Los tipos de voces femenina y masculina VOCES FEMENINAS Sopranos: es la voz más aguda de todo el grupo de voces femeninas. Se divide en 3 tipos: Ligera: es una voz que esta dotada de una extraordinaria movilidad, posee un timbre muy fuerte, su sonoridad es brillante y no siendo voluminosa en ocasiones resulta poco potente. Podemos encontrarla en papeles como La Reina de la Noche de La Flauta Mágica de Mozart. Lírica: es de características similares a la ligera, posee una gran belleza y un timbre expresivo y potente que la hacen aparecer ligeramente más dramática. Su agilidad es considerable y la encontramos como protagonista en la ópera La Travista de Verdi en el papel de violeta. Dramática: es la voz más grave de las sopranos, posee una sonoridad velada y cálida que la acerca al tipo de voz de las mezzosoprano. Su timbre es enérgico y apasionado y la hacen ser la soprano más expresiva. Aparece en operas de Puccini y Verdi como protagonista y además, es la heroína en los dramas Wagnerianos. Mezzosopranos: es la voz intermedia entre la soprano y la contralto. Tiene características semejantes a la soprano dramática. Su timbre de voz es cálido, apasionado y lleno. Es protagonista en la ópera Carne de Bizet. Contraltos: es la voz más grave de todo el grupo femenino. Su agilidad es media y su timbre grave, profundo y a veces casi viril. Es una voz que escasea muchísimo y se está extinguiendo.
VOCES MASCULINAS Se caracterizan por su mayor gravedad respecto a las femeninas son muy expresivas. Contratenores: Es la voz más aguda de las masculinas, esta casi extinguida, y al oírla tenemos la impresión de que el artista canta en falsete. El contratenor (cuyo timbre de voz recuerda a los antiguos castrati), parece ser un cantante masculino, en el que pese ha haber pasado la pubertad la voz no ha evolucionado, de forma natural su registro de soprano infantil. No suele ser demasiado utilizado en la ópera y su papel se da en el repertorio . Porque en aquella época estaba prohibido a las mujeres cantar en iglesias y sus papeles debían hacerlo los hombres con la voz parecida a la de una soprano. Tenores: Lírico: es de registro cálido y suave, posee una gran agilidad y suele caracterizarse por un timbre seductor, brillante y flexible. Es protagonista en la ópera don Juan de Mozart en el papel de Don Octavio. Dramático: es ligeramente más grave que el tenor lírico . Presenta una voz enérgica, de timbre de voz potente. Aparece en la ópera Aída de Verdi en el papel Radares y también es protagonista de casi todos los héroes de las óperas Wagner. Barítonos: es la voz intermedia entre tenor y bajo. Posee una agilidad media y un timbre viril, lleno, opaco, empastado. Aparece como protagonista en la ópera don Juan de Mozart como Don Juan.
Bajo: es la voz más grave y consistente y la menos ágil. Lírico: también llamado bajo cantante. Posee una flexibilidad y le hace fácilmente confundible con el barítono. Su timbre es muy lleno y . Aparece como Felipe II en la ópera Don Carlos de Verdi. Dramático: denominado bajo profundo, se caracteriza por un sonido grave y digno, con un timbre potente y robusto. Aparece en el papel de Sarustro en la ópera de la Flauta Mágica de Mozart.
Ejercicios previos de calentamiento vocal Cantar es una de las actividades vocales más complejas, pues requiere de un dominio y control voluntario de diversos sistemas y estructuras corporales que contribuyen en su conjunto a la expresión del canto (postura, respiración, fonación, resonancia, articulación, etc.).
Cantar implica movilizar un sin fin de estructuras musculares, cartilaginosas, y óseas y al igual que un atleta que se prepara antes de correr; el cantante debe prepararse antes de cantar. Los beneficios que se obtienen al vocalizar son múltiples: Permite una emisión vocal más limpia y sana Permite alcanzar mayores y menores tonalidades Deja atrás la faceta de voz hablada para transformarla en voz cantada, tipo de voces completamente diferentes Mejora la agilidad para realizar cambios de melodía, ritmo y registro Mayor control del volumen de voz Producir una voz con mayor eficiencia con un mínimo de desgaste vocal Previene el desarrollo de patologías vocales Da mayor seguridad al cantar A continuación te presentamos ejercicios de calentamiento vocal para antes de cantar: Ejercicios de relajación Antes de cantar siempre se debe realizar ejercicios de estiramiento y relajación corporal. Si existe tensión, en especial a nivel cervical, existirá también tensión a nivel de la laringe y cuerdas vocales, lo que se traducirá en una voz tensa y poco sana. Realiza ejercicios de relajación y estiramientos tales como: Extensión, flexión, inclinación y rotación del tren superior Movimientos cervicales, tales como llevar la cabeza hacia al frente, atrás, a los lados y realizar movimientos circulares. Procura realizar estos ejercicios con cuidado. Recuerda que el objetivo es evitar la tensión muscular, no favorecerla. Ejercicios de resonancia Uno de los principales objetivos del calentamiento vocal es “despertar” nuestros resonadores. Los resonadores corresponden a todas aquellas estructuras que nos permiten enriquecer y acrecentar nuestra voz al hablar y en especial al cantar (laringe, faringe, boca, fosas nasales, etc.). La voz siempre debe ser llevada hacia adelante, dado a que existe un punto del paladar ubicado en las arrugas palatinas detrás de los dientes superiores, el cual al ser estimulado por las vibraciones del sonido; mejora la movilidad de las cuerdas vocales, aumenta la resonancia y mejora la percepción acústica de la voz, lo que se traducirá en una voz más eficiente con un mínimo de desgaste vocal (reflejo trigémino - cocleo- recurrencial).
Realiza ejercicios tales como: Masaje facial: con tus manos realiza pequeños movimientos circulares sobre tu cara sin emisión de voz. Luego repite el masaje mientras sonorizas una <m> prolongada (mmmmmm). La M es un sonido nasal/bilabial, el cual estimula directamente las arrugas palatinas. Masaje lingual: con la punta de la lengua realiza pequeños masajes circulares sobre las arrugas palatinas ubicadas detrás de los dientes superiores (alveólos palatinos), primero sin emisión de sonido y luego con la sonorización de una
prolongada (nnnnnnn). La N al igual que la M es un sonido nasal, lo que favorece la resonancia. Vibración labial: toma aire y comienza a vibrar los labios. Vibración lingual: toma aire y emite una
prolongada (rrrrrrrrr). Masticación: realiza movimientos bucales simulando la masticación. Primero realizar sin sonido y luego emitiendo una <m> prolongada simultaneamente al movimiento de masticación. Este ejercicio permite disminuir la tensión a nivel laríngeo, relaja la musculatura facial y favorece la resonancia anterior. Sonidos nasales: toma aire y emite un <m> prolongada. Luego una
prolongada. Sonidos nasales + vocales: toma aire y emite una <m> medianamente prolongada y agrégale una vocal en la misma emisión (mmmaaa; mmmeee...). Repite el ejercicio con la
. Oclusión manual: toma aire y emite una
prolongada a la vez que te tapas la boca con la mano, impidiendo que salga el sonido. Repetir con cada vocal. Esto te permite disminuir la tensión a nivel de las cuerdas vocales, favorece la resonancia y proyección vocal. Ejercicios de emisión vocal Los ejercicios de emisión vocal corresponde ya directamente a cantar en sí. A continuación te presentamos una serie de ejercicios vocales los cuales están organizados de menor a mayor complejidad. Trata de realizar los ejercicios vocales guiándote por la melodía musical propuesta. Ejercicio vocal 1: Toma aire y comienza a cantar. Puedes realizar el ejercicio entonando sonidos nasales prolongados (mmmm; nnnnn) o vocales prolongadas.
Elementos del aparato fonador El aparato fonador es el conjunto de órganos del cuerpo humano encargado de generar y ampliar el sonido que se produce al hablar. Lo componen tres grupos de órganos diferenciados: órganos de respiración (cavidades infraglóticas: pulmones, bronquios y tráquea); órganos de fonación (cavidades glóticas: laringe, cuerdas vocales y resonadores nasal, bucal y faríngeo-); órganos de articulación (cavidades supraglóticas: paladar, lengua, dientes, labios y glotis). Además, el correcto funcionamiento del aparato fonador lo controla el sistema nervioso central, puesto que más allá de la mera fonología está el significado. Específicamente, se sabe que el control del habla se realiza en el área de Broca, situada en el hemisferio izquierdo de la corteza cerebral. Para convertirse en sonido, el aire procedente de los pulmones debe provocar una vibración, y la laringe es el primer lugar en que se produce. La laringe está formada por un conjunto de cartílagos y una serie de ligamentos y membranas que sostienen unas bandas de tejido muscular llamadas cuerdas vocales. La tensión, elasticidad, altura, anchura, longitud y grosor de las cuerdas vocales pueden variar, lo que da lugar a diferentes efectos sonoros. El efecto más importante de las cuerdas vocales es la producción de una vibración audible en los llamados sonidos sonoros, en contraste con los sonidos sordos, en cuya producción no vibran las cuerdas vocales. En español, todas las vocales y muchas consonantes (m, b, d,...) son sonoras. El aparato fonador o aparato vocal es aquel cuya anatomía está destinada a producir la voz en los seres humanos. Este aparato interviene en todo lo que se relaciona con la producción de sonidos. Esto lo logra porque, a través de los órganos que lo componen, las cuerdas vocales vibran.