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LA TRAMA Y LA LINEA

La Trama es una textura gráfica. Francis D.K. Ching es uno de los teóricos del dibujo que mejor define y estructura los tipos de ejecuciones de líneas tramas para crear sensación volumétrica en el plano a la vez que analiza las distintas texturas resultante, es por ello que realizaremos una transcripción literal de texto suyo “…Las texturas gráficas actúan sobre el soporte dibujando signos, no actuando sobre la masa del mismo ni agregando ninguna otra que sea matérica (salvo la mínima de la mancha del lápiz, o la tinta). Se utilizan signos, como la línea o el punto, como único recurso. Considerando que el valor tonal se expresa, sobre todo, a través de la proporción de zonas de luz y de sombras existentes en la superficie del dibujo, las características principales de estas técnicas son la separación y la densidad de trazos y puntos, y las secundarias, la textura visual, la trama y la dirección de los trazos. Rayado pluridireccional: Muchas veces se combinan en un mismo trabajo los rayados uni y pluridireccionales. El empleo de tres o más capas de rayado proporciona mayor flexibilidad al generar una gama más amplia de tonos y de texturas superficiales. La pluridireccionalidad de este rayado facilita la descripción de la orientación y curvatura de las superficies. Rayado discrecional: El rayado discrecional es una técnica basada en el trazado de una red de líneas arbitrarias y pluridireccionales. Variando la forma, densidad y dirección de los trazos se logra una gama extensa de tonos, texturas y notas de expresión visual. Si trenzamos los trazos conseguiremos una estructura más compacta de tonos y manteniendo una dirección dominante crearemos un listado que unifica las diversas zonas y las sombras propias construidas con valores tonales. Nuevamente, hay que poner atención en la escala y densidad de los trazos y conocer las características relativas a la textura superficial, al dibujo de la trama y al material que con ellos quieren representarse. Pautas para la ejecución de tramas: ·

“……Las líneas con poca separación, pierden individualidad y se funden formando un valor

tonal. ·

El aumento del grosor acentúa los tonos más oscuros y acarrea tosquedad y pesadez, a la

vez que pierde realismo la representación. ·

Conviene utilizar lápices con distinto índice de dureza. Las líneas a lápiz tienen un valor

tonal variable dependiendo de la presión y del índice de dureza. La línea a pluma es constante, salvo que la plumilla sea flexible.

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Interesan trazos cortos, rápidos y oblicuos.

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Para definir unos límites, se fija el inicio de cada trazo presionando levemente en ese

inicio. ·

Para superficies curvas y gradación de tonos se deja que el extremo final del trazo se

pierda a merced de la progresiva disminución de la línea. ·

Interesa, en superficies grandes, solapar con nuevas tramas para evitar franjas de líneas

·

Los trazos unidireccionales conforman imágenes definidas y más realistas.

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Así mismo, con la aplicación de capas adicionales con trazos oblícuos que apenas difieran

de los anteriores, conservando la direccionalidad, se evita las confusiones con el dibujo subyacente y se unifican las diferentes zonas. ·

En cuanto a la dirección del rayado, este puede acomodarse a los contornos de las formas

y enfatizar la orientación de sus supercicies. Las series de líneas, junto con la textura y el contorno, son capaces de trasmitir también características físicas como, por ejemplo, la fibra de la madera etc……” La línea. Según Jean Leymarie, quien fue director de la Academia de Francia en Roma,”…..representar una delgada superficie plana, mediante trazos que no existen en la naturaleza, la masa coloreada de objetos, o bien estampar visiones interiores en blanco y negro es un raro desafío mental….” Con esta afirmación podemos iniciar este tramo del presente artículo pues consideramos que la línea es la forma más genuina de expresión dentro del contexto del dibujo y de las artes bidimensionales en general. En las enseñanzas del dibujo la línea adquiere un papel protagonista no solo como recurso para configurar el volumen a partir de la valoración tonal por tramas sino por su poder expresivo y conceptual. Una obra dibujística que emerge a partir de trazos de diversa índole adquiere ante nuestra vista un poder expresivo difícil de igualar. La línea puede ser estudiadas desde dos ámbitos: desde el punto de vista conceptual y desde el punto de vista expresivo. La línea tiene la cualidad de ser el elemento visual más conceptual y a su vez el más gestual y expresivo que existe, desde los dos ámbitos la estudiaremos, como trascripción de ideas visuales y generadora de formas desde un punto de vista mental y conceptual y como el elemento más autobiográfico que existe, el signo visual que mejor nos trasmite la personalidad y los sentimientos del artista. Ya así lo entendieron en la Antigua Roma que fue cuando se empezó a utilizar la rúbrica como el más genuino elemento de identificación de una persona, manteniéndose hasta la actualidad. Para hacer una breve síntesis intuitiva podría decir que la línea utilizada como elemento generador de

pensamientos visuales sería la utilizada por Kandinsky en sus obras, siendo esta junto al

color los

elementos estructurales de sus obras adquiriendo la línea un papel determinante en la composición del cuadro; empleo conceptual que permitió la creación de las primeras obras totalmente abstractas de la cultura occidental. En el mismo concepto lineal encerramos las obras egipcias y todas las geométricas primitivas, y más próximas en el tiempo en la Edad Media ya sean en pintura manuscrito o relieves de la época, donde ésta adquiere la función de configuradora del mundo y de ordenación, geométrica en muchos casos. En el sentido opuesto nos encontramos uno de los más significativos dibujantes del siglo XX, el escultor pintor y dibujante como el mismo se consideraba, Alberto Giacometti. Como dibujo sensitivos y expresivos a modo de rúbrica, gesto personal y genuino nos encontramos con los dibujos de Rembrandt y otros dibujantes del siglo XVII o Matisse y los de la mayoría de los artistas manieristas o del último renacimiento.