¿CÓMO SE ORIGINA EL CONOCIMIENTO? Si formulamos el siguiente juicio: "el sol calienta las piedras", lo hacemos con base a ciertas percepciones. Somos capaces de ver como el sol ilumina las piedras, luego, si las tocamos, nos constatamos por nosotros mismos que estas se calientan por efecto del sol. Entonces, en la formulación de este juicio nos basamos en datos sensoriales (la vista y el tacto), es decir, en la experiencia. Sin embargo, en nuestro juicio se encuentra presente un elemento que no está contenido en la experiencia, ya que el hecho de que el sol calienta las piedras vas más allá de un simple suceso pues, todos, como individuos conscientes, podemos razonar con base a ese hecho que, existe una "relación" o "conexión" entre ambos elementos. La experiencia nos revela que un proceso sigue al otro: son causales. Es por esto que decimos que, el juicio "el sol calienta las piedras" se compone de dos elementos: uno que procede de la experiencia y otro del pensamiento o razonamiento. Ahora, ¿cuál de estos dos factores impera en el juicio formulado?, ¿qué va primero, la experiencia o el pensamiento?, ¿de cuál de las dos fuentes de conocimiento sacamos las conclusiones y formulamos el juicio? Es por eso que la cuestión del origen del conocimiento puede analizarse, principalmente, desde dos perspectivas, la racionalista y la empirista. ¿Cómo se origina el conocimiento? La cuestión fundamental en la polémica del empirismo v/s racionalismo se concentra en la pregunta: ¿cómo se origina el conocimiento? El racionalismo considerará que se genera gracias a las ideas innatas y a la intuición, siendo importante por tanto, lo que la conciencia incorpora a cada individuo. Por otra parte, el empirismo considerará como conocimiento todo lo que proviene de los sentidos, puesto que la mente es como "un papel en blanco", no existen las ideas innatas, la experiencia va escribiendo en la conciencia. En este análisis nos centraremos básicamente en dos temas: el empirismo y el racionalismo. Los primeros trataron de basar la filosofía en la experiencia, mientras que los segundos en la razón. Tal parece que los primeros filósofos, empiristas, eran científicos de lo que ahora llaman "ciencias suaves", tales como la biología y la medicina. Por otro lado, los segundos, racionalistas, de las llamadas "ciencias duras", tales como la física y las matemáticas. Es claro que los primeros tenían que valerse de la experiencia mientras que, los segundos de la razón, sin embargo, una no excluye a la otra, se complementan, pues si bien los sentidos observan determinados fenómenos, es la razón la que aporta la última explicación del fenómeno en cuestión. Desde hace mucho tiempo ha existido la pugna entre el racionalismo y el empirismo, hoy en día sabemos que esa pugna la ha ganado el racionalismo, donde la teoría predomina frente a la experiencia pero, ¿es este el verdadero camino del conocimiento? La sociedad en este último tiempo se ha estancado y no se ha cuestionado frente a esta pregunta, inclusive mucha gente piensa que no es necesario, no lo considera algo “vital” o de mayor importancia, pero lo cierto es que es indispensable retomarla y comenzar a reflexionar sobre esta. Si bien el racionalismo nos ha entregado varias herramientas que nos han ayudado a la construcción de un conocimiento bien dotado, no es suficiente para todo lo que demanda la sociedad, ya que al dejar de lado la
experiencia estamos creando un vacío, el cual difícilmente se llenara con un racionalismo indiscutible. Para poder realizar un conocimiento amplio, que abarque varias circunstancias, varios aspectos y varias realidades, es totalmente necesario agregar empirismo, contemplar la experiencia, aunque este no nos entrega un aspecto en el que podamos estar de acuerdo todos, si nos entrega otro punto de vista y otra mirada frente al conocimiento, es por esto que debemos tenerlo en cuenta como conocimiento, en nuestro conocimiento y complementarlo con el racionalismo, ya que aunque este nos dote de varias herramientas, todavía nos deja con gusto a poco. Es por todo esto, que es preciso realizar un equilibrio entre ambas teorías, de esa forma, ampliamos nuestro conocimiento y no descartamos ninguna perspectiva, ninguna opción, ni ningún punto de vista. Muchos años ha durado esta cuestión entre el empirismo y el racionalismo, la cual sigue dándose vueltas sobre lo mismo, la razón o la experiencia, las ciencias suaves o las duras, cuál es el verdadero origen del conocimiento, existen muchas formas de describir esta pugna, estas posturas, estas teorías, sin embargo, siempre estamos rebudando sobre lo mismo, pues, siempre nos vamos a referir a esta como dos corrientes opuestas, y finalmente, cada uno generara sus propias conclusiones o adquirirá una de las posturas, nosotros, queremos destacar que ambas corrientes no son excluyentes, pueden complementarse o desarrollarse de manera paralela.
Tanto el racionalismo como el empirismo son corrientes de pensamiento que se desarrollaron aproximadamente en la misma época (s. XVII y s. XVII-XVIII, respectivamente), por lo que es aún más significativo el hecho de que sean corrientes tan dispares.
La doctrina filosófica conocida como empirismo se desarrolla en Gran Bretaña contraponiéndose a la corriente continental europea del racionalismo, y considera la experiencia como única fuente de conocimiento válida. Sólo el conocimiento sensible nos pone en o con la realidad. Por otra
parte, el racionalismo considera la autosuficiencia de la razón como única fuente de conocimiento, pues es la única que nos permite llegar a la Verdad, que según Descartes, es la tarea de la filosofía. El método que propugna Descartes para hallar la Verdad es la duda metódica, adoptando la evidencia como criterio de verdad y procediendo a deducir las demás verdades a partir de una primera e indubitable. Sin embargo, ninguna proposición que esté basada en la experiencia (en los sentidos) puede superar la prueba de la duda metódica. Descartes rechaza, por tanto, el punto de vista del empirismo (punto de vista desde el cual el conocimiento no sólo es derivado de la experiencia, sino también validado por ella). De todas maneras, no es correcto decir que el empirismo es la total contraposición del racionalismo, pues aunque éste se fundamente en la experiencia, no niega la existencia de la razón. A diferencia del racionalismo, que anula la experiencia, el empirismo no anula la razón, sino que la relega a un segundo plano. El racionalismo atrae por su transparencia, por su coherencia, por su deducción lógica y ha proporcionado grandes progresos en el ámbito científico-técnico. El conocimiento para el hombre ha sido la principal búsqueda desde su aparición en la tierra. Saber y conocer de dónde vienen, como vienen o como son las cosas y objetos ha sido primordial en su estadía en el mundo. La satisfacción de encontrar respuestas, alimenta en el hombre la ambición de descubrir nuevas cosas, ambición que aún existe en nuestra actualidad, y que crece de manera constante, al igual que las nuevas respuestas obtenidas, que son extraordinarias en comparación a los descubrimientos de nuestros antepasados. En este contexto, para la obtención del conocimiento han surgido innumerables teorías que tratan de explicar la adquisición de este.