DOMINGO RIVERO Y EL ARTE DE LA CARICATURA
MUSEO DOMINGO RIVERO Presidente y Director
José Antonio Rivero Gómez Vicepresidenta
Luisa Estévez Reneses Subdirectora
Elisa Quintana Navarro
Exposición
Comisario: Franck González
© Museo Domigo Rivero © De las imágenes, sus autores © De los textos, sus autores Proyecto Gráfico
MAT Estudio de diseño
Impresión
Gutemberg Digital S.L.
ISBN
978-84-616-3801-7
DOMINGO RIVERO Y EL ARTE DE LA CARICATURA
Las Palmas de Gran Canaria, 2013
UNA MUESTRA CON EVOCACIONES PRETÉRITAS
José Rivero Gómez
Presidente del Museo Poeta Domingo Rivero
Nuestro Museo abre hoy sus puertas para mostrar una exposición de caricaturas que debemos considerar un tanto singular. Por un lado, ofrece al mundo de la cultura un recorrido histórico de este siempre difícil género, al tiempo que aflora los nombres de unos creadores– así como los de unos personajes– que marcaron toda una época dentro y fuera de la mejor vida diaria de Gran Canaria. En un contexto como el actual, estamos seguros que está cita servirá como punto de arranque con vistas a situar a la caricatura como una referencia ilustrativa de primer orden. Y también para alentar a los futuros caricaturistas a que se decanten por potenciarla dentro del sitio que le corresponde en el día a día de las comunicaciones electrónicas y convencionales. En este caso vaya también por delante nuestro particular agradecimiento a Casiano Manrique de Lara y al siempre recordado Eduardo Millares Sall, habida cuenta de sus aportaciones dentro de las muchas de las obras que aquí exhibimos. Por último, queremos, desde nuestro Museo, reconocer el trabajo realizado por Franck González, que con su reconocida profesionalidad no solo ha comisariado esta muestra, sino que además nos acerca, merced a su cuidadoso estudio, al contenido y continente de las caricaturas y, lo que es mejor aún, a la razón de ser de sus autores.
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DOMINGO RIVERO Y EL ARTE DE LA CARICATURA
Franck González
“What we call a caricature can quite easily be an allegorical or emblematic drawing, whose purpose is not to make us smile but to make us think. What the label does usually imply is some degree of fantasy or exaggeration, plus an attempt to use a genuinely «popular idiom». This last point is crucial. There is plenty of evidence to show that the true definition of caricature is to be found, not by examining any particular manner the artist happens to adopt, but by trying to discover what kind of audience he has in his mind s eye”.1 1. LUCIE-SMITH, Edward: The art of caricature, Cornell University Press, New York, 1981, p. 9.
Traemos aquí la definición que de la caricatura aportó, hace ya algunos años, el crítico de arte y poeta Edward Lucie-Smith. Este brillante jamaiquino, isleño al fin, venía a rebatir la lectura que otro insigne profesor, el vienés de pasaporte británico Ernst Gombrich había desarrollado en sus conferencias. Unas conferencias que habían introducido de lleno a la caricatura en el objeto de estudio de la Historia del Arte con mayúsculas. Pero detengámonos en la última frase de la cita de Lucie-Smith: “Hay multitud de pruebas que demuestran que la verdadera definición de la caricatura es ser reconocida, no al examinar una determinada forma adoptada por el artista, sino al intentar descubrir qué tipo de audiencia tiene en mente su autor”. Es este un asunto crucial cuando hablamos de la caricatura. A diferencia del retrato, la caricatura se desvanece en las manos del lector cuando éste es incapaz de establecer una relación de identidad entre caricatura y caricaturizado. Podemos disfrutar de un retrato aún sin conocer quién es el sujeto representado. Pero este proceso no se reproduce ante una caricatura de alguien que nos resulta desconocido. Algo que los primeros autores que comenzaron a publicar masivamente sus imágenes –como Hogarth– aprendieron bien pronto. La caricatura adquiere su significado en la cercanía que da la comunidad. Es siempre un asunto local, o nacional, si se prefiere. Y responde a intereses nacionales. Y así, no resulta extraño que uno de los destinatarios de la primera campaña de prensa con-
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temporanea no fuera otro que Napoleón Bonaparte en el marco de las campañas bélicas que pusieron el continente patas arriba entre 1805 y 1813. Campaña que cubriría impresos desde Rusia hasta Latinoamerica, pasando por nuestras islas. El 2. GOMBRICH, E.H.: Arte e ilusión. origen de la caricatura en Canarias se encuentra, precisamente, Estudio sobre la psicología de la en el marco de la invasión sa de la España peninsular y de la representación pictórica, Barcelona, Guerra de la Independencia posterior. Gustavo Gili. 1979, p. 296. La caricatura, según la etimología que Gombrich2 toma de los hermanos Carracci, sería la acción gráfica de “caricare”, esto es, de recargar, o como diríamos en español, de “hacer cargar las tintas” sobre un personaje que –por su elevada condición social o por su poca agraciada condición física– reclama el interés del dibujante o del medio para el cual trabaja. Hay pues una relación directa entre caricatura y poder temporal –político diríamos hoy– que alcanzará su mayoría de edad en las páginas de algunas publicaciones periódicas sas como La caricature (1830-1832) o Le Charivari (1832-1837) en las que brilló con luz propia Honoré Daumier. Estas herramientas de lucha política encontrarán en el pleito insular, que marca el devenir del discurso social grancanario en la segunda mitad del siglo XIX, el medio por el que introducirse en nuestra ciudad. Así surge en 1881 la cabecera El Látigo a la que se responde apenas cuatro meses más tarde desde Santa Cruz con el furibundo antidivisionismo de El Surriago. Ambos panfletos sentarán las bases de un modelo que permanecerá en el tiempo hasta la firma del decreto de la división provincial en 1927. Durante estos casi cincuenta años de combate dialéctico surgirán infinidad de publicaciones entre las que habría que citar, por su trascendencia y por la calidad de sus caricaturas El Abejón (Santa Cruz de Tenerife, 1881-1887), El Gran Galeoto (Las Palmas de Gran Canaria, 1904), El Moscardón (Santa Cruz de Tenerife, 1905-1906), La Careta (Las Palmas de Gran Canaria, 1907-1909), Barreno y…Fuego! (Santa Cruz de Tenerife, 1908-1909), El Mundo (Las Palmas de Gran Canaria, 1909) y La Caricatura (Las Palmas de Gran Canaria, 1909) hasta llegar a las revistas de humor gráfico modernista que comienzan a dejar atrás, en los años de la Gran Guerra –firmados ya en 1913 la instauración de los cabildos insulares–, el tono agrio que había caracterizado el debate hasta ese entonces. Pero paralelamente a estas publicaciones –financiadas,
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naturalmente, de banda y banda– cuya única función era regular el flujo de la presión social en cada momento, surgen a finales del XIX y comienzos del XX algunas publicaciones como Gente Nueva (Santa Cruz de Tenerife, 1899-1901) o Florilegio (Las Palmas de Gran Canaria, 1913-1916) que vienen a dar cabida a un nuevo modo de entender la caricatura: no ya como elemento de lucha política sino como espacio de reconocimiento social. A lo largo del XIX la figura del “Hombre de letras” surgido con la Ilustración adquiere un perfil público cada vez más complejo, convirtiéndose en el intelectual autónomo que va a jugar un papel determinante en los cambios sociales y estéticos del último tercio del XIX. La caricatura se hace eco de este proceso y ya no reflejará sólo al poder político sino a la naciente aristocracia del pensamiento que la nueva hornada de escritores y pintores –Baudelaire, Daumier– representa. Este modelo continental se traslada a las islas en revistas como Gente Nueva en donde encontramos algunas de las primeras caricaturas que conocemos de escritores – como Nicolás Estévanez–, o de periodistas. Es el caso de la caricatura que Diego Crosa hace de la redacción de Gente Nueva en la que nos encontramos a Ángel G. Romero, Felix S. Molowny, José Palazón y A. Delgado y que se publica en el número de 23 de octubre de 1900. Conviene anotar, no obstante, que tanto en ésta como en la de Estévanez es difícil hablar de caricatura, siendo más apropiado quizá hablar de retratos dispuestos sobre cuerpos diminutos, elemento consustancial de lo que se dio en llamar, ya en el siglo XX, la antigua manera de la caricatura. DOMINGO RIVERO Y LA PRENSA DE AYER En este contexto, en el que los intelectuales comienzan a hacer su aparición en los medios de comunicación masiva como sujetos caricaturizables, como representantes de la aristocracia del pensamiento, es en donde debemos mencionar la modernísima caricatura de “Liudu Chaungnk, periodista japonés” publicada en El Gran Galeoto en julio de 1904. O la caricatura que Francisco González hace del periodista Francisco Si en nuestra España hay toros aquí son gallos los que se dan la muerte sin tener manos. Y llama juego el apostar a un gallo mucho dinero.
Hélos aquí pintados a dos gallistas que conocen los bichos por pluma y pinta. Y escribirían un tomo, de curiosa genealogía.
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González Díaz para El Moscardón en diciembre de 1905. O la que el mismo dibujante dedica a Domingo Rivero y a un segundo escritor sin identificar que La Careta publica en enero de 1909. Bajo el lema: “Nuestro gallistas”, las dos caricaturas vienen acompañadas, según el gusto de la época, de unos versos que se ofrecen a fin de facilitar su identificación por parte del público: Refiere el dibujante al gusto de Rivero por la gallera y por la escritura. Más no es ésta ni la primera ni la única caricatura que González le dedicara. De hecho esta portada se enmarca en una serie de caricaturas que hoy se conservan en el Museo Domingo Rivero y que se extienden a largo de más de una década, entre 1908 y 3. Datos tomados de la nota bio- 1918. Son caricaturas de la nueva escuela, modernas, como la gráfica sin firma inserta en la porque traza, a modo de un simple monigote en tinta hacia 1908 y tadilla del álbum “Francisco González, Caricaturas” conservado en de la que derivaría la versión gallera de La Careta. El Museo Canario. Francisco González Padrón (Las Palmas de Gran Canaria, 18811971) era hijo del pintor grancanario Isidoro González Romero (1823-1905), y sobrino de la célebre Agustina González Romero, La Perejila, motivo por el que se le conocía en la bohemia insular como Paquito Perejil.3 Por lo que sabemos, sus primeros dibujos aparecen publicados en la portada del número 4 de El Moscardón, de 16 de diciembre de 1905. A González se le debe el ser el introductor del “bocadillo” en el humorismo gráfico isleño, que aparece en la caricatura de Juan Carló publicada en El Moscardón el 27 de enero de 1906. Tras El Moscardón, González seguirá dibujando en La Careta, y aunque incorpora el “bocadillo” en la portada de su primer número, nuestro humorista seguirá empleando, como hemos visto, el tradicional patrón de situar los textos en la franja inferior de la imagen. González aporta, como Diego Crosa había hecho desde Gente Nueva, un nuevo modo de interpretar la realidad insular. Pero si la propuesta de Crosita está más vinculada al contraste entre personajes del mundo rural y del mundo urbano, el escenario de González es ya netamente urbano. Y político. González es el primer caricaturista de las islas que pasa a toda la clase política por el tamiz de la caricatura desde la modernidad. El objeto de sus críticas es Fernando León y Castillo, quien aparece, de un modo u otro satirizado en casi todos los números de la revista. Otro de sus blancos predilectos será Felipe Massieu y, en general todos los liberales o “leones” (seguidores de León y
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Castillo). Tras La Careta González seguirá publicando en El Mundo y La Caricatura. En aquel medio publicará la célebre caricatura de los Hermanos Millares como siameses. De González debe hacerse mención aquí del álbum de caricaturas que conserva El Museo Canario y que cuenta con una nueva caricatura de Domingo Rivero. Este excepcional álbum contiene 164 caricaturas realizadas a tinta, lápiz y acuarela y sus dimensiones son de 31 x 23,5 cms. Cada una de ellas está firmada y han sido numeradas en el ángulo superior derecho a lápiz del 1 al 164. Cuentan también con anotaciones a lápiz –realizadas a posteriori por otra persona– con los nombres de cada uno de los caricaturizados. Entre ellos encontramos no sólo a la clase política sino a los principales de esta nueva aristocracia del pensamiento que junto a Pérez Galdós integran Rivero, Fray Lesco, Juan Carló, Alonso Quesada o González Díaz. El álbum, de acuerdo con los personajes caricaturizados debe ser datado en torno a 1918. En este año fallece Fernando León y Castillo, quien ocupa desde 1916 el 4. DORESTE, L.: “Desde París”, cargo de Embajador de España en Francia en su cuarta y última Diario de Las Palmas, Las Palmas etapa. La caricatura de Fray Lesco y Juan Carló, a quien lleva en de Gran Canaria, 17 de septiembre brazos, es una referencia directa a la apertura de la Escuela Luján de 1921. Pérez en enero de 1918. El álbum fue remitido, no sabemos si en calidad de regalo, a León y Castillo en la Embajada de España en París. La presencia de este álbum en esta capital nos la comunica Luis Doreste Silva, el secretario personal del político canario que remite una misiva firmada en agosto de 1921 al Diario de Las Palmas titulada “Desde París. Un humorista patriota”. Los detalles aportados, así como la referencia a la caricatura del presidente americano Wilson no dejan lugar a dudas.4 ¿Cómo regresó de París a El Museo Canario? Lo laudatorio del texto –“la verdadera caricatura canaria nadie la hizo como él”– hace suponer que agradaron y mucho las caricaturas a su destinatario. Tal vez el propio secretario remitiera el original a su autor o lo depositara en el museo a la muerte de León y Castillo. Junto a las caricaturas de Paquito Perejil, la colección del Museo Domingo Rivero conserva una aguda caricatura de Rivero –“El secretario de la Audiencia”– dibujada por Alberto Manrique de Lara en 1921 y que sería publicada en La Provincia el 15 de mayo de 1923. Y si Francisco González había sido el introductor
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de la modernidad en la caricatura en Gran Canaria, Alberto será uno de los grandes del humorismo modernista. Alberto Manrique de Lara y Fierro (Las Palmas de Gran Canaria, 1885-1977) se formó en el colegio de San Agustín y lo encontramos, ya en 1919, participando en la 5. La Provincia, Las Palmas de “Primera Exposición de Artistas Canarios” celebrada en el Gabinete Gran Canaria, 12 de junio 1923. Literario. Entre el 3 de mayo y el primero de noviembre de 1923 p. 12 6. MORENO, M.: “Alberto Manri- publicará en La Provincia un total de 39 caricaturas y 7 viñetas. De que de Lara y Fierro”, La Provincia, este refinado trabajo de aproximación a la caricatura y a la viñeta 3 de junio de 1990, pp. XIV-XV. debemos citar, junto a la caricatura de Rivero, algunas de las 7. IZQUIERDO, Eliseo: Periodistas Canarios. Siglos XVII al XX. Pro- mejores caricaturas de toda una época, como son: “El Alcalde”, puesta para un diccionario bio- “El Comisario Regio de Fomento”, Germán León y Castillo, gráfico y de seudónimos, Gobierno Fernando Ynglott, Adán del Castillo Westerling, Sixto del Castillo, de Canarias, Santa Cruz de TeneGregorio León, José Miranda Guerra, Cristóbal Bravo de Laguna, rife, 2005. Tomo III, p. 172. 8. JORDÉ: Labor volandera, Las Lang Lenton, o el “Ingeniero de la Junta del Puerto”. Palmas de Gran Canaria, 1932. Si interesantes son las caricaturas de Manrique de Lara o “AML”, iniciales con las que firma, aún más lo son sus viñetas. “AML” publica la primera viñeta de autor canario aparecido en La Provincia: “La Perra feminista”.5 Sobre el feminismo volverá a publicar otra de similar tono el 28 de junio. Otro sugerente ejemplo del humorismo de “AML” es la mirada que despliega sobre el problema marroquí, sobre los noviazgos o sobre el fútbol, fenómeno ya de masas. Alberto Manrique de Lara desarrollará su labor profesional en la Audiencia, en Obras Públicas y en el Cabildo de Gran Canaria en la época de Matías Vega Guerra. De él nos cuenta Martín Moreno que “se distinguió de igual manera en la elaboración de muchísimos proyectos, carteles y pergaminos; y aunque sus dibujos, pinturas y multitud de caricaturas ganaron premios en diferentes concursos, en la dignidad de su modestia no quiso nunca montar exposiciones”.6 JUAN RIVERO Y LA REDACCIÓN DE LA CRÓNICA Nuestro siguiente paso en este recorrido por la escritura y la caricatura nos lleva hasta el periódico La Crónica, fundado en 1917 por Juan Rivero del Castillo Olivares, el hijo mayor de Domingo Rivero. Juan Rivero había estudiado derecho en Salamanca, ciudad en la que conoce a Miguel de Unamuno y con el que trabará una estrecha amistad. Sin embargo, tras su regreso a la isla, su carácter le lleva a escuchar antes la llamada de las
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redacciones de los periódicos que la de la Audiencia, en donde nunca llegará a debutar como togado. Así, entre 1915 y 1917 lo encontramos como redactor del Ecos, convirtiéndose en el primer director de La Crónica entre 1917 y 1919. Un artículo fechado el 16 de junio de 1919 en La Prensa de Santa Cruz de Tenerife nos cuenta que abandona la dirección del rotativo y que –lo que es más sorprendente– deja la propiedad de la cabecera a sus redactores.7 Sin duda era un hombre singular. Jordé habla de su vasta cultura y de sus grandes cualidades dialécticas al tiempo que registra su pasión por la noche y la vida bohemia.8 Es este sentido de la vida el que recoge la magnífica colección de diez retratos y caricaturas que conserva el Museo Domingo Doreste. Firmadas por Enrique García Cañas, incluye las del propio Juan Rivero y las de Manuel Artiles, Ventura Ramírez, Juan Rodríguez Yánez, Pedro Padilla, Juan Carló, Rafael González y Alonso Quesada. Las caricaturas parecen obedecer, por formato, soporte y técnica, a la intención del dibujante de fijar la memoria de un momento, de brindar una instantánea de un grupo de amigos en franca complicidad. Sólo así puede entenderse 9. IZQUIERDO, Eliseo: Periodistas Canarios. Siglos XVII al XX. Pro- la caricatura de Juan Rivero recostado, dormido bajo el sombrero puesta para un diccionario bio- gacho. O la de Juan Rodríguez Yanez –del que García Cañas gráfico y de seudónimos, Gobierno entrega dos dibujos– en la que lo vemos sentado, con la cabeza de Canarias, Santa Cruz de Teneapoyada en la pared y la boca abierta, roncando. El lema escrito rife, 2005. Tomo III, p. 216. 10. IZQUIERDO, Eliseo: Periodistas encima –“8 de noviembre de 1917, de madrugada”– fija la Canarios. Siglos XVII al XX. Propuesta para un diccionario bio- fecha que inmortaliza lo que debió ser aquella gloriosa noche. gráfico y de seudónimos, Gobierno Juan Rodríguez Yánez, conocido como El Canelo, comenzó a trade Canarias, Santa Cruz de Tenebajar como redactor en El Tribuno de José Franchy Roca para rife, 2005. Tomo III, p. 8. 11. IZQUIERDO, Eliseo: Periodistas pasar, en 1912, al madrileño España Nueva. En los años de la Canarios. Siglos XVII al XX. Pro- Gran Guerra trabaja en La Habana, en la redacción del Diario de puesta para un diccionario biola Marina, hasta que en 1917 regresa a Las Palmas de Gran gráfico y de seudónimos, Gobierno de Canarias, Santa Cruz de Tene- Canaria, en donde firma como Redactor Jefe de Ecos. Un periódico rife, 2005. Tomo I, p. 183. que llegaría a dirigir interinamente durante la enfermedad de su director, Alonso Quesada. El Canelo –uno de los mejores periodistas de su tiempo– formaría parte del equipo fundador, junto a Juan Rivero, de La Crónica, momento que recogen estas caricaturas.9 Otro de los fundacionales de La Crónica, cabecera que figuraba como órgano del Partido Liberal Independiente y que se mantiene abierta hasta 1936, es Pedro Padilla. A Padilla lo encontramos como director de La Crónica en un telegrama de protesta fechado en 1919 y firmado por los directores de los pe-
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riódicos de nuestra ciudad, que consideraban –hace ya un siglo– que los presupuestos generales del Estado eran lesivos para Gran Canaria.10 Otro miembro de la redacción de La Crónica retratado por García Cañas fue Manuel Artiles Gutiérrez, redactor también “por temporadas” de El Radical de Las Palmas de Gran Canaria. Tenemos noticias de él por Jordé, que dice que era al propio tiempo funcionario municipal competente, pero un bohemio que derrochó suicidamente sus energías y que murió joven.11 Completan la colección del museo los retratos de los médicos y contertulios Rafael González y Ventura Ramírez. Mención aparte merece el dibujo de Juan Carló y el de Alonso Quesada al que García Cañas incorpora, como hace en casi todos los demás un “verso suelto”, esto es, un dibujo recortado sobre el soporte de cartón verde 12. ARANDA MENDÍAZ, Manuel: original. Y si en el caso de Rafael González eran unos conejos y “El edificio de la sociedad Gabinete una escopeta –en alusión a su afición a la cacería–, o en el de Literario”, Aguayro, Las Palmas de Gran Canaria, julio-agosto de Juan Rivero una estrella y una luna –en referencia a los hábitos 1984, pp. 15-17. nocturnos de la cuadrilla, como sucede con el gato en El Canelo–, 13. GARCÍA CAÑAS, Enrique: bajo Alonso Quesada dibuja García Cañas un mono verde. “Una idea de Fray Lesco: Los decoradores de mañana”, La Crónica, Referencia velada a los prominentes rasgos que el dibujante enLas Palmas de Gran Canaria , 15 cuentra en el autor de las Crónicas… Caricaturas y retratos que de junio de 1917. suman, a su valor individual el hecho de ser las únicas conservadas 14. GARCÍA CAÑAS, Enrique: “Una idea de Fray Lesco: Los de- de García Cañas. coradores de mañana”, La Crónica, Personaje prácticamente desconocido de la vanguardia insular, Las Palmas de Gran Canaria , 15 Enrique García Cañas desarrolló su labor profesional en el Cabildo de junio de 1917. de Gran Canaria. Aquí dejará su traza en la remodelación del 15. GARCÍA CAÑAS, Enrique: “Una idea de Fray Lesco: Los de- Hospital de San Martín firmada en 1917. Como arquitecto del coradores de mañana”, La Crónica, Cabildo será el llamado a estar al frente de la cuadrilla encargada Las Palmas de Gran Canaria , 15 de la extinción del incendio declarado en el teatro Pérez Galdós la de junio de 1917. noche del 28 de junio de 1918. En 1920 presentó un proyecto para la reforma de la fachada principal del Gabinete Literario, que acompañó con algunas panorámicas a acuarela. Propuesta que fue rechazada por la directiva de la sociedad, que se inclinó por la firmada por los arquitectos Fernando Navarro y Rafael Massanet.12 Poco después García Cañas decidió buscar nuevos horizontes, estableciéndose en Cádiz, donde firmará complejos de balnearios como el de Nuestra Señora de Palma y El Real en la playa de La Caleta en 1924. Pero más allá de su perfil como arquitecto, nos interesa traer a García Cañas por su activo papel en los preámbulos de la apertura de la Escuela Luján Pérez. Aquí la figura del arquitecto se une a la
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de Juan Rivero, ya que será en las páginas de La Crónica en donde se publique el texto fundacional de la escuela escrito por Domingo Doreste Fray Lesco: “Los decoradores de mañana”, el 5 de junio de 1917. Diez días más tarde García Cañas publicaba – nuevamente en La Crónica– un texto de apoyo público a la iniciativa de Fray Lesco.13 En este artículo García Cañas, quien entiende la propuesta de Fray Lesco como una Escuela de Artes y Oficios para obreros, comparte también el carácter regenerador y la finalidad económica del proyecto: “El arte es la condición esencial y vital de la industria y un poderoso medio para el engrandecimiento y la riqueza del país.”14 Pero García Cañas va un paso más allá al proponer como modelo la Metropolitan School of Practical Art en Marlborough House: “Los maravillosos resultados de estas escuelas se manifestaron en la primera Exposición, que se verificó cinco años después. El ejemplo fue seguido por todas las naciones de Europa. Inútil es decir que España no se dio por enterada.”15 Es éste un modelo que nace del deseo del Príncipe Alberto de reorganizar la enseñanza del arte en el Reino Unido tras la Gran Exposición de Londres organizada por Sir Henry Cole en 1851. Un año después Cole es nombrado Superintendente General del nuevo “Department of Practical Art” en Marlborough House, Londres, levantando un museo que incorpora objetos adquiridos con motivo de la gran exposición. Su objetivo era incentivar el gusto del público y proveer de modelos a los estudiantes de arte. Este museo se convertirá en la base del South Kensington Museum que en 1899 pasa a denominarse Victoria and Albert Museum. La metodología propuesta por Cole se basaba en el dominio del dibujo técnico, primero 16. RODRIGUEZ DORESTE, J.: “El sobre el plano y después sobre volúmenes geométricos. La copia pintor Juan Carló (Ensayo de biode modelos, sin ninguna referencia a la naturaleza, se mantenía grafía)”, Caja Insular de Ahorros, hasta un muy avanzado estadio de formación. El fin de esta Las Palmas de Gran Canaria, 1982, p. 93. reforma, llevada a cabo por maestros especialmente formados, 17. GUERRA NAVARRO, Francisco: no era la formación de artistas, sino de trabajadores especializados. Contribución al léxico popular de Gran Canaria, Ediciones “Peña Radica aquí la principal diferencia entre las propuestas de Cole y Pancho Guerra”, Madrid, 1965, las de Ruskin. Sin embargo, el deseo de promover el arte y el p. 165. gusto artístico del público como modo de mejorar la sociedad será compartido tanto por Ruskin como por Morris y será pauta común del movimiento Arts & Crafts. Añádase a ello un importante componente comunitario y la propuesta de regeneración del país a través de la enseñanza de los oficios presente tanto en Ruskin y Morris como en Walter Crane y Charles Robert Ashbee y obtendremos unos presupuestos teóricos muy próximos a los de Fray Lesco y García Cañas. En este sentido es revelador el hecho de que García Cañas acabara incorporándose al cuerpo docente de
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la Luján Pérez, impartiendo, precisamente, la asignatura “Dibujo geométrico o lineal” durante el curso académico de 1918. 18. HERNÁNDEZ SOCORRO, María La estrecha vinculación entre La Crónica y la Luján Pérez explica de los Reyes, GONZÁLEZ, Franck: también la presencia del retrato de Juan Carló, el primer director Eduardo Millares Sall. Más allá de Cho-Juáa, Centro de Iniciativas de de la escuela, en esta colección. De hecho, la primera muestra orLa Caja, Las Palmas de Gran Ca- ganizada desde la Luján Pérez, el 18 de marzo de 1918, se abrió naria, 2011, p. 12. en los salones de La Crónica. Aquel día se mostraba al público el 19. Aparecerá todos los sábados retrato de Benito Pérez Galdós recién pintado por Juan Carló.16 En desde el 24 de agosto de 1968 hasta el 24 de mayo de 1980. En la segunda muestra organizada por la escuela, la “Primera total serán 688 números: del nú- Exposición de Artistas Canarios”, abierta en el Gabinete Literario mero 1 al 343 el suplemento el 20 de noviembre de 1919, Enrique García Cañas participará está compuesto por ocho páginas. Del 344 al 688 contará con una junto a los profesores Juan Carló y Colacho Massieu y a los sola página. En total Eduardo es jóvenes alumnos de la escuela. Junto a ellos cuelga sus caricaturas el responsable de la edición de Alberto Manrique de Lara, de quien ya hablamos. 3.088 páginas de humor gráfico y literario. 20. “Estudio anatómico de “Cho Juáa”, Diario de Las Palmas, Las Palmas de Gran Canaria, 25 de noviembre de 1968. 21. CARMELO-MARTIN, “Cho Juaá, retratista del humor canario”, El Día, Santa Cruz de Tenerife, 22 de febrero de 1978.
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JOSÉ RIVERO Y LA REDACCIÓN DE EL CONDUTO Dice Pancho Guerra, en su Contribución al léxico popular de Gran Canaria que “Conduto” es “alimento complementario de la comida normal, especialmente el queso y las aceitunas en adobo, que se toma al tiempo del potaje, el gofio y otras viandas, en función esencial del aperitivo, o sea, para estimular el apetito”. 17 Y seguramente para eso, para estimular el apetito, fue para lo que nació El Conduto. Dirigido por Eduardo Millares Sall, el primer número de esta cabecera surge como suplemento entre las páginas del Diario de Las Palmas el sábado 24 de agosto de 1968. Pero no era ésta la primera vez que Millares la ponía en marcha. La cosa venía de lejos. Entre 1942 y 1943 Eduardo confecciona junto a sus hermanos una primera tentativa en la línea abierta por revistas como La Pandilla (1937), Racha (1939) y Contra Viento y marea (1940).18 El Conduto llega por primera vez a la prensa de la mano del semanario Roque Nublo el 11 de febrero de 1956. De esta segunda etapa –la primera impresa– sólo se han conservado ejemplares sueltos correspondientes a los sábados 11, 18 y 25 de febrero de 1956. Junto a caricaturas y dibujos humorísticos de Eduardo –que firma indistintamente como Sall o Cho-Juáa, encontramos allí viñetas de su padre, Juan Millares Carló. Eduardo Millares había comenzado a trabajar para Roque Nublo –en el que su amigo Rafaely trabajaba
como dibujante– poco antes, publicando su primera viñeta de “Humor Isleño” el 24 de diciembre de 1955. Trece años más tarde, las páginas del vespertino Diario de Las Palmas albergaban el primer número de la revista de humor gráfico de mayor repercusión y más larga trayectoria en Canarias, nada menos que 12 años.19 El Conduto, que merecería por sí 22. REDACCION,”Casildita, Cho sólo una edición crítica, será el portavoz de la caricatura más Juaá y El “Conduto” estuvieron avanzada en nuestro país. Prácticamente todos los integrantes de en el Club de Prensa”, La Provincia, Las Palmas de Gran Canaria , 20 la Agrupación Vanguardista Hispana de Caricaturistas Personales (AVH) y un sinfín de caricaturas de autores clásicos españoles de de junio de 1987. 23. SANTANA, A., “El timple y las los años 20 y 30 encontrarán acogida entre sus páginas. olas dijeron adios al último boheEn el primer número Eduardo publicará una caricatura de Luis mio”, Canarias7, Las Palmas de Gran Canaria , 9 de octubre de Lasa –figura fundamental en la renovación de la caricatura hispa1992, p. 12. na– y, en la última página, su célebre “Estudio Anatómico”. Este 24. El Conduto, Las Palmas de dibujo de un personaje está acompañado por el nombre de cada Gran Canaria, 25 de octubre de una de las partes del cuerpo tal y como son conocidos popularmente: 1969, núm. 61. 25. El Conduto, Las Palmas de “Y así tenemos el sentido por el cerebro; el totiso, por la cabeza; el Gran Canaria, 15 de febrero de hígado por la carajaca y una retahila como la caja del cuadril, los 1969, núm. 26. 26. El Conduto, Las Palmas de ñames, las palancas, los dátiles, el jocico, los besos, el gañote, el Gran Canaria, 12 de julio de 1969, clavijero, la caja de resonancias, las abanaderas, etc. por los núm. 47. respectivos órganos del cuerpo humano...”.20 El Conduto tuvo tal 27. El Conduto, Las Palmas de Gran Canaria, 13 de septiembre éxito entre los lectores que Millares tuvo en mente hacerse cargo de 1969, núm. 55. personalmente del proyecto editorial “pero me pusieron tantas 28. El Conduto, Las Palmas de pegas burocráticas después de haber pagado 25.000 pesetas que Gran Canaria, 11 de enero de abandoné el proyecto”.21 1969, núm. 21. 29. El Conduto, Las Palmas de Millares y su equipo incorporan a El Conduto fragmentos de Gran Canaria, 26 de julio de 1969, historia, literatura, música y etnografía canaria con un objetivo núm. 48. 30. El Conduto, Las Palmas de muy marcado tal y como La Provincia pondría de manifiesto años Gran Canaria, 21 de noviembre más tarde: “La iniciativa de Destilerías Arehucas [la de editar la de 1970, núm. 117. Baraja Guanche y el Libro del Ron] ha servido para recuperar y po31. El Conduto, Las Palmas de Gran Canaria, 3 de enero de 1970, pularizar una obra gráfica que identifica a todo un movimiento sociocultural promovido alrededor de El Conduto, donde se publicaron núm. 71. historias, comedias, anécdotas y dibujos, gracias a la gran cantidad de colaboradores y amigos de Eduardo Millares Sall que enriquecieron las divertidas páginas de la prensa canaria, en lo que fue la única revista humorística habida en Canarias en las últimas décadas”.22 Uno de los que pasaron por El Conduto va más allá acerca de su contenido: “No le gustaba la miseria insular, el caciquismo de muchos y la cortedad de miras de unos personajes que anquilosaron
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nuestro desarrollo durante décadas, sobre todo, en lo cultural, pese a que él y muchos otros, en el entrañable El Conduto que sacaba los sábados Diario de Las Palmas intentaron abrir brecha en una sociedad pacata que asistía al espectáculo renovado en estos días de ver como se vendía la tierra a trozos sin que nadie, excepto hombres como Eduardo, supieran salir a decir en la palestra pública que estábamos vendiendo la montura a cambio del aparejo... Supo mantener una independencia feroz que adobaba con golpes de socarronería... Fue un hombre libre, en el buen sentido de la palabra y su libertad la volcaba en el momento de crear hasta el punto de hacer caminar entre la gente sencilla a personajes como el mismo Cho, Casildita, Marcialito 32. El Conduto, Las Palmas de o Fefa, a los que definía como representantes de toda la socarronería, Gran Canaria, 25 de octubre de toda esa filosofía elemental, pero profunda, que caracteriza al 1969, núm. 61. hombre de nuestras islas, al maúro o al roncote, al campesino y al pescador, a los que ha intentado definir de la forma más adecuada a través del dibujo geométrico”.23 Este movimiento sociocultural del que habla La Provincia es fiel reflejo de las inquietudes de un colectivo de colaboradores que marcarán profundamente la prensa, la cultura y la política de los años setenta y ochenta en Canarias. De ahí la importancia de la colección de caricaturas que Eduardo hace de la primera redacción de El Conduto, integrada por ocho gouaches a los que habría que añadir el de Bartolito de Socarán, publicada el 16 de mayo de 1970. Encontramos aquí al primer equipo formado por José Rivero, Pepito el de Tafira,24 Óscar Falcón Ceballos, Óskar,25 Faustino García Márquez, Pastino,26 Pedro Schlueter Caballero, Periquito el Maúro,27 Pepe Alemán, Feluco el de Firgas,28 Agustín Millares Sall, Pancho Rugama,29 una autocaricatura del propio Eduardo30 y la de Luis Rivero Luzardo, Chanito el del Carrizal.31 Las caricaturas, en su edición impresa, venían acompañadas cada una de ellas de un perfil escrito por otro compañero de redacción. Es el caso, por ejemplo, de la caricatura de Pepito el de Tafira, escrita por Feluco, que no nos resistimos a reproducir: “Pepito er de Tafira. Más canario que el gofio. Por eso Cho-Juáa le jincó la pintadera en toas las bembas. Es un muchachito serio é que le gusta enrolarse en tós los entullos del Conduto y que cuando Cho Juanito cayó en la cama como cortacapote por mo de la caracaja pos le ayudó en tó, ta que mejorara. Totá que ahí le tienen pelúo como es é y los espejuelos con las patas siempre en la coronilla. A uno le da dentera veslos ansina polque le parese que de aquí para allá le van a rembalar narí pabajo y caese al suelo y
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DOMINGO RIVERO Y LA PRENSA DE AYER
FRANCISCO GONZÁLEZ Domingo Rivero, 1908 Tinta y gouache sobre cartón 14,2 x 9 cm.
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FRANCISCO GONZÁLEZ Domingo Rivero, 1908 Impresión fotográfica sobre papel 20,2 x 14,2 cm.
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FRANCISCO GONZÁLEZ Nuestros gallistas, 1909 Reprografía 27,7 x 20,5 cm. Publicado en La Careta el 9 de enero de
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FRANCISCO GONZÁLEZ Domingo Rivero, sin fecha Impresión fotográfica sobre papel 20,2 x 15 cm.
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FRANCISCO GONZÁLEZ Domingo Rivero, 1918 Impresión fotográfica sobre papel. 20,2 x 15 cm. Copia tomada del álbum de Francisco González conservado en El Museo Canario. Medidas del soporte original: 31 x 23,5 cm.
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ALBERTO MANRIQUE DE LARA Domingo Rivero, 1921 Reprografía 25 x 12,5 cm.
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ALBERTO MANRIQUE DE LARA Domingo Rivero, 1921 Tinta, grafito y clarión sobre papel 33,5 x 15,7 cm. Publicado en La Provincia el 15 de mayo de 1923, p. 12.
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JUAN RIVERO Y LA CRÓNICA
ENRIQUE GARCÍA CAÑAS Juan Rivero, 1917 Tinta sobre papel 12,5 x 10,5 cm. Medidas del soporte: 21 x 12 cm.
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ENRIQUE GARCÍA CAÑAS Manuel Artiles, 1917 Tinta y gouache sobre papel 16 x 12 cm. Medidas del soporte: 18 x 13 cm.
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ENRIQUE GARCÍA CAÑAS Alonso Quesada, 1917 Tinta y grafito sobre papel 14,2 x 12,5 cm. Medidas del soporte: 22 x 14 cm.
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ENRIQUE GARCÍA CAÑAS Ventura Ramírez, 1917 Grafito sobre papel 16 x 10,6 cm. Medidas del soporte: 19 x 12 cm.
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ENRIQUE GARCÍA CAÑAS Juan Rodríguez Yánez, 1917 Tinta y aguada sobre papel 16 x 12,2 cm. Medidas del soporte: 21 x 14 cm.
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ENRIQUE GARCÍA CAÑAS Pedro Padilla, 1917 Tinta y aguada sobre papel 13 x 11,5 cm. Medidas del soporte: 22 x 13,5 cm.
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ENRIQUE GARCÍA CAÑAS Juan Carló, 1917 Tinta y grafito sobre papel 20,8 x 12,5 cm.
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ENRIQUE GARCÍA CAÑAS Artiles, 1917 Tinta y grafito sobre papel 15 x 12,2 cm. Medidas del soporte: 21 x 15 cm.
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ENRIQUE GARCÍA CAÑAS Juan Rodríguez Yánez, 8 de noviembre de 1917 de madrugada, 1917 Tinta y grafito sobre papel 15 x 12 cm. Medidas del soporte: 23 x 15 cm.
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ENRIQUE GARCÍA CAÑAS Rafael González, 1917 Grafito sobre papel 13,5 x 9,8 cm. Medidas del soporte: 21 x 13 cm.
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JOSÉ RIVERO Y EL CONDUTO
EDUARDO MILLARES SALL José Rivero Gómez, “Pepito el de Tafira”, 1970 Gouache sobre papel 32 x 24 cm. Publicado en la portada de El Conduto el 25 de octubre de 1969.
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EDUARDO MILLARES SALL Agustín Millares Sall, “Pancho Rugama”, 1970 Gouache sobre papel 30,5 x 21,5 cm. Publicado en la portada de El Conduto el 26 de julio de 1969.
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EDUARDO MILLARES SALL Autocaricatura, 1970 Gouache sobre papel 30,5 x 21,5 cm. Publicado en la portada de El Conduto el 21 de noviembre de 1970.
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EDUARDO MILLARES SALL Luis Rivero Luzardo, “Chanito el del Carrizal”, 1970 Gouache sobre papel 30,5 x 21,5 cm. Publicado en la portada de El Conduto el 3 de enero de 1970.
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EDUARDO MILLARES SALL Pedro Schlueter Caballero, “Periquito el Maúro”, 1970 Gouache sobre papel 32 x 24 cm. Publicado en la portada de El Conduto el 13 de septiembre de 1969.
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EDUARDO MILLARES SALL Faustino García Márquez, “Pastino”, 1970 Gouache sobre papel 30,5 x 21,6 cm. Publicado en la portada de El Conduto el 12 de julio de 1969.
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EDUARDO MILLARES SALL Pepe Alemán, “Feluco el de Firgas”, 1970 Gouache sobre papel 30,5 x 21,6 cm. Publicado en la portada de El Conduto el 11 de enero de 1969.
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EDUARDO MILLARES SALL Óscar Falcón Ceballos, “Oskar”, 1970 Gouache sobre papel 32 x 24 cm. Publicado en la portada de El Conduto el 15 de febrero de 1969.
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Sancocho de redacción, El Burrero, 1º de Mayo de 1970 De izquierda a derecha: Antonio Cardona Bartolito de Socarán, José Rivero Pepito el de Tafira, Eduardo Millares Cho-Juaá, José Alemán Feluco el de Firgas, Agustín Millares Pancho Rugama y Agustín López Molina Vate López.
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DOMINGO RIVERO Y LA PRENSA DE HOY
FERNANDO MONTECRUZ Domingo Rivero, 2009 Grafito sobre papel 32,5 x 23 cm.
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Este libro se compuso con las tipografías Calibri, Frutiger y sus variantes. Se terminó de imprimir el 14 de abril de 2013.