el ensayo debemos puntualizar que nos encontramos ante una obra del siglo XIX, considerada la obra que culminó con el estilo realista, pero que también posee características del romanticismo. También podemos ver que es una obra bastante naturalista. Previo al ensayo, como características principales de la obra, especificaremos que es una novela llena de descripciones precisas, tanto de paisajes como de sentimientos y esto hace que el lector se adentre en la historia y en los personajes de una manera que solo el gran escritor de dicha obra Gustav Flaubert, podría concretar. Y con estas descripciones, tras la lectura de la novela, uno siente las ganas irrefrenables de buscar la pasión como Emma así como el deseo de ser amado hasta la saciedad. También respecto a Charles, la obra consigue la empatía del lector con el médico, sintiendo el peso de una esposa que se muestra distante y que tras su muerte descubre que le es infiel. No obstante su amor por ella es tal, que nada podría hacer que el la dejase de amar. Esta obra nos muestra una pareja donde uno ama sin restricciones, locamente con cada parte de su ser, y por otra lado la mujer, lejos de sentir amor, desprecia a su marido Charles. Emma durante toda la novela buscará algo que le haga sentir viva. La pasión, el deseo y la lujuria serán los acompañantes de Emma Bovary. Así pues, la obra da comienzo con Charles y su instrucción como médico en la escuela. Tras el aprendizaje Bovary empieza a ejercer su empleo y poco después es obligado a casarse con una viuda que teóricamente posee una gran riqueza. Charles no le ama, pues su esposa es ya mayor y se había vuelto esquiva y desdeñada. Durante su relación, Charles debe ir a la granja del señor Rouault donde se le necesita como médico y allí conoce a nuestra protagonista Emma, la joven hija de Rouault que, sacada del convento, ahora acompañaba a su padre en las tareas de la granja. La primera esposa de Charlas muere por su edad avanzada sin dejar grandes riquezas. Ante su muerte y la nueva soltería de Charles las visitas de este se hacen más sucesivas a la granja pues Charles se había enamorado perdidamente de Emma y ya en soltería pide la mano a su padre. Mano que se le es concedida. Emma fue desde muy pequeña enviada a un convento donde las monjas le enseñarían modales y otras faenas. Des de su entrada, la pequeña mostraría un gran interés por la religión, siendo quien más adorará al señor. Y ya en ese momento podemos ver como Emma en el convento se encerrará a leer novelas de romances e historias de amor, compaginándolas con novelas religiosas donde se encuentra con protagonistas que profesan verdaderas pasiones hacia el Señor. Así Emma buscando ese sentimiento, se transformará en una devota pasional y fiel. Profesara su amor a Cristo con plegarias y penitencias con el afán de sentir la pasión de la religión en sus carnes. Pronto Emma descubre que esa pasión no sacia sus ganas de vida, y lejos de cumplir el cometido de convertirse en novicia, como las monjas de convento esperaban, su pasión por Cristo se desvanece. Tras esto Emma desatará su imaginación hacia otro tipo de pasiones, las carnales. Dejará el convento para volver a casa con su padre, donde su imaginación volará con novelas de romances. Esperando encontrar ese amor que leía al ser desposada. Y vuelve a la granja para anhelar ese sentimiento. 2

“Antes de casarse, ella había creído estar enamorada, pero como la felicidad resultante de este amor no había llegado, debía de haberse equivocado, pensaba, y Emma trataba de saber lo que significaban justamente en la vida las palabras felicidad, pasión, embriaguez, que tan hermosas le habían parecido en los libros.” Con las visitas de Charles a la granja, Emma cree sentir algo y se siente atraída por ese buen médico. Al enterarse de que iba a ser desposada con él no siente tristeza sino que un sentimiento de cambio la invade y su sume en los preparativos de las boda. Ella esperaba que tras esta, amaría con locura a su esposo y que vivirían una vida de lujos y distracciones en alguna gran cuidad. Como en los libros que ella leía. “Pero la ansiedad de un nuevo estado, o tal vez la irritación causada por la presencia de aquel hombre, había bastado para hacerle creer que por fin poseía aquella pasión maravillosa que hasta entonces se había mantenido como un gran pájaro de plumaje rosa planeando en el esplendor de los cielos poéticos, y no podía imaginarse ahora que aquella calma en que viva fuera la felicidad que había soñado.”

Lejos de esto, tras la boda, Emma se da cuenta que Charles la aborrece y sus esperanzas se desvanecen y vuelve a sumirse en el deseo de algo mayor. Otro sentimiento que la invada y la desate en pasiones inimaginables. Así aburrida en su vida de casada un buen día reciben una carta de invitación para un gran baile de gente acomodada al cual acuden. Emma llegó a la gran fiesta con grandes esperanzas otra vez que se vieron más que cumplidas. Nuestra protagonista se deja llevar por los bailes y los lujos. Por los personajes de grandes riquezas y la ostentación, que la rodeaba en cada esquina del palacio. Así tras el baile, se sume en una gran tristeza de no ser una de esas mujeres de tan poderosos y refinados maridos. Tras esto aborrece aún más a Charles al cual ve como un simple medicucho de pueblo y vuelve a caer en el aburrimiento. Aburrimiento por vivir en un pueblo sin aventura alguna. No obstante, esta vez se crea un leve luz de esperanza en su ser de volver a aquel baile y que ella y Charles algún día se puedan codearse diariamente con aquellas gentes de tan acomodada vida. “Cuanto más cercanas estaban las cosas más se apartaba el pensamiento de ellas. Todo lo que la rodeaba inmediatamente, ambiente rural aburrido, pequeños burgueses imbéciles, mediocridad de la existencia, le parecía una excepción en el mundo, un azar particular en que se encontraba presa; mientras que más allá se extendía hasta perderse de vista el inmenso país de las felicidades y de las pasiones. En su deseo confundía las sensualidades del lujo con las alegrías del corazón, la elegancia de las costumbres, con las delicadezas del sentimiento”.

Pronto el nuevo sentimiento de Emma se deshace en el paso de los días, pues el matrimonio no recibió más cartas de invitación a bailes ni festejos. Tras esto comenzaran las enfermedades de Emma que son consecuencia de su desesperación por encontrar la pasión que a cada año que pasaba se recogía en su interior con más fuerza. Con más ganas de encontrar aquel sentimiento que solo podía leer. Ante la enfermedad de su esposa Charles decide que un cambio es lo que hará mejorar el estado de su mujer y así se mudan a Yonville. Allí su mujer ante este diferente lugar y nuevos retos por lograr pues estaba embarazada se recuperá de su enfermedad. En este nuevo pueblo es donde Emma dará a luz a su niña Berta. 3

Pero igual que antes vuelve a aborrecer su vida. Entonces conoce a León. León era un pasante con el cual entabla una amistad que se acrecentaba con la rutina de los días. Pero no solo era amistad sino que León se enamoró perdidamente de Emma por su belleza y sus maneras. Pues León encontraba en Emma, aparte de una hermosa mujer, una compañera de gustos. Ambos compartían un estrecho amor la literatura y la visión de las grandes ciudades como símbolo de buena vida. La pasión por la literatura les llevara a un amor imposible que sentían pero que jamás consumaron. Su historia termina por en ese momento con la marcha de León del pueblo pues Emma estaba casada y el respetaba al matrimonio y al señor Charles. “París, más vago que el Océano, resplandecía, pues, a los ojos de Emma entre encendidos fulgores. La vida multiforme que se agitaba en aquel tumulto estaba, sin embargo, compartimentada, clasificada en cuadros distintos”.

Una vez más Emma pierde toda esperanza de sentir y cambiar su vida aburrida y monótona. “En el fondo de su alma, sin embargo, esperaba un acontecimiento. Como los náufragos, paseaba sobre la soledad de su vida sus ojos desesperados, buscando a lo lejos alguna vela blanca en las brumas del horizonte… Las otras existencias, por monótonas que fueran, tenían al menos la oportunidad de un acontecimiento. Una aventura ocasionaba a veces peripecias hasta el infinito y cambiaba el decorado. Pero para ella nada ocurría. ¡Dios lo había querido! El porvenir era un corredor todo negro, y que tenía en el fondo su puerta bien cerrada”.

Este sentimiento se prolonga hasta que con una feria celebrada en el pueblo por motivos agrícolas conoce a Rodolfo, un Don Juan que desde el primer momento no dudo en seducir a la bella mujer sin importarle nada más. Así Emma y Rodolfo se harán grandes amigos hasta que Rodolfo le confiesa su amor, que ella rehúsa en un primer momento pues estaba casada. Pero finalmente Emma buscando las pasiones que durante toda su vida ha anhelado consuma el amor que le profesaba a Rodolfo. Así Emma mantendrá un romance con este Don Juan como su amante. Finalmente cansada de esconderse, decide fugarse con él buscando una vida mejor, lejos de los escondites, pero Rodolfo la abandona pues no era más que un embaucador en busca de entretenimiento. -¡Vamos!, ¡pobre ángel mío, ánimo, consuélate, paciencia! -Pero hace cuatro años que aguanto y que sufro... Un amor como el nuestro tendrá que confesarse a la faz del cielo: ¡todos son a torturarme! ¡No aguanto más! ¡Sálvame! Y se apretaba contra Rodolfo; sus ojos, llenos de lágrimas, resplandecían como luces bajo el agua; su garganta jadeaba con sollozos entrecortados; jamás él la había querido tanto; de tal modo que perdió la cabeza y le dijo: -¿Qué hay que hacer?, ¿qué quieres? -¡Llévame! -exclamó ella-. ¡Ráptame!... ¡Oh!, ¡te lo suplico! Y se precipitó sobre su boca, como para arrancarle el consentimiento inesperado que de ella se exhalaba en un beso.

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Emma cae una vez más enferma ante la desilusión de este amor pasado que la había abandonado. Su enfermedad se agrava mucho más que las veces anteriores, encontrándose al borde de la muerte. Finalmente se recupera y su marido, que seguía amándola con locura, cumpliendo todos sus caprichos, la lleva al teatro en Rouen donde se reencuentra con León. León que no había dejado de amar a Emma en ningún momento desde su marcha, ante esta nueva oportunidad, ignora a su marido Charles y confiesa su amor. Esta una vez más rehúsa pues no quiere que le vuelva a pasar lo mismo pero finalmente cae y vive otro tipo de romance con León, pues ahora ya está más resabiada. Sabe más sobre los pecados de la piel, como esconderse y cómo manejar a un hombre. “Todo se borraba bajo la instintiva añoranza de una tan larga convivencia; y de vez en cuando, mientras empujaba la aguja, una gruesa lágrima se deslizaba por su nariz y se mantenía suspendida un momento. Emma pensaba que hacía apenas cuarenta y ocho horas estaban juntos, lejos del mundo, completamente ebrios, no teniendo bastantes ojos para contemplarse. Trataba de volver a captar los más imperceptibles detalles de aquella jornada desaparecida”.

Durante su romance con León ella, que tenía el poder sobre el dinero de la casa, empieza a hacer gastos completamente innecesarios que sumen al matrimonia en un sinfín de pagares y deudas que Emma no encuentra como pagar. Emma desesperada ante la vida tan desordenada que llevaba en los últimos días y con las dudas apremiando, nota llegar su fin cuando para conseguir dinero llega a insinuarse a un comerciante. Una señora de vida acomodada no podía realizar tales acciones que tanto la rebajaban y la suma de sus pasiones tan mal desatadas y su vida que poco le gustaba junto a las deudas hacen decidir a Emma suicidarse con arsénico. Poco después morirá su marido de amor, que aún y haber sabido de sus amores después de su muerte al leer las cartas de Rodolfo olvidadas en un desván aún la ama como el primer día y no puede vivir sin ella. “Siempre hay detrás de la muerte de alguien como una estupefacción que se desprende, tan difícil es comprender esta llegada inesperada de la nada y resignarse a creerlo”.

Así en esta novela hemos visto el afán de una mujer de vida acomodada por llegar a sentir los placeres de la vida y como ella cita que busca “la verdadera felicidad”. A cada cambio Emma irá descubriendo nuevas distracciones que la llenaba de esperanzas. Creía que al fin que encontraría la felicidad. Pero se aburría. Y tras cada desilusión caía enferma. Por otro lado Emma a lo largo de la obra la va queriendo cada vez menos a Charles, interesandose lo justo por él, menospreciando sus maneras y su ser. Solo en un momento vuelve a mostrar ilusión, y es cuando quizás Charles se podía llegar a convertir en un médico famoso, idea que seducía a Emma, pero tras su fracaso con Hipólito y la operación, el menosprecio se acrecentó. Aún y así el amor de Charles por ella nunca cesará. “El universo, para él, no se extendía más allá del contorno sedoso de sus faldas; llegaba a reprocharse a sí mismo que no la quería bastante, sentía deseos acuciantes de volver a verla […] Emma, en su cuarto, estaba arreglándose; él llegaba a pasos 5

silenciosos, la besaba en la espalda […] No podía resistir al deseo de acariciar continuamente su peineta, sus anillos, su pañoleta; dábale a veces grandes besos a boca llena en las mejillas, o, al contrario, besitos en hilera a lo largo del brazo desnudo, […]” Así pues Emma se nos antoja caprichosa, despreocupada por su casa y las empresas de su marido. Una mujer de grandes ideales que buscaban desesperadamente la felicidad. Y falló en lo seguido de su búsqueda, pues la felicidad se encuentra, no se busca. Así ella solo tiene cuidado de ella misma. Fue infiel a su marido y después de toda una vida llena de mentiras y engaños, de una visión de la realidad distorsionada se suicidó sola. Los pecados, placeres y derroches la superaron y sin pensar en nadie más que en ella decide morir. Algo egoísta desde mi punto de vista pues nosotros no solo somos nuestro ser, sino que también somos nuestros seres querido y lo que nos rodea. Quizás debería haber pensado en todo lo que dejaba atrás. A Emma nunca nada le importo más que ella misma. “A eso de las siete, Berta, que no había visto en toda la tarde a su padre salía a buscarlo para que entrase a cenar. Tenía la cabeza apoyada sobre el muro, los ojos cerrados, la boca abierta y un mechón de pelo negro entre sus dedos. Vamos papa- dijo la niña. Y creyendo que sería una broma, le dio un empujoncito. Bovary cayó al suelo. Estaba muerto”

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