CARACTERÍSTICAS DE LA FILOSOFÍA PLURALISTA Respecto a lo distintivo de esta filosofía, Mestre (2013), destaca la singular perspectiva del pensamiento de los pluralistas afirmando que: Los filósofos pluralistas considerarán que no hay sólo un arkhé, sino que hay más de uno. Pero, la novedad más importante quizá es que el arkhé ya no será el elemento originario del mundo sino el elemento propio de la estructura de la materia. La Filosofía presocrática es capaz así de hacer evolucionar uno de sus conceptos fundamentales. La pregunta a la que intenta responder la cuestión del arkhé ya no es cuál es el origen del universo, sino de qué está hecho el universo. Si nos hiciéramos esta pregunta hoy diríamos que el arkhé monista sería el Big Bang, mientras que el arkhé Pluralista sería la tabla periódica de elementos. Los pluralistas pues dan cuenta de la realidad encontrando una serie de elementos constitutivos del arjé. A modo de síntesis presentamos las siguientes características de la filosofía pluralista: Los principios son infinitos
Existe una composición y descomposición de los principios.
Las cosas cambian (por fuerzas motrices o por la capacidad propia de movimiento).
Vuelven a las ideas de Heráclito con la realidad del movimiento captado por los sentidos. 1.2 Principales filósofos pluralistas
Bajo el término de pluralistas se engloba a un grupo de filósofos muy influidos por Parménides. Estos pensadores se separaron de su maestro al postular que lo existente tenía que
ser una pluralidad, en lugar de una unidad. Se dieron cuenta de que la lógica de Parménides conducía a un camino sin salida, ya que el movimiento no era explicable con un único principio. Por ello recurrieron a varios principios originarios. Para Empédocles (493-433 a. C.) el arché de todas las cosas son los cuatro elementos: tierra, agua, fuego y aire, a partir de cuya combinación se forman tanto los seres vivos como los inertes. Según Demócrito el arché de todas las cosas son los átomos, pequeñas partículas indivisibles, de diferentes tamaños, formas y pesos, que se mueven en el vacío. 1.3.1 Empédocles (450 a.C.) Nació en Sicilia en la localidad de Agrigento, una de las ciudades más importantes de la Magna Grecia. Empédocles fue político; ocupó un puesto de importancia en el gobierno democrático de su ciudad natal. También fue médico, al grado de que por su fama le atribuyeron dotes de mago y taumaturgo; sin embargo, contribuyó al progreso de la medicina. Como filósofo tuvo un alto prestigio entre sus contemporáneos. Viajó por Sicilia y el Peloponeso. Profesó el pitagorismo y, por lo mismo, creía en la transmigración del alma. De acuerdo con Aristóteles fue un orador muy elocuente; sienta las bases de la retórica, como cosmólogo explica la causa de los eclipses como una interposición de la Luna entre el sol y la tierra. Empédocles, al igual que Parménides, expuso sus doctrinas filosóficas en verso, de las que se conservan bastantes fragmentos. Hizo dos poemas: Sobre la naturaleza y Purificaciones. Con los filósofos jónicos tiene en común su tema preferido: la cosmogonía. Sobre ello nos deja unos versos preciosos: Cuatro son las raíces de las cosas: Zeus resplandeciente, Hera avivadora,
Aidoneo y Nesti que de lágrimas destila la fuente inmortal Empédocles es el primer Mecanicista; es decir el primero que pretende explicar lo que hay por medio de un movimiento de elementos, es decir, concibe la realidad, y todo lo que hay en ella, como un sistema de cuerpos en movimiento. a)
Las cuatro raíces. Noción de elemento Para este filósofo hay cuatro raíces de todo: Agua, aire, tierra y fuego. Estas raíces son indestructibles, existen desde siempre y para siempre; son eternas. Todo cuanto hay en el universo se ha formado a partir de la combinación de estas cuatro sustancias elementales, y como las proporciones en que pueden combinarse los elementos son múltiples, también los resultados posibles de tales mezclas son múltiples. Por eso la diversidad de cosas en el mundo. Para Empédocles las cosas no nacen ni mueren, lo que verdaderamente ocurre es una mezcla y separación de estos cuatro elementos, un cambio de lugar de las partículas elementales.
b)
La noción de fuerza que une y separa Empédocles es el primer filósofo mecanicista, y éste propone como fuerzas motoras de todo al Odio y al Amor. El Amor es la fuerza que une los elementos con otros para producir criaturas compuestas; y el odio tiende a separar los distintos elementos. Ambas fuerzas permanecen siempre activas, pero su predominio es alternativo.
c)
Los cuatro grandes periodos del mundo Reinado del amor. Las partículas de todos los elementos están completamente mezcladas, a tal grado que no es posible distinguir las raíces. El odio comienza a actuar y va logrando la separación de los distintos elementos en este periodo aún quedan elementos distintos sin separar.
Dominio del odio. Los elementos distintos se han separado. En éste periodo no existen las cosas que conocemos El amor reinicia su acción, logrando comenzar a combinar los elementos distintos entre sí, cerrándose así un ciclo, para volver a repetirse interminablemente. Un mundo como el nuestro se encuentra entre el 2° y el 4° periodo. d)
Teoría del Conocimiento Según Empédocles conocemos lo semejante por lo semejante. El filósofo lo explica así: todos los objetos emiten efluvios consistentes en pequeñas partículas materiales que con percibidas por los sentidos. Los órganos de percepción tienen partes propicias para el paso de estos efluvios y los de cada órgano se hallan adecuados a los efluvios que van a percibir; si los efluvios son más pequeños que el lugar que los va a recibir pasan sin ser percibidos, y cuando los efluvios resultan ser más grandes, entonces no pasa y tampoco son percibidos. Iñaki Yarza (1983) nos dice que la diferencia del principio de Empédocles con el de los filósofos anteriores no solo radica en su pluralidad, sino sobre todo en su característica de elementos. Los jonios explicaban la génesis de todas las cosas mediante un proceso de transformaciones cualitativas de su primer principio; Empédocles, sin embargo, considera los cuatro elementos como sustancias inalterables que permanecen siempre iguales y que entremezclándose dan origen a todos los demás seres. En conclusión Empédocles llegó a la conclusión de que había cuatro elementos capaces de explicar toda la multiplicidad de las cosas existentes en el mundo: la tierra, el aire, el fuego y el agua. Esos cuatro elementos de los que se servía el saber antiguo para explicar la realidad ofrecían, juntos, un campo suficientemente amplio para armonizar todas las cosas en el medio natural. Según el pensamiento de Empédocles, los ciclos del mundo mezclaban por completo esos cuatro elementos y luego los separaban de nuevo. Así, dichos elementos se observan tanto separados como unidos en objetos complejos. Su unión y separación obedecían
respectivamente a dos fuerzas opuestas: al amor (o atracción) y al odio (o repulsión). Ambas fuerzas daban origen al movimiento y al cambio.