REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIO CATEDRA: EDUCACIÓN HOLÍSTICA
INTEGRANTES: (DRAGONES) Adriana Fuenmayor: C.I 18.573.750 Elena Peña: C.I.: 9. 770. 521 Glendis Trejo: C.I: 12.515.545 Milagro Leiva: C.I: 7.895.715 Mónica Bastidas: C.I: 12.445.450 Antonio Troconis: C.I: 7.600.352 Alexandra Terán: C.I : 13.897.012 Andreina Torres: C,I: 12.750.072
Maracaibo; 31- 03- 2011 RESUMEN
"Lo que tenemos que aprender a hacer, lo aprendemos haciendo". Esta cita, atribuida a Aristóteles, es la mejor muestra de que la valoración del aprendizaje experimental sobre el puramente académico no es una moda nueva o una tendencia pasajera, sino que pervive en el tiempo. Autor de la máxima ‘Aprender Haciendo’, reporta que J. Dewey abordó cuestiones plenamente vigentes, afirmando que ideas como la naturaleza científica de la educación, la relación entre la teoría y la práctica en este campo y el valor educativo del pluralismo democrático para el desarrollo de hábitos inteligentes y morales, hunden sus raíces en la obra de Dewey. Tenemos entonces, que el aprender haciendo no es nada nuevo, es como siempre se ha aprendido; es más, es como siempre se sigue aprendiendo de forma relativamente inconsciente: “hasta que lo hacemos, no lo sabemos realmente”, y muchas veces, tenemos que hacerlo varias veces, para realmente aprenderlo. Pero sigue siendo el método más eficaz y más satisfactorio. Cuando uno hace algo, por muy malo que sea, logra satisfacción por hacer, por haberlo conseguido, eso se traslada a su estado de ánimo. Lo interesante es que las cosas se pueden hacer de otra manera y generar un espacio de amplia satisfacción en el profesor y de amplía eficacia y motivación en el alumno, que va a aprender más y más eficientemente. En la actualidad, bajo la denominación "aprender a haciendo" ha surgido una metodología pedagógica que aboga por implantar este tipo de aprendizaje experimental en los sistemas educativos, sobre todo, en los más centrados en la adquisición de conocimientos y la evaluación de los mismos, que en la valoración de las aptitudes prácticas que adquieren los estudiantes con ellos. Se logra una relación directa con las experiencias personales del estudiante y conocer la visión clara de su experiencia.
"Lo que tenemos que aprender a hacer, lo aprendemos haciendo". Esta cita, atribuida a Aristóteles, es la mejor muestra de que la valoración del aprendizaje experimental sobre el puramente académico no es una moda nueva o una tendencia pasajera, sino que pervive en el tiempo. Hacia 1876, el coronel William Parker fundó en EEUU, cerca de Boston, una escuela revolucionaria, cuya máxima era ‘Aprender Haciendo’, pero fue su amigo John Dewey quien empezó a poner en práctica estos principios, los que fueron difundidos más ampliamente gracias a William Kilpatrick, creador del Ilamado ‘Método de Proyectos’, considerando, que un proyecto es un plan de trabajo libremente elegido, con el objeto de realizar algo que nos interesa. Los últimos años del s. XIX y la primera mitad del s. XX están plenamente identificados con la imagen pedagógica de John Dewey y su escuela progresiva, siendo considerado hasta hoy como el gran impulsor de la ‘pedagogía de la acción’ a nivel mundial. Enseñar a pensar sobre lo que se aprende, aprendiendo así a aprender durante toda la vida’ es el juego de palabras con que resume Coro Molinos, profesora de la Universidad de Navarra, una de las metas de la pedagogía de John Dewey, en su libro publicado el 2002 en España, bajo el título ‘Concepto y Práctica del Currículo en J. Dewey’ Autor de la máxima ‘Aprender Haciendo’, reporta que J. Dewey abordó cuestiones plenamente vigentes, afirmando que ideas como la naturaleza científica de la educación, la relación entre la teoría y la práctica en este campo y el valor educativo del pluralismo democrático para el desarrollo de hábitos inteligentes y morales, hunden sus raíces en la obra de Dewey. J. Dewey publicó en 1910 el libro ‘How we think’, traducido al español en 1917 y revisado en 1933, el cual es considerado una aplicación de su teoría del conocimiento, a la educación. Aunque posteriormente siguió trabajando y publicando numerosos libros y artículos sobre su teoría de la educación, en más de una ocasión, este autor ha sido objeto de críticas e interpretaciones erróneas. "Su famosa máxima 'aprender haciendo' se ha leído de forma muy
superficial, como un puro hacer por hacer, cuando lo que Dewey en realidad propugna
es
un
aprendizaje
activo,
entendido
como
formulación
y
experimentación de hipótesis de significado por parte del alumno", afirma Coro Molinos en su publicación de hace un par de años atrás. Por su parte, Javier Martínez Aldanondo, especialista en formación de personas a través de la División Gestión del Conocimiento de Catenaria, publicó el año 2005 un artículo titulado ‘Los 7 pecados capitales del e-learning’ describiendo como el primer y más grande de estos pecados, el creer que las personas aprenden escuchando o leyendo. Esto fue largamente detallado por Martínez, en el Seminario Edunet 2005, realizado en Santiago de Chile, afirmando que ya desde los griegos se sabía que “Lo que tenemos que aprender, lo aprendemos haciendo” (Aristóteles) y describe cómo las personas aprenden: •
Haciendo (learn by doing).
•
Persiguiendo objetivos que les importan a ellos (motivación).
•
Equivocándose y reflexionando sobre cómo resolver los problemas, por lo general con la ayuda de alguien más experimentado.
•
En un entorno seguro, libre de riesgos y simulando el trabajo real que alienta la experimentación, el razonamiento, la toma de decisiones y vivir las consecuencias de esas decisiones.
El pedagogo estadounidense Edgar Dale. “El Cono del aprendizaje” desarrollado por este reconocido experto, representa una pirámide que explica cuáles son los métodos más y menos efectivos para el aprendizaje. Según esta representación, en la cúspide, con menor incidencia positiva, se ubican los métodos que implican una mayor pasividad del alumno, como leer, ver u oír. Sin embargo, en la base se sitúan los métodos más eficaces, que requieren mayor actividad por parte del aprendiz: experiencia directa, simulaciones, dramatizaciones y demostraciones.
Tenemos entonces, que el aprender haciendo no es nada nuevo, es como siempre se ha aprendido; es más, es como siempre se sigue aprendiendo de forma relativamente inconsciente: “hasta que lo hacemos, no lo sabemos realmente”, y muchas veces, tenemos que hacerlo varias veces, para realmente aprenderlo. Pero sigue siendo el método más eficaz y más satisfactorio. Cuando uno hace algo, por muy malo que sea, siente cierta satisfacción por hacer, por haberlo conseguido, y eso se traslada a su estado de ánimo. Y todo es de sentido común, pero cuando llegamos al universo académico, es como si diéramos un “salto mortal” y nos “montáramos” en un pedestal, en el pedestal del conocimiento y de la teoría, y desde allí miramos a unos seres que necesitan aprender, pero que han de sufrir lo que nosotros también sufrimos para aprender lo que sabemos. No hay nada sádico en todo esto, todo ocurre sin malas intenciones, sencillamente ocurre demasiadas veces. Lo interesante es que las cosas se pueden hacer de otra manera y generar un espacio de amplia satisfacción en el profesor y de amplía eficacia y motivación en el alumno, que va a aprender más y más eficientemente. Generar espacios para aprender haciendo en grupo, aprender a través de la acción-investigación, aprender a través de uno mismo y en formato casi de autogestión, aprender con otros, en grupo, son aspectos de un horizonte estratégico hacia el que camina la sociedad y la enseñanza en general. Como dice Dewey: "Toda educación deriva de la participación del individuo en la conciencia social de la especie." En la actualidad, bajo la denominación "aprender a haciendo" ha surgido una metodología pedagógica que aboga por implantar este tipo de aprendizaje experimental en los sistemas educativos, sobre todo, en los más centrados en la adquisición de conocimientos y la evaluación de los mismos, que en la valoración de las aptitudes prácticas que adquieren los estudiantes con ellos. La metodología del ‘Aprender Haciendo’, es un programa de enseñanza práctico, centrado en la experiencia de los estudiantes y que implicara a la vez
un hacer y una prueba. Permite estar en relación directa con las experiencias personales del estudiante, conocer la visión clara de su experiencia, que a la vez permite incrementar la eficacia en el desempeño. El trabajo práctico, decía Dewey, “suministra magníficas oportunidades para aprender las materias de los programas de estudio, no solo como información, sino como un conocimiento adquirido a través de las situaciones de la vida”. En el Aprender Haciendo se presentan situaciones en las que los problemas se refirieran a la vida común, de allí su gran importancia, tanto el método de enseñanza del docente, como el método de aprendizaje del alumno, debían ser aspectos de un método general de investigación. Por lo tanto, el método más adecuado para la enseñanza es el ‘método de los problemas’, caracterizado por referirse a alguna experiencia actual del estudiante. Es decir, el punto de partida debe ser alguna situación empírica. Otra etapa del método, es una inspección de los datos que se tienen a la mano y que pueden brindar una solución al problema; posteriormente, se debe conformar una hipótesis y finalmente, someter la hipótesis a la prueba de la experiencia.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Psicología de la Educación. Norman A. Sprinthall, Richard C. Sprithall, Sharon N. Oja 6ª. Edición, Edit. Mc Graw Hill, España, 1996. Diccionario de Ciencias de la Educación. Edit. Santillana
Paginas Web consultadas: http://www.inacap.cl/data/2006/EnewsDocentes/octubre/SabiaUsted01_3 .htm Fecha: 27/03/2011 http://www.inacap.cl/data/2006/EnewsDocentes/octubre/SabiaUsted01_3 .htm Fecha: 27/03/2011