F
ilippo
El teatro
T
om m aso
M
a r in e t t i
de v arie d ad e s
( 1913 )
Sentim os un asco profundo por el teatro contem poráneo (verso, prosa y m ú sica) porque ondea estúpidam ente entre la reconstrucción histórica (pastiche o plagio) y la reproducción fotográfica de nuestra vida cotidiana; teatro minucioso lento an alítico y diluido, en absoluto digno de la edad de la lám para de petróleo. E l f u t u r is m o e x a l t a e l t e a t r o d e v a r ie d a d e s
Porque 1. E l Teatro de Variedades, nacido con nosotros de la Electricidad, no tiene afortunadam ente tradición alguna, ni maestros, ni dogmas, y se nutre de la v e loz actualidad19. 2. El Teatro de Variedades es absolutam ente práctico, porque se propone d is traer y divertir al público con efectos de com icidad, de excitación erótica o de estupor im aginativo. 3. L os autores, los actores y los m aquinistas del Teatro de Variedades sólo tie nen u n a razón de ser o de triunfar: la de inventar incesantem ente nuevos ele
19 El teatro de variedades fue considerado ya en las últimas décadas del XIX como una de las manifestaciones más claras de la nueva estética de las grandes ciudades modernas y fue una de las diversiones más frecuentadas por artistas de vanguardia com o Picasso, Apollinaire, Salmón, Gris, etc. Por otra parte, G iovianni Lista explica que si en París este género escénico había resultado de la fusión del café-concierto y de la revista, en Italia había heredado expresiones musicales y es pectaculares tales corno la periódica, los casottanti, la postcggia, aliadas al mundo de la canción n a politana del XIX [Giovanni LlSTA, «Esthétique du “music-hall” et mythologie urbaine chez M ari nen'!», en Claudine AMIARD-CHEVREL (ed.), Du cirque au Thcátre, Lausanne, L’A ge d’Homme, 1983, p. 55], Sobre las formas del teatro popular en París a principios de siglo, puede consultarse también Eugen W e b e r , Francia, fin de siglo, Madrid, Debate, 1989, pp. 218-230.
mentos de estupor. De aquí la im posibilidad absoluta de detenerse o de repetirse, de ahí una em ulación encarnizada de cerebros y músculos para superar los diver sos récord de agilidad, de velocidad, de fuerza, de com plicación y de elegancia. 4. El T eatro de Variedades es el único que utiliza hoy en día el cinem atógra fo, que lo enriquece con un núm ero incalculable de visiones y de espectáculos irrealizables (batallas, tumultos, carreras, circuitos de autom óviles y de aviones, viajes, transatlánticos, profundidades de ciudades, de campos, de océanos y de cielos). 5. El T eatro de Variedades, siendo un escaparate remunerador de innum era bles esfuerzos inventivos, genera de form a natural lo que yo llam o la maravilla futurista, producto del m aquinism o moderno. He aquí algunos elem entos de esta maravilla: 1) caricaturas potentes; 2) abism os de ridículo; 3) ironías im palpables y deliciosas; 4) sím bolos enredantes y definitivos; 5) cascadas de hilaridad irre frenable; 6 ) analogías profundas entre la hum anidad, el mundo anim al, el m un do vegetal y el mundo m ecánico; 7) escorzos de cinism o revelador; 8) entrecruzam ientos de m uchos chistes, de riñas y adivinanzas que sirven para airear agradablem ente la inteligencia; 9) toda la gama de la risa y la sonrisa para dis tender los nervios; 10) toda la gam a de la estupidez, de la im becilidad, de la tos quedad y de la absurdez, que estim ulan insensiblem ente la in teligencia hasta el borde de la locura; 11) todas las nuevas significaciones de la luz, del sonido, del ruido y de la palabra, con sus prolongaciones misteriosas e inexplicables en la par te más inexplorada de nuestra sen sib ilid ad ; 12) cúm ulo de acontecim ientos e s bozados deprisa y de personajes em pujados de d erech a a siniestra en dos m inu tos («y ahora demos una ojeada a los Balcanes»: el rey N icolás, Enver-bey, Daneff, Venizelos20, puñetazos en la barriga y bofetadas en tre serbios y búlgaros, un cu plé, y todo desaparece); 13) pantom im as satíricas instructivas; 14) caricaturas del dolor y de la nostalgia, fuertem ente impresas en la sensibilidad por medio de ges tos exasperantes por su espasm ódica lentitud, v a c ila n te y cansada; palabras gra ves ridiculizadas por gestos cóm icos, cam uflajes bizarros, palabras deformadas, muecas, bufonadas. 6. El Teatro de Variedades es hoy el crisol en q u e bullen los elem entos de una nueva sensibilidad qu e se prepara. Se encuentra e n él la descom posición iróni ca de todos los prototipos gastados de lo Bello, d e lo G ran d e, de lo Solem ne, de lo R eligioso, de lo Feroz, de lo Seductor y de lo E sp an to so , y tam bién la elabo ración abstracta de n uevos prototipos que su cederán a éstos21.
20 A lgunos de los dirigentes políticos protagonistas d e la s guerras de los Balcanes (1912-13). 21 M arinetti conocía el libro de Gustave KAHN , La estética de la calle, publicado en 1902, do n de el autor analizaba los nuevos valores estéticos nacidos c o n la ciudad moderna. Estas ideas ten drían continuidad con las formuladas en su primer manifiesto, donde se encuentran postulados como: «U n autom óvil rugiente que parece correr sobre la m etralla, es más bello que la Victoria de Sam oirad a» , o «Ya no hay belleza si no es en la lucha. Ninguna o b ra que no tenga un carácter agresivo puede ser una obra de arte».
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E l T eatro de V ariedades es, pues, la síntesis de tod o lo que la hum anidad ha refinado h asta ahora en sus propios nervios para distraerse riendo del dolor m a terial y m oral; y aún más, la fusión borboteante de todas las risotadas, de todas las sonrisas, de todas las carcajadas, de todas las con torsion es, de todas las m ue cas de la so cied ad futura. Se disfruta en él de la alegría que sacudirá a los h o m bres dentro de cien años, su poesía, su pintura, su filosofía y los saltos de su ar quitectura. 7. El T eatro de Variedades ofrece el más higién ico de todos los espectáculos, por su din am ism o de form a y de color (m ovim iento sim u ltán eo de m alabaristas, bailarin as, gim nastas, caballerizas m ulticolores, ciclon es espirales de danzarines que trotan sobre la pu nta de los pies). C o n su ritm o de danza acelerada y arre batadora, el T eatro de Variedades saca por fuerza de su torpor a las almas m ás len tas y las obliga a correr y a saltar. 8. El T eatro de Variedades es el único que utiliza la colaboración del pú bli co. Este no perm anece estático com o un estúpido voyeur, sino que participa rui dosam en te en la acción, cantando tam bién él, acom pañ an do a la orquesta, in tercam biando con los actores frases im previstas y diálogos extravagantes. Estos polem izan bufonescam ente con los músicos. El T eatro de Variedades utiliza el hum o de los cigarros y de los cigarrillos para fundir la atm ósfera del público con la del escenario22. Y gracias a que el público colabora de este m odo con la fan tasía de los actores, la acción se desarrolla al m ism o tiem po sobre el escenario, en los palcos y en la platea. Y continúa después al final del espectáculo en tre los batallones de iradores, esmoquin acaram elados que se agolpan a la salida para disputarse a la estrella; doble victoria final: cen a chic y cam a. 9. El Teatro de Variedades es una escuela de sinceridad instructiva para el hom bre, porque exalta su instinto rapaz y porque arranca a la mujer todos los velos, todas las frases, todos los suspiros, todos los sollozos rom ánticos que la deform an y la enm ascaran. Esto hace resaltar, en cam bio, todas las irables cualidades anim ales de la mujer, su fuerza para apresar, para seducir, su perfidia y su resistencia. 10. El Teatro de Variedades es una escuela de heroísmo por diferentes récord de dificultades a vencer y de esfuerzos a superar, que crean sobre la escena la fuer te y sana atm ósfera del peligro (Ej.: S a lto s de la muerte, Looping the loop13, en b i cicleta, en autom óvil, a caballo). 11. El T eatro de Variedades es una escuela de sutileza, de com plicación y de síntesis cerebral, por sus clowns, prestidigitadores, adivinadores del pen sam ien to, calculadores prodigiosos, caricaturizadores, imitadores y parodiadores, sus m a labaristas m usicales y sus excéntricos am ericanos, de cuyas fantásticas preñeces paren objetos y m ecanism os inverosím iles.
22 La propuesta de Marinetti de un «teatro para fumadores» coincide con la formulada por Brecht en el texto «Sobre el teatro de las grandes ciudades», reproducido en esta misma antología (pp. 264-265). 21 Espectáculo acrobático, consistente en la ejecución de vueltas en espiral sobre diferentes vehículos.
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12. El T eatro de Variedades es la única escuela que se puede acon sejar a los ad o lescen tes y a los jóven es de ingenio, porque explica de m odo in cisivo y rápi do lo s problem as sentim entales más abstrusos y los acontecim ientos políticos más com plicados. Ejem plo: hace un año, en los Folies Bergére, dos bailarin es repre sen tab an las ondulantes discusiones de C am bon con K inderlen-W atcher24 sobre la cuestión de M arruecos y del C ongo, con una danza simbólica y significativa que equ ivalía a por lo m enos tres añ os de estudios de política exterior. L os do s b aila rines, de cara al público, entrelazados los brazos, apretados el uno con tra el otro, iban h acién dose recíprocas concesiones de territorios, saltando adelan te y atrás, a izquierda y derecha, sin soltarse en ningún m om ento, teniendo cada uno los ojos puestos en su objetivo, que n o era otro que engañarse mutuamente. D aban una im presión d e extrem a cortesía, de hábil sinuosidad, de ferocidad, de d escon fian za, d e obstinación, de m eticulosidad insuperablem ente diplom ática. Por otra parte, el Teatro de Variedades explica lum inosam ente las leyes d o m in antes de la vida m oderna: a) necesidad de com plicaciones y de ritmos diversos; b) útil fatalidad de la m entira y de la contradicción. (Ej.: bailarines ingleses con doble cara: pastorcilla y soldado terrible); c) om n ipotencia de una voluntad m etódica que m odifica y centuplica las fuerzas humanas; d) sim ultaneidad de velocidad + transform aciones (Ej.: Fregoli)25. 13. El T eatro de Variedades desprecia sistem áticam ente el am or ideal y su ob sesión rom ántica, repitiendo h asta la saciedad, con la m onotonía y el autom a tism o de u n a tarea cotidiana, las languideces n ostálgicas de la pasión. M ecani za burlescam ente el sentim iento, desprecia y pisotea higiénicam ente la obsesión por la posesión carnal, rebaja la lujuria a la fun ción natural del coito, la priva de todo m isterio, de toda angustia deprim ente y de todo idealism o an tih igién i co. El T eatro de Variedades ofrece, en cam bio, el sentido y el gusto de los am o res fáciles, ligeros e irónicos. L os espectáculos de café-concierto al aire libre so bre las terrazas de los Casinos m uestran una divertidísim a batalla entre el claro de luna espasm ódico, atorm entado por infinitas desesperaciones y la luz eléctri ca que rebota violentam ente sobre las joyas falsas, las carnes em bellecidas, las
24 Paul CAMBON (1843-1924), diplomático francés, em bajador en Inglaterra entre 1898 y 1920, uno de los artífices de la alianza anglo-sa. Intervino en el desarrollo del conflicto sobre M a rruecos entre Francia y Alemania (1905-1906 y 1911), que tendría consecuencia en el desarrollo de la Primera Guerra Mundial. 25 Leopoldo FREGOLI, transformista italiano, célebre por la multiplicidad y la velocidad de sus transformaciones. Sus espectáculos eran relatados por la prensa como «locas zarabandas» en el cur so de las cuales él cambiaba súbitamente de voz, de cara, de traje, etc. Desde 1898, en colabora ción con los hermanos Lumiére, había desarrollado su «Fregoligrafo», una pantalla de tres metros de largo donde proyectaba películas doblando sim ultáneam ente la voz de los diferentes personajes, a veces invirtiendo la imagen o el sentido de la proyección.
fald itas m ulticolores, los velos, los azabach es y la sangre falsa de los labios. N a turalm ente, la enérgica luz eléctrica triunfa y el b lan d o y decadente claro de luna es derrotado. 14- El T eatro de V ariedades es n atu ralm en te an tiacadém ico, prim itivo e in genuo, por tanto m ás significativo, por lo im p rev isto de sus investigaciones y la sim plicidad de sus medios. (Ej.: la sistem ática v u elta al escenario que dan las can tan tes al fin al de cad a cuplé, com o fieras en jau lad a s.) 15. El Teatro de Variedades destruye lo S o lem n e lo Sacro, lo Serio, lo Sublime d el A rte con A m ayúscula. Esto da lugar a la destrucción futurista de las obras m aestras inm ortales, m ediante el plagio, la paro d ia o su presentación a la lige ra, sin aparato y sin com punción, com o cu alq u ier otro número de atracción. A sí, n osotros aprobam os incondicionalm ente la ejecu ción del Parsifal en 4 0 m inu tos que se está preparando en un M usic-H all de Londres. 16. El Teatro de V ariedades destruye todas nuestras con cepcion es de pers pectiva, de proporción, de tiem po y de espacio. (E j.: una puerta y u n a verja d i m inutas de 3 0 centím etros de altura, aisladas en m edio del escenario, y por la que ciertos excéntricos am ericanos pasan abrién dola y vuelven a pasar cerrán d o la con seriedad, com o si no tuvieran m ás rem edio que hacerlo.) 17. El Teatro de Variedades nos ofrece todos los récord conseguidos hasta ah o ra: m áxim a velocidad y m áxim o equilibrism o acrobático de los japoneses, m á x im o frenesí muscular de los negros, m áxim o desarrollo de la in teligencia de los anim ales (caballos, elefantes, focas, perros, pájaros am aestrados), m áxim a in s piración m elódica del golfo de N ápoles y de las estepas rusas, m áxim o espíritu parisino, m áxim a fuerza com parada de las diversas razas (luch a y b ox eo ), m áxi m a m onstruosidad an atóm ica, m áxim a belleza de la mujer. 18. M ientras el T eatro actual exalta la vida interna, la m editación profesio n al, la biblioteca, el m useo, las luchas m on ótonas de la consciencia, los análisis estúpidos de los sentim ientos, en suma (cosa y palabra inm unda), la psicología, el Teatro de Variedades exalta la acción, el heroísmo, la vida al aire libre, la d es treza, la autoridad del instinto y de la intuición. A la psicología, opone lo que yo llam o fisicofolía. 19. El Teatro de Variedades ofrece, en fin, a todos los países que n o tienen una capital única (el caso de Italia) un brillante resumen de París, considerado com o el hogar único y obsesionante del lujo y del placer ultra-refinado. E l F u tu rism o quiere tran sform ar el T eatro de Variedades en T eatro del estupor, del récord y de la fisicofolía 1. Es absolutam ente necesario destruir toda lógica en los espectáculos del T ea tro de Variedades, exagerar singularm ente el lujo, multiplicar los contrastes y h a cer reinar soberanam ente sobre la escena lo inverosímil y lo absurdo. (Ej.: obligar a las cantantes a teñirse el escote, los brazos y especialmente el pelo, con todos los colores hasta ahora olvidados com o m edios de seducción. Pelo verde, brazos vio
letas, escote azul, m oño naranja, etc. Interrumpir una canción y continuarla con un discurso revolucionario. Salp icar una romanza con insultos y palabrotas, etc.) 2. Impedir que u n a especie de tradición se establezca en el T eatro de V arie dades. C om b atir por tan to y abolir las Revues parisinas, tan estúpidas y tediosas com o la tragedia griega, con sus C om pére y Com m ére, que h acen la fun ción del coro antiguo, y su desfile de personajes y acontecim ientos políticos, subrayados por chistes, con una lógica y un encadenam iento muy fastidiosos. El T eatro de Variedades n o debe ser, de h ech o, lo que desgraciadam ente y aún hoy casi siem pre es: un periódico m ás o m enos humorístico. 3. Introducir la sorpresa y la necesidad de reacción por parte de los espectado res de la platea, de los palcos y de la galería. A lgunas propuestas a propósito: p o ner cola en algunos asientos para que el espectador, hombre o mujer, que perm a nezca encolado, suscite la hilaridad general. (El frac o la toilette dañada serán naturalmente pagados a la salida.)-V ender el mismo asiento a diez personas: lo que implica embarazo, escaramuzas, altercados.-O frecer asientos gratuitos a señores o señoras notablem ente m aniáticos, irritables o excéntricos, que vayan a provocar alborotos con gestos obscenos, pellizcos a las mujeres u otros com portam ientos extraños-Espolvorear los asientos con polvos que provoquen picores, estornudos, etc. 4. Prostituir sistem áticam en te en escen a todo el arte clásico, representando, por ejem plo, en una ú n ica velada todas las tragedias griegas, sas, italianas, condensadas y cóm icam ente m ezcladas.-D ar vida a las obras de Beethoven, Wagner, Bach, Bellini y C h o p in introduciendo en ellas canciones populares n apoli tanas. C o lo car en escen a codo con codo a Zacconi, la Duse y M aok, Sarah Bernhardt y Fregoli26.-E jecu tar una sinfonía de Beethoven al revés, com enzando por la últim a n o ta.-R ed u cir todo Sh akespeare a un solo acto .-H acer otro tan to con todos los autores m ás venerados.-H acer recitar Hemani a actores encerrados h as ta el cuello en varios saco s.-E n jab on ar las tablas del escenario para provocar d i vertidos resbalones y caídas en el m om ento más trágico. 5. Fom entar por todos los m edios el género de los clow ns y de los excén tri cos am ericanos, sus efectos de grotesco exultante, de dinam ism o espantoso, sus groseras ocurrencias, sus enorm es brutalidades, sus chalecos con sorpresas y sus pantalones profundos com o bodegas de barco, de donde surgirá con otras mil c o sas la gran hilaridad futurista que debe rejuvenecer la faz del mundo. [...] «II teatro di varietá», Lacerba, 1 octubre 1913, y Daily Mai'í, 21 de noviembre 1913.
26 M arinetti equipara a las grandes divas de la época, Eleonora Duse y Sarah Bem hardt, con algunos de los payasos y transformistas más célebres del momento. Eleonora D u s e (1858-1924), ac triz italiana célebre por la plasticidad de su voz y la intensidad de sus interpretaciones, estrenó en la última década del XIX diversas obras de D’Annunzio y mostró, a principios del siglo XX, su pre dilección por Ibsen, una de cuyas obras, Rosmers/ioím, presentó con dirección de G. C raig en 1906. Su gran rival, Sarah BERNHARDT (1844-1923), comenzó su carrera en la Comédie Franfaise en 1862, donde interpretó los grandes papeles del repertorio clásico y romántico, antes de fundar su propia compañía, con la que viajó por todo el mundo y en la que asum ió la interpretación de algunos pa peles masculinos, como Hamlet o Lorenzaccio.
Filippo Tommaso M arinetti (1 8 7 6 -1 9 4 4 ), escritor italiano, poeta, narrador, dra maturgo, fundador del Futurismo. Formado en Egipto, Francia, Italia y Suiza, su carrera literaria comenzó en M ilán, trabajando para una revista ítalo-sa. En 1902 presen tó en París su obra La conquista de las estrellas, recitada por Sarah Bernhardt, en la que se anuncian algunas de las ideas propias del futurismo, especialmente la del hombre como conquistador del universo, con reminiscencias de Victor Hugo y de Nietzsche. A l año siguiente escribe Roí Bombance (El rey juerga), que se representaría en 1909 en el Théátre de l’Oeuvre, el mismo año en que estrena en el Teatro Alfieri de Turín las Poupées électriques (Las muñecas eléctricas) y redacta su «Manifiesto del futurismo», que publica en Le Fígaro (París). En él hace una exaltación del peligro, la energía, la temeridad, el valor, la audacia, la rebelión, la agresividad, canta a la velocidad y a los avances técni co s que la hacen posible, glorifica la guerra, propone la destrucción de los museos y pre sen ta como alternativa a los «jóvenes y fuertes futuristas», que lanzan su «reto a las es trellas». A éste seguirán una larga serie de manifiestos firmados por el propio Marinetti o por otros artistas y escritores vinculados al recién fundado movimiento futurista. En la producción literaria de Marinetti, habría que destacar su novela Mafarca el Fu turista (1910), que provocó el que fuera juzgado por obscenidad; el «M anifiesto técnico de la literatura futurista» (1912), en el que propone entre otras cosas la anulación de la puntuación, la introducción de signos musicales o matemáticos, la utilización del prin cipio de analogía, y Zang T umb Tuum (1915), obra en la que desarrolla su idea de «pala bras en libertad» (expuesta en un apéndice al manifiesto anterior), que habría de con vertirse en la clave del estilo más propiamente futurista, practicado por otros autores, como sco Cangiullo, A ldo Palazzeschi, Corrado Govoni y Ardengo Soffici. En el ámbito del teatro, una de sus iniciativas más originales fue la de la serata (ve lada) futurista: se trataba de presentar directamente ante el público la obra de los ar tistas y poetas del grupo, a lo que se añadían proclamas y canciones belicistas, m ani fiestos, discursos programáticos, etc. U n o de los objetivos de la velada era la agitación del público, por la vía de la provocación o del «contagio», por lo que era normal que se produjeran altercados más o menos violentos durante y después de las mismas. La pri mera tuvo lugar en el Teatro Politeama Rossetti, de Trieste, en 1910, y a ella siguieron otras en diversas ciudades italianas, en las que participaron artistas (Boccioni, Baila, Severini, Carra), escritores (Papini, C angiullo), músicos (Russolo), etc. U n a de las más célebres fue la celebrada en el Teatro Verdi, de Florencia, en 1913, que comenzó con una lluvia de vegetales y espagueti sobre M arinetti, y derivó en una b atalla cam pal por las calles de Florencia. M arinetti continuó anim ando el desarrollo del teatro futurista con su participación en los sucesivos m anifiestos y con la producción de algunas piems, destacando sus síntesis teatrales: Vengono (Vienen), una acción escénica para me sas y sillas; Le Basi, una secuencia en la que sólo se ve el m ovim iento de los pies de los personajes, o Simultaneidad (com entada en el siguiente texto). Su labor teatral se pro longó durante los años veinte, participando en diversas empresas teatrales y escribien do numerosos dramas y guiones. Entre los m anifiestos posteriores publicados por M a rinetti destacan los titulados «Teatro de la sorpresa» (1921), «M anifiesto del teatro aerorradiotelevisivo» (1932), «Teatro total futurista» (1933), «M anifiesto futurista de la Arquitectura A érea» (1934), etc.