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BOLETÍN Museo de sitio Ernst W. Middendorf AÑO 2015, Nº 13 CONTENIDO Presentación.........................................................1 La renovación del Museo de sitio Ernst W. Middendorf.........................2 Entierros en Huaca 33 del Complejo Arqueológico Maranga..................5 Ocupación prehispánica y reocupación tardía en Huaca 34 del Complejo Arqueológico Maranga...................................10 Rutas.....................................................................16

Av. Parque de las Leyendas 580 - San Miguel Teléfonos: 7177459 - 7192878 E-mail: [email protected]

PRESENTACIÓN

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l 24 de enero de 2003 se inauguró la exposición Marai, Malanca y Maranga, y con ella inició sus actividades el Museo de sitio Ernst W. Middendorf. Once años han transcurrido desde aquella fecha y la renovación de la muestra, antes necesaria, se volvió imprescindible a la luz de las investigaciones desarrolladas por la División de Arqueología del Parque de las Leyendas. Los trabajos de renovación del museo de sitio concluyeron hace unos meses con la inauguración de la nueva muestra permanente: Maranga, 2000 años de historias compartidas. A la ceremonia concurrieron autoridades del municipio de Lima, profesionales vinculados a la gestión cultural, al trabajo con patrimonio cultural y a los museos. Iniciamos este decimotercer número del Boletín del Museo de sitio Ernst W, Middendorf presentando un breve texto referente a la renovación del museo. Se describen algunos aspectos de la renovación museográfica y se resume los temas desarrollados en la exposición. Como parte de la difusión de las investigaciones que ha concluído la División de Arqueología durante el 2014, presentamos dos artículos relacionados a la ejecución del Proyecto de Investigación y conservación de las Huacas 33 y 34 del Complejo Arqueológico Maranga. Karina Venegas y Rubén Sánchez realizan la

presentación preliminar de un grupo de entierros de humanos y de animales descubiertos en Huaca 33, un edificio construído por la cultura Lima. Los autores comentan la relación de estos hallazgos con el posterior uso del edificio como lugar de enterramientos durante la época Ychsma. En un segundo artículo, Kati Huamán y Sonia Castañeda proponen, de manera preliminar, una secuencia constructiva para Huaca 34, basándose en las evidencias arquitectónicas que registraron durante sus trabajos de excavación del año 2013. Ellas identifican diversos momentos constructivos que tuvieron lugar en tiempos prehispánicos, a inicios de la colonia y durante la república. Finalmente, presentamos nuestra habitual sección rutas, donde ofrecemos información breve sobre el Museo de Historia Natural Javier Prado, Huaca Caballero Carmelo y el gallito de las rocas, nuestra ave nacional. Con la publicación de este número invitamos a recorrer nuestro museo de sitio y compartir un capítulo más de la historia de Maranga.

Lucenida Carrión Sotelo

Jefa de la División de Arqueología del Parque de las Leyendas

wwww.leyendas.gob.pe

MUSEOS LA RENOVACIÓN DEL MUSEO DE SITIO ENST W. MIDDENDORF Por: Christian Altamirano Colque

El pasado 18 de septiembre el Museo de sitio Ernst W. Middendorf, luego de algunos meses dedicados a renovar su edificio y muestra permanente, reabrió sus puertas con la exposición MARANGA, 2000 AÑOS DE HISTORIAS COMPARTIDAS. Esta renovación, largamente esperada, es fruto de los esfuerzos combinados de diferentes dependencias del Parque de las Leyendas, lideradas por la División de Arqueología y su jefa, licenciada Lucenida Carrión Sotelo. Los cambios abarcarón la modificación interna del edificio y la renovación de la exposición permanente.

1. LA RENOVACIÓN DEL ESPACIO Y LA MUSEOGRAFÍA

Mediante el uso de piezas arqueológicas, maquetas, dioramas y piezas gráficas, la nueva exposición nos acerca a la historia de Maranga, el espacio geográfico en el que se asienta el Parque de las Leyendas y que toma su nombre del curacazgo prehispánico cuyo antiguo territorio hoy ocupan los distritos de San Miguel, Pueblo Libre y Magdalena.

A partir de un diagnóstico en el que se identificaron dificultades para la circulación interna, se propuso modificar el espacio expositivo en función de una nueva museografía. Los cambios incluirían el derribo de algunos muros, retiro de divisiones prefabricadas, cambio de ubicación del ingreso y salida del museo, retiro de los servicios higiénicos internos y tapiado de algunos s y pequeñas ventanas poco funcionales. Estas modificaciones respondían a la necesidad de variar el diseño de exposición, además de darle fluidez al recorrido.

La curaduría de la muestra estuvo a cargo de la arqueóloga Milagritos Jiménez Moscoll1. El montaje museografico y las reproducciones fueron hechas por el equipo de la División de Arqueología en coordinación con la curadora. Los trabajos de remodelación del edificio fueron realizados por la División de Infraestructura y Mantenimiento del Parque de las Leyendas, en coordinación con la División de Arqueología. En las siguientes líneas nos referiremos al proceso de renovación y finalizaremos resumiendo el contenido de la muestra. 1 Curadora del Museo Arqueológico Josefina Ramos de Cox, Instituto Riva-Agüero, Pontificia Universidad Católica del Perú.

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Modificación del espacio El Museo de sitio Ernst W. Middendorf ocupa un edificio de un solo nivel, levantado con ladrillo y concreto. La construcción, que abarca un área de 279,10 m2, fue concebida originalmente para ser comedor del personal del Parque de las Leyendas y el año 2003 fue acondicionada como sala de exposición. El museo fue inaugurado con la exposición Marai, Malanca, Maranga.

La museografía La nueva muestra explica brevemente como los antiguos habitantes de Maranga ocuparon este espacio y aprovecharon sus recursos durante casi dos milenios. Además, se exhiben diversos objetos arqueológicos prehispánicos de las culturas Lima, Ychsma e Inca. Se utiliza un discurso continuo y lineal. Como recurso museográfico se ilustra el dato arqueológico con recreaciones artísticas del paisaje y escenas cotidianas, y recreaciones de los principales hallazgos.

La renovación de la museografía incluyó el cambio de color del espacio expositivo, de los contenedores y los soportes. Se eligió un color muy claro -blanco algodón- con dos propósitos. Primero, generar un efecto de mayor amplitud del espacio; segundo, servir de fondo neutro al colorido conjunto formado por piezas gráficas y objetos arqueológicos. La exposición está ilustrada con cuarenta y dos piezas gráficas, elaboradas por el diseñador Henry Rodríguez, varias de ellas incluyen ilustraciones del artista plástico Luis Tokuda. La línea gráfica mantiene una composición formal. Hay un manejo de color moderado para los fondos: tonos claros de beige. Las ilustraciones de mapas y croquis utilizan capas claras de amarillo, beige y gris para representar la topografía; el convencional cyan para los ríos; y viñetas rojas para señalar la ubicación de lugares, sitios arqueológicos o poblados. Se aplicaron efectos de difuminado para dar profundidad espacial a las fotografías de piezas cerámicas y a las representaciones gráficas de los hallazgos. La tipografía es sans serif regular, color negro sobre fondo claro. En los títulos, además de negro se usan tonos de naranja, cyan y verde, según la época que corresponde al tema desarrollado. Recreaciones y maquetas Las recreaciones de los hallazgos arqueológicos fueron realizadas por el personal de la División de Arqueología, ciñéndose estrictamente a la información arqueológica y teniendo en cuenta detalles como: posición, elementos asociados; color y uso de materiales similares a los originales.

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MUSEOS Las maquetas que formaron parte de la exposición anterior fueron renovadas, y en algunos casos se realizaron modificaciones de color y forma. También se incluyó una nueva maqueta hecha por Arq. Carlos Alvino, la representación de Huaca La Palma, a escala 1:200. La colección La totalidad de piezas arqueológicas que se exhiben en la exposición MARANGA, 2000 AÑOS DE HISTORIAS COMPARTIDAS han sido halladas en el Parque de las Leyendas. El conjunto comprende piezas cerámicas; textiles y ovillos de hilo; metales; piezas trabajadas en piedra, caña, madera, hueso y arcilla. El sistema de iluminación El sistema de iluminación fue cambiado totalmente; las antiguas luces halógenas fueron reemplazadas por luces LED. La principal condición que demanda la conservación preventiva de bienes culturales es, que el ambiente donde se encuentren mantenga una temperatura y humedad relativa estable, o con pequeñas variaciones. A diferencia de la iluminación halógena, la iluminación LED se caracteriza, principalmente, por su bajo consumo de energía, mayor durabilidad y muy baja emisión de calor. 2. MARANGA, 2000 AÑOS DE HISTORIAS COMPARTIDAS. La renovación museográfica del Museo de sitio Ernst W. Middendorf se sustenta en la necesidad del resaltar el vínculo que existe entre los antiguos habitantes de Lima y los pobladores actuales, pues formamos parte de un proceso histórico, social y económico continuo que, en este espacio llamado Maranga, se inició hace más de dos mil años. A continuación, presentamos de

Figura 1. Afiche de la exposición.

manera resumida la historia de Maranga, de acuerdo a los temas desarrollados en la exposición. El conjunto de restos prehispánicos que existen dentro del Parque de las Leyendas conforman el Complejo Arqueológico Maranga. Estos edificios habrían sido construidos entre los años 400 y 1400 de la era cristiana. Sin embargo, las evidencias más antiguas encontradas en el Parque están representadas por vasijas cerámicas de un estilo que ha sido llamado, de manera genérica, “blanco sobre rojo”. Estos hallazgos, relacionados a entierros, harían retroceder las iniciales fechas de ocupación de Maranga aproximadamente hasta los 300 años antes de Cristo. En tiempos prehispánicos funcionaron en Maranga edificios istrativos y religiosos, rodeados o separados por murallas, caminos y canales. La primera gran ocupación corresponde a la sociedad o cultura Lima, que se desarrolló entre los años 300 y 800 d.C. Los Lima construyeron grandes piramides usando pequeños adobes, las pintaron con color amarillo ocre, o plasmaron en sus muros motivos geométricos entrelazados, usando colores blanco, rojo y negro. Es probable que el espacio circundante a las construcciones fueran usados como áreas de cultivo que regaron con las aguas del río Rímac, transportadas mediante canales que se desprendían de su margen izquierdo. El trazo de algunos canales se mantendrá hasta la época republicana. La segunda gran ocupación de Maranga corresponde a la sociedad o cultura Ychsma, que se desarrolló a partir del año 900 después de Cristo, aproximadamente, hasta los inicios de la Colonia. Las construcciones de esta época fueron levantadas con la técnica del tapial y los

muros fueron pintados en una tonalidad de rojo ocre. Los edificios tenían amplios espacios de almacenaje para los productos cultivados y aquellos obtenidos mediante intercambio con pobladores de otras partes del valle del Rímac u otros valles. Ychsma es el nombre de una entidad política de caracter regional, un señorío que tuvo su asiento principal en el valle de Lurín: el adoratorio de Pachacamac. Tuvo bajo su influencia a entidades políticas menores: los curacazgos. Maranga es uno de ellos y se habría extendido desde el actual Cercado de Lima hasta el Pacífico. Con la llegada de los españoles se produjeron cambios en el uso del espacio. Maranga pasó a ser la encomienda de Nicolás de Rivera “el Mozo”; la población aborigen fue concentrada en la Reduccion de los Indios de Santa María Magdalena, para dar lugar a las casas y huertas de los vecinos españoles. Durante la colonia los edificios prehispánicos fueron transformados para albergar espacios de carácter doméstico; algunos, como Huaca Tres Palos, sirvieron de asiento para viviendas españolas. En tiempos de la república, Maranga presentaba un paisaje rural. Parte de la encomienda colonial se convirtió en la Hacienda Maranga, ilustrada por el diplomático y dibujante francés Leonce Angrand en agosto de 1838. Durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, Maranga es, sobretodo, una zona de cultivo y de crianza de ganado; gran parte del área estuvo cubierta por viñedos, entre ellos los de la familia Queirolo. La hacienda Maranga se mantuvo hasta mediados del siglo XX; de ella sólo queda la capilla, en medio del parque Paul Harris,

Figura 2. Vista general de la salida del museo de sitio.

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MUSEOS extensión original y las edificaciones construidas por las culturas Lima, Ychsma e Inca. Acompañan a este recurso una pieza gráfica que expone la ocupación de este espacio entre los años 300 y 1532, y una ilustración que recrea el paisaje con edificios y campos de cultivo que tienen como fondo el Océano Pacífico y la isla San Lorenzo. Sala 2. Lima de los Lima. Muestra la ocupación de Maranga por la cultura Lima. Se plantea el uso de canales de irrigación durante esta época y acompaña esta propuesta la recreación de un canal, basada en los hallazgos realizados por la División de Arqueología. Se exhiben objetos cerámicos y la recreación de un entierro. Piezas gráficas y una maqueta explican las características de la alfarería y arquitectura Lima; mientras que otra recreación ofrece, de forma lúdica, la posibilidad de replicar la construcción de un muro de adobitos. Figura 3. Representación gráfica de entierro ychsma hallado en Huaca 33 (H. Rodriguez)

a unas cuadras de las avenidas La Marina y Escardó, en el distrito de San Miguel. En 1964, durante el primer gobierno del arquitecto Belaunde Terry, se fundó el Parque de las Leyendas, con el traslado del peqqueño zoológico que esistía en el distrito de Barranco a los terrenos de la antigua hacienda Maranga. Desde aquella fecha la historia del Parque quedo unida a la del complejo arqueológico. Finalmente, transcurridos varios años desde las primeras intervenciones arqueológicas en Maranga, en la década del sesenta, su investigación se renueva con los trabajos que, desde el año 2001, desarrolla la División de Arqueología del Parque de las Leyendas. Además, se inicia la puesta en valor de este patrimonio, se conservan y restauran las huacas, buscando recuperar los testimonios de nuestra historia e incorporarlos a los atractivos que ofrece el Parque de las Leyendas.

Salas 3, 4 y 5. Lima de los Ychsma y de los Incas. En estas salas se exhiben piezas textiles, mates, cerámicas, instrumentos musicales, piezas líticas y metalicas; testimonios de la ocupación de Maranga por los Ychsma, antes y después de la llegada de los incas a la costa central. Con ayuda de piezas gráficas y maquetas se muestra el uso del tapial como técnica constructiva y los principales edificios levantados durante esta época. También se recrean dos notables hallazgos realizados en Huaca San Miguel: “la dama de los batanes”, una joven mujer enterrada con estos elementos, y uno de los ciento treinta y ocho perros con pelo descubiertos en la Huaca 33 del Parque de las Leyendas.

Sala 6. Lima de los encomenderos y haciendas. Se hace referencia a la visita realizada por Gerónimo de Silva y Antonio de Rivera en 1549. Una conjunto de fotografías muestran los hallazgos realizados en Huaca Tres Palos por el Seminario de Arqueología de la Pontificia Universidad Católica del Perú, quienes excavaron una casa de inicios de la Colonia, testimonio de la ocupación española de Maranga. A través de gráficos y fotografías se explica que el uso del sistema de canales prehispánicos continuó durante los siglos XVIII y XIX. Se presenta a Maranga como un paisaje rural durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, cuando era ocupada por una de las haciendas y estancias que existieron en el valle bajo del Rímac, y que hoy dan nombre a conocidas urbanizaciones o distritos. Espacio exterior. Lima de hoy. A la salida de la exposición, que da a la Huaca Cruz Blanca, bajo el título Lima de hoy se muestra la superposición del Parque de las Leyendas sobre los terrenos de la antigua Maranga y la concurrida asistencia al que ahora es un lugar de esparcimiento y aprendizaje. Finalmente, se muestra los trabajos que realiza la División de Arqueología para investigar, conservar y difundir el patrimonio cultural que existe en el Parque de las Leyendas y el llamado a los visitantes a conocerlo y protegerlo. Esta es la breve síntesis de la nueva exposición que, con esfuerzo y dedicación, ha sido preparada. Los invitamos a recorrerla y disfrutarla, y conocer parte de la historia de Lima.

Para explicar los sucesos que conforman la historia de Maranga desde tiempos prehispánicos hasta la república, la nueva exposición permanente fue organizada en seis temas, desarrollados en siete espacios expositivos. Sala 1. Tiempo y paisaje. Luego de una breve presentación, se ubica en el tiempo y espacio al curacazgo de Maranga y a las sociedades contemporáneas que se asentaron en la costa peruana en tiempos prehispánicos. Una maqueta del Complejo Arqueológico Maranga muestra una reconstrucción hipotética de lo que habría sido su

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Figura 4. Un grupo de visitantes recorre la nueva exposción permanente.

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INVESTIGACIÓN ENTIERROS EN HUACA 33 DEL COMPLEJO ARQUEOLÓGICO MARANGA Por: Karina Venegas Gutiérrez / Rubén Sánchez Tinco

Entierros CF 14 y CFA 49 en Huaca 33

INTRODUCCIÓN Entre los años 2012 y 2013, la División de Arqueología del Parque de las Leyendas ejecutó el Proyecto de Investigación y Conservación de las Huacas 33 y 34 del Complejo Arqueológico Maranga, Lima. Durante las excavaciones realizadas en Huaca 33 se descubrió que, después de su abandono, este edificio construido con pequeños adobes por la cultura Lima (300800 d.C.) fue cubierto y reutilizado por la cultura Ychsma (900-1476 d.C.) como lugar de enterramiento para una cantidad importante de humanos y animales. 1 1. UBICACIÓN DE HUACA 33 El sitio arqueológico Huaca 33 es una de las huacas que integran el Complejo Arqueológico Maranga; se ubica dentro del Parque de las Leyendas (Fig. 1), en el distrito de San Miguel, provincia y región Lima, en las coordenadas UTM 272976E y 8665064N. 2. ANTECEDENTES DE TRABAJOS EN HUACA 33 Una fotografía aérea de 1944 muestra a Huaca 33 como un montículo de contorno irregular, con una extensión mayor a la actual y rodeada por campos de cultivo. En la década del sesenta se le asignó la denominación “Huaca 33” en el Informe sobre los monumentos arqueológicos de Lima (Bonavia et al. 1962–1963). Posteriormente, fue definida como un montículo artificial cubierto de cantos rodados y sin evidencia de arquitectura (Agurto y Pazos 1982). A mediados de los noventa, fue incluida en el Catastro de monumentos arqueológicos del Parque de las Leyendas (Paredes et al. 1994).

Miguel Pazos (2008) realizó pozos de cateo alrededor de Huaca 33 y no halló evidencia de arquitectura. Dos años más tarde, Lucenida Carrión (2010) desarrolló un plan de limpieza con el objetivo de retirar el depósito de cantos rodados que cubría el edificio. Durante esta última intervención se descubrieron cabeceras de muros de adobes y niveles de pisos de la época Lima, y se recuperaron diez contextos funerarios de humanos pertenecientes a la cultura Ychsma. El año 2012 se inició un proyecto de investigación y conservación en Huaca 33, con el objetivo de retirar la capa de cantos rodados y tierra que cubría al monumento y definir su cronología relativa (Carrión 2014). Los principales resultados de este último proyecto forman parte de la publicación recientemente editada por Carrión y Narváez (2014); la sección dedicada exclusivamente a exponer los resultados obtenidos en las excavaciones de Huaca 33 estuvo a cargo de Karina Venegas y Rubén Sánchez (2014). 3. PRESENTACIÓN DE LOS HALLAZGOS El Proyecto de investigación y conservación de las Huacas 33 y 34 del Complejo Arqueológico Maranga, Lima tenía como objetivo dejar al descubierto el edificio para posteriormente plantear un proyecto de investigación orientado a entender su secuencia arquitectónica. Se excavaron aproximadamente 1500 m3 del depósito de cantos rodados y tierra que cubría al sitio arqueológico y durante el proceso se recuperaron numerosos entierros de animales y de humanos (Fig. 2); también se hallaron mates, piruros, herramientas de madera y piedra, fragmentos de cerámica

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y malacológicos. En este artículo nos centraremos en presentar los entierros excavados en Huaca 33 durante las temporadas 2010 y 2012-2013. 3.1 Contextos funerarios de animales (CFA)2 Durante las excavaciones de la temporada 2012-2013 se recuperaron 65 contextos funerarios de animales; entre ellos se contabilizaron 62 cánidos (Canis familiaris), dos camélidos y un roedor. Cánidos (Canis familiaris) Para el registro de restos óseos de animales se tomó en cuenta su estado de conservación. Si los restos conformaban al menos el 80% de la osamenta de un individuo, y se encontraban medianamente articulados, eran registrados como un contexto funerario; si no cumplían con estas características, los restos eran registrados sólo como material óseo. Se registraron 62 contextos funerarios de cánidos, uno de ellos doble. Si además consideramos los 75 cráneos que fueron registrados como material óseo, el número mínimo de individuos es de 138 cánidos. Un rasgo particular de estos enterramientos es que los cuerpos fueron depositados en posición decúbito y sin 1. Las fechas relacionadas a perìodos culturales o cronología arqueológica que se presentan en este artículo, y en el siguientes, han sido tomadas de Carrión y Narváez 20014. 2. En el informe final de los trabajos ejecutados el año 2010 en Huaca 33, se usó el término “entierro” para referirse a los entierros humanos y la numeración se realizó consecutivamente; no se encontraron restos de animales

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273200

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INVESTIGACIÓN

Huaca 33

Huaca 34

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Huaca Middendorf

Bol

ete

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Áreas de zoología

s

Áreas verdes

Huaca Tres Palos

Laguna y espejos de agua

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273000

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Figura 1. Plano del Complejo Arqueológico Maranga en el Parque de las Leyendas, con la ubicación de las huacas 33 y 34.

Mar

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Av. L a

400 m

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Sitios Arqueológicos

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De la Riva -Ag

Huaca Cruz Blanca

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Figura 2. Distribución de los contextos funerarios de humanos y de animales, descubiertos en Huaca 33 durante la temporada 2012–2013.

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Contextos funerarios de humanos Contextos funerarios de animales

8665020

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20 m

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INVESTIGACIÓN

Figura 3. Contexto funerario animal N° 47, cánido.

una orientación específica. La presencia de pupas indicaría que los cuerpos estuvieron expuestos, parcial o totalmente. La mayoría de cánidos están asociados a soguillas de fibra vegetal, torcidas, trenzadas o tejidas, que fueron colocadas alrededor del cuello o sobre el cuerpo, atando las patas o el hocico (Fig. 3). También se encontraron pequeños trozos de caña de 8 a 16 cm de largo, cerca del cráneo o del vientre de los individuos, y en un solo caso sujetando las patas delanteras (Fig. 4). Se hallaron, además, restos de algodón de color blanco y marrón, o una mezcla de ambos, sobre el lomo, la cadera o el vientre de los cánidos. Como casos excepcionales se registraron los siguientes entierros: un cánido que presentaba un pequeño fragmento de metal, al parecer cobre, a la altura de las patas delanteras; un cánido enfardelado; y un cánido que bajo el cráneo presentaba un roedor envuelto en una mezcla de algodón blanco y marrón. Camélidos (Vicugna pacos) Se recuperaron dos entierros de camélidos: CF 31 y CFA 34, ambos sin cráneo. El primero presentaba algunas vértebras articuladas y entre sus huesos se hallaron restos de soguilla vegetal y mechones de pelo negro; la soguilla habría servido para sujetar algunas partes del cuerpo del animal. El segundo contexto fue hallado decúbito lateral izquierdo, con las patas amarradas con una soguilla de fibra vegetal (Fig. 5). También se encontraron cuatro cráneos aislados, correspondientes a otros individuos. 3.2 Contextos funerarios de humanos (CF) Se excavaron 38 contextos funerarios de humanos y 82 cráneos dispersos en todo el montículo (Fig. 6). Considerando los 10 contextos funerarios y los 4 cráneos hallados durante la temporada 2010, el número mínimo de individuos hallados en Huaca 33 es de 134. Son pocos los

Figura 4. Contexto funerario animal N° 65, cánido.

contextos funerarios que presentaban objetos asociados; uno excavado durante la temporada 2010 y siete durante la temporada 2012-2013. Temporada 2010 Entierro 10: Individuo asociado a un huso que conserva hilos de algodón (Hz-004). Temporada 2012 – 2013 CF 9: Fardo de adulto hallado junto a una olla pequeña con asas (H21) cubierta con un mate (H20) a manera de tapa (Fig. 7). El cuerpo fue colocado en posición flexionada y envuelto por un textil llano de color marrón, sujetado con soguillas de junco, y sobre esta cobertura una esterilla de totora. Además, se encontraron tres varas de caña brava de 60 cm de largo, que conformaban una estructura que ayudaba a sostener el fardo. CF 10: Posible infante, enfardelado y asociado a una cánida preñada de por lo menos cinco crías (CFA 42).

CF 37: Individuo colocado en posición decúbito ventral y con el cráneo orientado hacia el sur. Estuvo acompañado de dos vasijas de cerámica que fueron ubicadas alrededor del cráneo: una olla entera (H37) y una vasija quebrada (H38) -al parecer completa-. También se halló una cuenta de madera (H55) entre las piernas del individuo. CF 35: Individuo sin piernas, asociado a un grupo de rocas de color azul. Fue encontrado al norte de CF37, en posición decúbito ventral. 4. RESULTADOS PRELIMINARES Con las excavaciones arqueológicas en Huaca 33 se recuperó una interesante colección de restos óseos de humanos y de animales, vinculados a un acontecimiento sucedido aproximadamente hace 800 años.

CF 14: Fardo de adulto, asociado a un cántaro de cerámica (H7) tapado con un mate (H6). Dentro del fardo se encontraron husos y cañas, decorados y sin decorar (H27). Al noreste del fardo se halló un entierro doble de cánidos (CFA 49), uno con el cráneo orientado hacia el norte y el otro hacia el sur. Los cánidos estaban uno sobre otro y a cada uno se le amarró las patas posteriores con gruesas soguillas de fibra vegetal (Ver foto que encabeza el artículo). CF 18: Individuo que presentaba una caña larga debajo del cuerpo. CF 19: Corresponde al cuerpo de un bebé que fue colocado dentro de una vasija cerámica (H33). CF 31: Individuo con una vara larga de madera (H52) a la altura del rostro (Fig. 8). CF 32: Posible infante, enfardelado y hallado con un mate pequeño colocado a la altura del vientre.

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Figura 5. Contexto funerario animal N° 34, camélido.

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INVESTIGACIÓN

Figura 6. Vista general del hallazgo de contextos funerarios de humanos en Huaca 33.

Hasta el momento se han analizado los restos óseos de 22 individuos humanos, entre esqueletos completos, semi completos y 5 cráneos. Estos últimos proceden de un aglomerado de esqueletos desarticulados de humanos y de animales, ubicado en la parte sur del edificio. Del total de restos óseos excavados sólo se analizaron 26 individuos humanos y 30 cánidos por Antrop. María Inés Barreto y Biol. Enrique Ángulo, respectivamente. Barreto (2014) explica que la muestra de restos óseos humanos analizada representa a un grupo mayoritario de individuos de 25 a 50 años de edad. Muchos de ellos presentan lesiones relacionadas con el momento de su deceso, básicamente golpes o cortes en el cráneo, en el tórax o en ambos lugares. Ante estas evidencias la investigadora concluye que la muerte de estos individuos pudo haberse originado por conflictos interpersonales.

Fueron enterrados con objetos asociados, mientras que los humanos sólo presentan estos elementos en casos excepcionales. Ahora bien, según la asociación con vasijas completas y fragmentería cerámica, se han definido dos momentos para los entierros de humanos. El primer momento tuvo lugar durante el Período Intermedio Temprano (400-540 d.C.), incluye tres entierros humanos depositados dentro de un relleno constructivo, dos adultos echados boca abajo (CF 35 y CF 37), en una matriz realizada rompiendo un piso, y un bebé (CF 19) colocado dentro de una vasija cerámica. Los tres entierros están relacionados con la construcción de un nuevo piso. Casos similares han sido reportados en Huaca San Marcos (Shady

y Narváez 1999: 7; Barreto 2012: 85, 168, 180; Lumbreras 2013: 122 y 124) y Huaca Pucllana (Flores 2005: 71-72; Barreto 2012: 158, 189, 218). Los entierros de este momento no incluyen restos de cánidos. El siguiente momento tuvo lugar durante el Período Intermedio Tardío (900-1476 d.C.). A este momento corresponden entierros de humanos y de animales que están asociados a un denso relleno de cantos rodados que cubría al edificio. En algunos casos los entierros completos de humanos se encontraban enfardelados, con vestimenta (túnicas, waras) o desnudos. ¿Existe una relación entre los entierros de humanos y los de animales realizados en Huaca 33? El resultado de las excavaciones

Angulo (2014) diferenció a los cánidos analizados en tres grupos, según su tamaño. El más recurrente es un tipo de cánido de tamaño mediano, que mediría hasta 42 cm de altura y pesaría aproximadamente 12 kg. En todos los casos se trata de perros con pelo, desde cachorros hasta adultos, y en un caso una hembra preñada de cinco crías. Respecto a la causa de muerte de los cánido. No se observaron lesiones en los huesos, como cortes o golpes; sólo en un caso los restos presentaban un cinto delgado de algodón amarrado al cuello, muy apretado, por lo que se deduce que pudieron morir asfixiados. La variedad de los individuos hallados indicaría que no hubo una selección específica, que los canes habrían sido sacrificados al azar. Los cuerpos fueron colocados cuidadosamente, como si descansaran.

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Figura 7. Contexto funerario humano N° 9

Figura 8. Contexto funerario humano N° 31

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INVESTIGACIÓN no permite plantear una relación directa entre ambos, a excepción de dos casos. Uno es un fardo pequeño de humano (CF10), probablemente un niño, acompañado de una hembra de cánido preñada (CFA 42). El otro es un fardo de humano adulto (CF 14) asociado a husos, a una olla de cerámica cubierta con un mate y a dos canidos (CFA 49). El resto de los cánidos fueron encontrados dispersos, sin una orientación predominante de los cuerpos y cráneos, y a diferente profundidad. Lo mismo ocurrió con el cuerpo de los humanos, fueron hallados sin orientación, ni ubicación predominante. Entonces, ¿Qué está sucediendo en Huaca 33? ¿Cuál es el sentido de esta cantidad de perros enterrados junto con los humanos? La hipótesis que estamos planteando se desprende de los resultados de los análisis de los restos óseos, de la interpretación de las excavaciones y la interpretación de las prácticas relacionadas al papel del perro en la cosmovisión andina prehispánica. Planteamos que, en un momento específico del Período Intermedio Tardío3, la sociedad Maranga experimentó conflictos sociales, produciéndose peleas mortales. Ante este hecho, se reutilizó Huaca 33 -un edificio de la cultura Lima, ya abandonado- como un cementerio. Se cubrió el viejo edificio con un depósito de cantos rodados y tierra, donde colocaron entierros de humanos y animales. Se dejaron objetos asociados sólo a algunos de los humanos, mientras que en otros casos sólo se apilaron los cuerpos en el lado sur del edificio. La diferencia entre los entierros de humanos, según los objetos asociados o el tratamiento del cuerpo (si estaban enfardelados, vestidos o descubiertos) probablemente respondan a diferencias sociales.

culturas, además de la andina. En la cultura egipcia es el dios Anubis, representado como un cánido negro o como un hombre con cabeza de perro, quien guía a los difuntos en su tránsito al más allá. Para finalizar, recalcamos que este artículo se ha centrado en presentar las evidencias encontradas durante las excavaciones realizadas en Huaca 33, específicamente los entierros. El análisis de la totalidad de los restos óseos humanos y los de animales permitirán contrastar con más detalle y fundamento la hipótesis aquí planteada.

BIBLIOGRAFÍA AGURTO, Santiago y Miguel PAZOS, 1982. Registro arqueológico de los monumentos prehispánicos de la comarca de Lima. Fondo de Inversiones Metropolitanas, Lima. ALARCÓN, Pedro, 1971. Tres fases técnicoconstructivas en la Huaca San Marcos. Tesis para optar el grado de Bachiller en Arqueología, UNMSM, Lima. ALVA, Walter y Luis HURTADO, 2006. El Señor de Sipán: misterio y esplendor de una cultura pre-Inca. Museo Arqueológico de Alicante, Alicante. ANGULO, Enrique, 2014. Canes prehispánicos de la Huaca 33. Lucenida Carrión y Joaquín Narváez (Editores), Arqueología. Catorce años de investigaciones en Maranga, 224-232. Patronato del Parque de las Leyendas, Lima BARRETO, María Inés, 2012. Prácticas Sacrificiales en el valle bajo del Rímac durante el Período Intermedio Temprano (150–650 d.C.). Tesis para optar el grado de Magíster en Arqueología Andina, UNMSM, Lima.

Ante este estrés social y guiados por las creencias y rituales de la época, donde el perro sería considerado un ser psicopompo (ser que conduce a los difuntos en su paso al otro mundo), se estarían “sacrificando” perros, pero la premura de las circunstancias no habría permitido escoger un tipo de perro específico, sino que la elección para los posibles sacrificios sería al azar. Prácticas como estas han sido registradas en Huaca Rajada, en el entierro del Señor de Sipán, donde el personaje principal, además de personas, también es acompañado por un perro (Alva et al. 2006: 114). En Huaca San Marcos (Alarcón 1971: 135) y en Pachacamac también se encontraron entierros de perros acompañando a individuos (Eekhout 2004, Cornejo et al. 2012, Pozzi-Escot et al. 2012a y 2012b).

2014. Condiciones de salud de los antiguos pobladores del complejo Maranga: una visión general desde el Período Intermedio Temprano hasta la Colonia. Lucenida Carrión y Joaquín Narváez (Editores), Arqueología. Catorce años de investigaciones en Maranga, 211-224. Patronato del Parque de las Leyendas, Lima

Considerar a los canes como seres psicopompos también ocurre en otras

2014. Informe final del proyecto de investigación y conservación de las huacas 33 y 34 del Complejo Arqueológico Maranga, Lima. 6 Volúmenes. Informe presentado al Ministerio de Cultura del Perú, Lima.

3. Quedan pendientes los fechados C14 para ratificar la hipótesis propuesta.

BONAVIA, Duccio, Ramiro MATOS y Félix CAYCHO, 1962-1963. Informe sobre los monumentos arqueológicos de Lima. Junta Deliberante Metropolitana de Monumentos Históricos, Artísticos y Lugares Arqueológicos de Lima, Lima. CARRION, Lucenida, 2010. Informe final del plan de limpieza de Huaca 33, Complejo Arqueológico Maranga, Lima. Informe presentado al Ministerio de Cultura del Perú, Lima.

DIVISIÓN DE ARQUEOLOGÍA - PARQUE DE LAS LEYENDAS

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9

INVESTIGACIÓN OCUPACIÓN PREHISPÁNICA Y REOCUPACIÓN TARDÍA EN HUACA 34, COMPLEJO ARQUEOLÓGICO MARANGA Por: Kati Huamán Nonato / Sonia Castañeda Neglia

Vista panorámica de Huaca 34

INTRODUCCIÓN En el siguiente artículo se exponen los resultados preliminares obtenidos de las excavaciones realizadas en las unidades 2 y 41 de Huaca 34, como parte del Proyecto de investigación y conservación de las huacas 33 y 34 del Complejo Arqueológico Maranga, Lima. Anteriormente, el año 2010, se realizaron excavaciones en este sitio con la finalidad de definir su cronología y posible función (Manrique 2011). Se lograron identificar dos tipos de ocupación; la primera en la unidad 2, que corresponde a la época Ychsma; y la reocupación tardía del edificio en la unidad 4. Cada una presenta secuencias arquitectónicas independientes, que se caracterizan por el uso de distintos materiales constructivos, la forma de los espacios, la función de las construcciones y su temporalidad. Las evidencias registradas indican una continua ocupación de Huaca 34 durante la época Ychsma (1000 – 1532 d.C), con actividades diferenciadas para cada momento constructivo. Construcciones posteriores revelarían un cambio drástico en la función del edificio y las actividades allí realizadas. La secuencia constructiva que ahora presentamos tiene carácter preliminar2. La secuencia general que al término de 1. Excavó la unidad 2 la arqueóloga Sonia Castañeda Neglia y la unidad 4 la arqueóloga Kati Huamán Nonato. 2. La información que se presenta corresponde a los trabajos realizados entre octubre de 2012 y mayo de 2013, antes de concluir las investigaciones en Huaca 34.

10

las investigaciones se defina para Huaca 34, deberá tener en cuenta la información completa de todas las unidades de excavación intervenidas. 1. UBICACIÓN Huaca 34 se localiza dentro del Parque de las Leyendas, en el distrito de San Miguel, provincia y región Lima (ver figura 1 del artículo anterior). Se encuentra al noroeste de Huaca Cruz Blanca, en las coordenadas 273110E y 8665028N; tiene una altura máxima de 67 msnm y un área aproximada de 1519, 017 m2. 2. METODOLOGÍA APLICADA Huaca 34 fue dividida en 5 unidades de excavación; las unidades 2 y 4, referidas en este texto, tuvieron 14m x 13m y 24m x 18m, respectivamente (Fig. 1). Se siguió el método de excavación arqueológica en área abierta, con la finalidad de excavar el sitio íntegramente y exponer sus componentes arquitectónicos. El procedimiento de registro fue el mismo que se utilizó para la intervención del sitio el año 2010 (Manrique 2011: 19-24). La excavación arqueológica fue desarrollada en tres etapas. La primera consistió en el retiro del depósito superficial de tierra suelta y los restos de estructuras caídas que cubrían la arquitectura y los depósitos arqueológicos. La segunda etapa consistió en la excavación de un grueso depósito arqueológico compuesto por rellenos deslizados, bloques y fragmentos de tapia, siguiendo la estratigrafía visible en los perfiles de la trinchera excavada el año 2010 (Manrique 2011). La tercera etapa corresponde al registro y excavación de los depósitos arqueológicos y elementos

arquitectónicos relacionados a cada momento constructivo identificado en Huaca 34: muros de doble paramento (M) y muros de contención (MC). Cada uno de los depósitos arqueológicos y elementos arquitectónicos fue considerado como una unidad estratigráfica (UE) y se les asignó un número correlativo. La información fue ordenada siguiendo las propuestas de Harris (Harris, 1999: 85103) y Carandini (1997: 82-88), para luego elaborar la secuencia constructiva. 3. DESCRIPCIÓN DEL ESTADO INICIAL DEL SITIO ARQUEOLÓGICO El sitio arqueológico está protegido por un cerco de material noble y gran parte de su superficie estaba cubierta por una capa de tierra acumulada por acción eólica. En algunas áreas el edificio presentaba la apariencia de montículo, debido al deslizamiento y acumulación de tierra y escombros sobre los contornos. En el área central se observó la mayor concentración de estructuras de tapia y adobe, formando recintos cuadrangulares y rectangulares. En la parte más alta se hallaba expuesta la trinchera excavada el año 2010, donde se descubrieron evidencias que sirvieron para establecer la cronología inicial del sitio, basándose en la arquitectura descubierta (Manrique 2011: 130-133). 4. LA OCUPACIÓN PREHISPÁNICA La ocupación prehispánica de Huaca 34 fue identificada en la unidad de excavación número 2, ubicada en el extremo suroeste del sitio. Se registró una secuencia constructiva que corresponde al Periodo Intermedio Tardío (900-1476

DIVISIÓN DE ARQUEOLOGÍA - PARQUE DE LAS LEYENDAS

INVESTIGACIÓN

AMBIENTE EMU

UNIDAD 3

Cuando esta parte de Huaca 34 fue abandonada, la cabecera del muro MC19 -del primer momento constructivo- habría estado cubierta por el muro M65. En algún momento, los extremos sureste de ambos muros fueron parcialmente destruidos y el relleno del muro MC19 quedó expuesto. En este relleno se encontró una olla de estilo inca local, incompleta y fragmentada, que provendría de algún contexto funerario alterado (Fig. 3).

UNIDAD 1 UNIDAD 4

UNIDAD 2

muro M65 se edifican el muro M64 y un piso (UE 155); mientras que, adyacentes y paralelos al paramento sur se levantan los muros MC77 y MC78 (Fig. 2, D). Junto a estos últimos se construyen una posible banqueta (UE 20) y un piso (UE 24).

UNIDAD 5

IN M CA

5. LA REOCUPACIÓN TARDÍA

O GO PA LÁ GA

0

20 m

S

Figura 1. Ubicación de las unidades de excavación en Huaca 34.

d.C.) e inicios del Horizonte Tardío (circa 1476). Se plantea la existencia de cinco momentos constructivos, identificados en la reorganización de los espacios: modificación de recintos, construcción de muros y pisos. Primer momento constructivo Se construye un recinto de planta rectangular (Re22) de aproximadamente 8,90 x 7,30 metros en la parte suroeste del edificio. El límite norte de este espacio está determinado por el muro MC19, el límite sur por el muro MC20 y el límite oeste por los muros M18 y M19. El piso del recinto (UE 102) se proyecta hacia el este. El no fue ubicado, debido a que la excavación fue limitada (Fig. 2, A). Segundo momento constructivo Se cubre parcialmente la arquitectura del primer momento para configurar un nuevo recinto (Re23), también de planta rectangular, pero de menores dimensiones: 7,30 x 5,80 metros. El piso del recinto que funcionó en el momento previo fue cubierto con un relleno (UE 41) sobre el que se construyó un nuevo piso (UE 40). La construcción del muro de contención MC 21, asociado a este nuevo piso, define el nuevo espacio y lo delimita por el este. El se ubica en la esquina noroeste, sobre el muro M18. Tercer momento constructivo El recinto Re23 es cubierto con un grueso relleno de cantos rodados para configurar otro recinto (Re24) y un nuevo piso (UE 99). Entre los muros M18 y M19 se conforma un nuevo (UE 37) que permitía el ingreso al nivel bajo del recinto. Otro (UE 101), ubicado sobre el nivel superior del muro M18, permite ingresar al nivel más alto.

Posteriormente, se realiza la remodelación del recinto Re24; su piso es cubierto con uno nuevo (UE 39), y sobre este se construye una pequeña estructura de planta rectangular de 62 x 46 cm (UE 153). Esta estructura fue adosada al muro MC21, a manera de peldaño que sirve para acceder a la plataforma definida por el muro MC21 (Fig. 2, B). Cuarto momento constructivo Se conforma el recinto de planta rectangular Re25 con la construcción de los muros M20 y MC 23; el primero cubre al muro MC 21 del momento constructivo anterior; el segundo muro define una nueva plataforma en la mitad norte del recinto. El piso que cubre la plataforma fue designado como UE 34. En la parte baja del recinto, la mitad sur, y sobre el piso del momento constructivo anterior (UE 39), se suceden una serie de pisos que presentan basura arqueológica, hoyos y quemas (Fig. 2, C; Fig. 5). Estas evidencias permiten deducir que en este recinto (Re25) se estarían realizando actividades domésticas. Quinto momento constructivo Se configuran dos espacios, uno al sur y otro al norte, a partir de la edificación de un muro de doble paramento (M65). En el primero se reutiliza el muro M20 y se construye un piso (UE 23) que habría cubierto a los muros M18, M19 y MC23 de los momentos precedentes; en el espacio ubicado al norte se identificó otro piso (UE 155). Los dos espacios asociados al muro M65 son constantemente remodelados con la construcción de nuevos pisos y muros. Perpendicular al paramento norte del

DIVISIÓN DE ARQUEOLOGÍA - PARQUE DE LAS LEYENDAS

Después del último momento constructivo prehispánico se observa un hiato en la continuidad constructiva del edificio, que se refleja en la superposición de ocupaciones posteriores, cuyas técnicas y materiales constructivos son diferentes. Las excavaciones arqueológicas realizadas en la unidad 4 han reportado evidencias de ocupaciones que sólo están presentes en la cima y el lado este de Huaca 34. Los momentos constructivos asociados a estas ocupaciones corresponden a una secuencia inicial aún por afinar. Queda pendiente incluir la información de las otras unidades de excavación abiertas en Huaca 34. 5.1 Reocupación tardía I Primer momento constructivo Con la finalidad de nivelar la cima del edificio se acondiciona el lado noroeste, mediante el desmontaje parcial de las estructuras prehispánicas. Luego, se coloca un relleno constructivo de cantos rodados, pequeños, guijarros y tierra color beige oscuro. Sobre este relleno (UE 121) se construye un recinto con material vegetal: carrizos (Phragmites australis) y un poste de madera (Fig. 4). Esta estructura estaba asociada a una superficie endurecida color beige claro (UE 100), que no presentaba evidencia de actividad alguna. No se identificó el de este recinto, siendo probable que se encontrara en el lado este y tuviera una orientación este-oeste. Segundo momento constructivo El segundo momento constructivo está representado por el hallazgo de restos de postes de madera en el lado este del recinto de carrizos. Se encontraron restos de 23 postes colocados en hoyos, algunos presentaban acomodos de cantos rodados medianos asentados con barro. Se trató de identificar un patrón en la distribución de los postes, para establecer si corresponden a soportes de un techo de fibra vegetal; es lo más probable.

11

INVESTIGACIÓN 5.2 Reocupación tardía II

A

Primer momento constructivo Se observa un cambio drástico en el diseño arquitectónico de las estructuras y en el material constructivo utilizado. Se acondiciona por completo la cima del edificio; probablemente algunos restos de muros de tapia prehispánicos, visibles durante la reocupación tardía I, fueron recortados durante este proceso. El recinto de fibra vegetal fue desmontado, sólo quedaron restos de sus bases y de los postes de madera. Sobre los restos de la ocupación prehispánica y la reocupación tardía I se edificaron tres recintos y un área abierta, anexa al lado este del recinto N° 2 (Fig. 6, A). Estos espacios fueron configurados con muros de doble paramento y muros de contención, elaborados con material preparado (adobes rectangulares y tapias) y materiales reutilizados (fragmentos de tapias, fragmentos de adobe y cantos rodados). Algunos muros fueron levantados alternando ambos tipos de materiales.

M8

M 19

M 18

MC 1 MC 8 19

Re 22 Piso

rc Ce o

MC

rim pe

Límite de unidad

o ric ét

0

20

4m

B

UE 37

M 18

MC

9



MC

M1

UE 101

19 MC 1 8

22

Re 24

UE 153 MC

MC

21

Piso 20

UNIDAD 2

M6

5

M 18

MC Piso

M 19

MC

Piso (UE 24)

MC

D

78

C 0

20

MC

M2

UE

5 MC

20

Fig. 2 MOMENTOS DE OCUPACIÓN PREHISPÁNICA EN HUACA 34 (Unidad de excavación Nº 2) A. Primer momento constructivo: edificación del recinto Re22. B. Tercer momento constructivo: remodelación del recinto Re24. C. Cuarto momento constructivo: edificación del recinto Re25. D. Quinto momento constructivo: edificación de pisos UE 24 y UE 155.

12

20

0

Piso

Piso (UE 155)

M6

23

M2

4 77

MC

Re 25

M6 MC

19

18

Segundo momento constructivo Los recintos del momento constructivo anterior continúan funcionando como espacios domésticos y se añade una nueva edificación, un recinto rectangular amplio (recinto N° 5) al lado oeste del recinto N° 4 (Fig. 6, B). Este nuevo recinto fue construido con muros de tapia, cuyo estaba ubicado al lado oeste; en su interior se encontraron hasta cinco superficies endurecidas de tierra, con restos de estiércol animal e inclusiones de restos vegetales. Probablemente, parte de este recinto estuvo techado, los restos de cuatro postes de madera hallados serían lo que quedó del soporte del techo de fibra vegetal que tenía. Este espacio funcionó como un pequeño establo, donde guardaban animales menores: ovejas, cabras y otros. Tercer momento constructivo Durante este momento se adicionan cuatro recintos: N° 3, N° 6, N° 7 y N° 8 (Fig. 6, B). Los recintos 3 y 6, de menor tamaño, fueron anexados al recinto 1; el recinto 7 fue levantado al este del recinto 4; el recinto 8 fue ubicado en el lado este de Huaca 34. Para la construcción de los cuatro recintos se emplearon materiales diversos (ver cuadro). Los muros de los recintos 3, 6 y 7 fueron los de mayor altura, mientras que el recinto 8 estuvo compuesto por muros de contención pequeños, en cuyas esquinas se observaron postes que habrían soportado un techo de material vegetal. Los cuatro ambientes tenían s claramente diferenciados; las superficies de sus pisos no presentaban evidencias de actividad, por lo que no pudimos definir con claridad la función de los recintos.

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INVESTIGACIÓN Cuarto momento constructivo Adosados al recinto 8 se construyeron dos recintos pequeños: N° 9 al este y N° 10 al noreste (Fig. 6, C). Ambos espacios están emplazados en la base este de la Huaca 34. Los materiales utilizados en su construcción y la forma de emplearlos son más rústicos, en comparación con los muros de los recintos anteriores (ver cuadro). Los pisos de estos ambientes presentaban superficies endurecidas, la mayoría compuestos por restos de basura moderna, tierra y restos orgánicos: excrementos de cuyes y aves. Después de este momento constructivo no observamos cambios significativos en las edificaciones. Estas mantienen su configuración hasta su abandono (Fig. 7), que se refleja en los restos de herramientas de cultivo, fragmentos de loza y textiles, hallados mezclados con restos de muros colapsados y un depósito de tierra (UE 1) producto de la desintegración de los muros y la actividad eólica. 6. CONSIDERACIONES PRELIMINARES Como se señaló, la secuencia constructiva que presentamos no es definitiva, pues las excavaciones en Huaca 34 fueron limitadas. Cuando la información sea contrastada con la de todo el sitio arqueológico se obtendrá una secuencia completa y afinada. Además, los resultados de los futuros análisis del material recuperado deberán ser correlacionados con la evidencia arquitectónica, para reconocer las variaciones que ocurrieron durante el Período Intermedio Tardío, el Horizonte Tardío y en épocas posteriores.

Figura 4. Recinto construido en Huaca 34, con carrizos y madera. Corresponde al primer momento constructivo de la reocupación tardía I.

rellenos contenidos por muretes que, en algunos casos, forman cuadrículas. Esta técnica constructiva fue registrada en las huacas 34 y 43, durante los trabajos del 2010 y anteriormente en Huaca San Miguel (Manrique 2011: 129, 132, 143).

Durante el Período Intermedio Tardío (900–1476 d.C.) se suceden cinco momentos constructivos en Huaca 34, que corresponden a una intensa ocupación del edificio durante la época Ychsma. Se mantiene la planta rectangular de los espacios, conformados por muros de doble paramento y muros de contención construidos con la técnica del tapial. Para la construcción de nuevos recintos, los espacios son cubiertos con gruesos

La secuencia constructiva de Huaca 34 inicia con la edificación de un amplio recinto (Re22) que pudo tener uso público. Luego, el espacio es reducido para conformar un recinto (Re23) asociado a una plataforma elevada. En un tercer momento, el espacio fue cubierto para edificar un nuevo recinto (Re24), que posteriormente es remodelado, renovando su piso y construyendo una estructura a manera de peldaño. A continuación, para conformar un nuevo recinto (Re25) se adicionan muros y pisos; este es el cuarto momento constructivo, donde el recinto Re25 habría cumplido una función doméstica, posiblemente la preparación de alimentos a pequeña escala. Esto se infiere por la presencia de hoyos, para colocar vasijas medianas, y material botánico en las superficies de los sucesivos pisos. La coloración rojiza

Figura 3. Olla de estilo inca local hallada en Huaca 34. Asociada al quinto momento constructivo de la ocupación prehispánica.

Figura 5. Ocupación prehispánica de Huaca 34. Cuarto momento constructivo identificado, se observan hoyos y tres niveles de pisos.

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que presentaban algunos hoyos en sus contornos revela que estuvieron expuestos al fuego. Posteriormente, el recinto Re25 es sellado y se configura un nuevo espacio que también presenta remodelaciones. Las evidencias encontradas en este último espacio indican que fue utilizado durante el Horizonte Tardío (1476-1532 d.C.). Se trata de pocos fragmentos cerámicos de estilo inca y una vasija de estilo inca local, todos hallados en rellenos removidos. La idea de considerar que este quinto momento constructivo tiene lugar durante el Horizonte Tardío es reforzada por el reporte de entierros intrusivos de este período durante los trabajos realizados el 2010 en Huaca 34 (Manrique 2011: 133). Si bien los momentos constructivos asociados a la ocupación prehispánica han sido claramente identificados, un tema interesante por investigar es el análisis arquitectónico de las construcciones asociadas con la reocupación de Huaca 34. Este estudio aportaría datos interesantes sobre su función y las actividades desarrolladas por grupos sociales diferentes al que se asentó originalmente en este sitio. Lamentablemente no disponemos de mucha información sobre este tema, debido a que la mayoría de investigaciones arqueológicas en el Complejo Arqueológico Maranga han priorizado el estudio de las evidencias culturales prehispánicas y dejado breves descripciones sobre las reocupaciones posteriores. Pensamos que los datos que se puedan obtener de las evidencias recuperadas, y la información histórica, contribuirán al conocimiento de la historia de Huaca 34 y de las sociedades que la ocuparon desde la colonia hasta mediados del siglo XX.

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INVESTIGACIÓN

Límite de unidad

4

A

1

2

0

Límite de unidad

6m

5 4 7

B 8

3 6

1

2

5 4 7

10

C 8

3 6

1

2

Fig. 6 MOMENTOS DE LA OCUPACIÓN TARDÍA II DE HUACA 34 (Unidad de excavación Nº 4) A. Primer momento constructivo. Se edifican los recintos 1, 2 y 4 B. Segundo y tercer momento constructivo. Segundo momento, se edifica el recinto 5 Tercer momento, se edifican los recintos 3, 6, 7 y 8. C. Cuarto momento constructivo. Se adicionan los recintos 9 y 10.

14

9

Entre los estudios vinculados a la reocupación de los sitios del Complejo Arqueológico Maranga durante la Colonia, o en momentos posteriores, tenemos a las intervenciones realizadas por los integrantes del Seminario de Arqueología del Instituto Riva-Agüero a finales de 1960, siendo la más representativa la excavación de una vivienda española edificada sobre Huaca Tres Palos (Cárdenas 1970, Ramos de Cox 1970). Más reciente es la investigación desarrollada por la División de Arqueología del Parque de las Leyendas en Huaca 43 en el año 2010. En ella se menciona una ocupación tardía caracterizada por depósitos pequeños hechos con adobitos reutilizados y asociados a actividades domésticas realizadas entre el fin del Horizonte Tardío e inicios de la Colonia (Manrique 2011: 145, 147). Ambas investigaciones pueden ser consideradas como referencia al determinar la cronología de Huaca 34. Sin embargo, cabe resaltar que a diferencia de los estudios anteriores, donde ubican temporalmente estas construcciones en el periodo colonial, en Huaca 34 se distinguen dos momentos de reocupación tardía (I y II), que por sus características no pueden ser considerados dentro del mismo periodo temporal, la Colonia. Estas reocupaciones estarían indicando que el uso del edificio se prolonga más allá de tiempos prehispánicos. Para el caso de la Reocupación Tardía I, los escasos antecedentes que mencionen una arquitectura similar a la que ahora presentamos, los pocos materiales recuperados y la falta de procesamiento de todas las evidencias recuperadas no permiten por el momento ubicarla cronológicamente. Mientras que en la Reocupación Tardía II, sostenemos que no se puede asociar esta reocupación con el periodo colonial, debido a la insuficiencia de indicadores de este período, tales como la arquitectura, que no guarda relación con los materiales y técnicas constructivas de esta época, y materiales como documentos, monedas, entre otros. Por ello, en la intervención previa de Huaca 34 se consideraró a estas estructuras como “republicanas” (Manrique 2011: 148). A partir de los resultados del 2011 y los obtenidos en esta oportunidad, -con la propuesta de los momentos de reocupación tardía I y II-, planteamos tentativamente que la arquitectura de la reocupación tardía I de Huaca 34 correspondería a fines del Horizonte Tardío e inicios de la Colonia, y que posiblemente estuvo vinculada a un núcleo familiar pequeño que realizó actividades agrícolas. Mientras que en el caso de la reocupación tardía II, por sus características arquitectónicas particulares (materiales y técnica constructiva), sus varios momentos constructivos y los materiales encontrados (monedas del siglo

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INVESTIGACIÓN XX, herramientas agrícolas, loza vidriada, etc.), proponemos que probablemente pertenecería a los restos de una “vivienda rural” que se construyó sobre Huaca 34 en un momento posterior al periodo colonial. El término “vivienda rural” correspondería a espacios domésticos vinculados a actividades agrícolas y ganaderas menores y de autoconsumo, para su definición seguimos los criterios que utiliza Manzanilla (1990) para definir la unidad habitacional. Partiendo de lo expuesto formulamos algunas preguntas. ¿Cuánto tiempo duró la reocupación tardía de Huaca 34? ¿Cómo se organizó el espacio en esta edificación? ¿Hubo cambios funcionales que se reflejan en los espacios arquitectónicos? Estas interrogantes son válidas debido a los visibles cambios registrados en los momentos constructivos vinculados a la reocupación tardía. Por ello, será necesario emplear el análisis de áreas domésticas, la cronoestratigrafía y el análisis arquitectónico para responder las interrogantes planteadas.

Recinto Nº

DESCRIPCIÓN DE LA ARQUITECTURA

Figura 7. Segunda reocupación tardía de Huaca 34. Vista de los recintos luego de retirar la capa superficial y los escombros modernos.

BIBLIOGRAFÍA

EVIDENCIAS ENCONTRADAS

POSIBLE FUNCIÓN

1

Recinto de planta rectangular; muro de adobes rectangulares; al norte.

Restos de pisos delgados, restos de postes.

Área de uso múltiple

2

Recinto de planta cuadrangular; muro de tapia y cantos rodados, muro de cantos rodados; al norte.

Fogón, restos de hollín en muro de tapia. Posibles contenedores de agua.

Área de cocina y almacenaje

3

Recinto de planta rectangular; muros de adobes rectangulares.

La superficie del piso estaba limpia.

No determinada

HARRIS Edward, 1991. Principios de estratigrafía arqueológica. Editorial Crítica, Barcelona.

4

Recinto de planta trapezoidal; muro de tapia y adobes, muro de adobes, muro de cantos rodados y adobes, muro de fragmentos de tapia y cantos rodados; al sur.

La superficie del piso estaba limpia.

No determinada

5

Recinto de planta rectangular; muro de tapia y cantos rodados; al oeste

Varios niveles de superficie, endurecidas, con restos de excrementos.

MANRIQUE, Patricia, 2011. Informe final del proyecto de investigación en las Huacas 34, 43 y la Muralla 46A del Complejo Arqueológico Maranga, Lima, volumen I. Informe presentado al Ministerio de Cultura del Perú, Lima.

6

Recinto de planta rectangular; muro de adobes, muro de fragmentos de tapia, barro batido y cantos rodados; al norte

La superficie del piso estaba limpia.

No determinada

7

Recinto de planta rectangular; muros de adobes y cantos rodados; al norte

La superficie del piso estaba limpia.

No determinada

8

Recinto de planta rectangular; muro de cantos rodados, muro de cantos rodados y fragmentos de adobes, muro de adobes; al norte.

La superficie del piso estaba limpia.

No determinada

9

Recinto de planta rectangular; base de muro de adobes y fragmentos de ladrillos; al este.

Varios niveles de superficie, endurecidas, con restos de excrementos

Crianza de cuyes y aves

10

Recinto de planta rectangular; muros de cantos rodados; al este

Varios niveles de superficie, endurecidas, con restos de excrementos

Crianza de cuyes y aves

DIVISIÓN DE ARQUEOLOGÍA - PARQUE DE LAS LEYENDAS

Establo para ovejas, cabras y otros animales

CARANDINI Andrea, 1997. Historias en la Tierra. Manual de Excavación Arqueológica. Editorial Crítica, Barcelona. CÁRDENAS, Mercedes, 1970. Ocupación española de una huaca del valle de Lima: Huaca Tres Palos. Boletín del Seminario de Arqueología, 5: 40-49.

2012. Arquitectura y secuencia cultural prehispánica en Huaca 43, Complejo Arqueológico Maranga. Boletín del Museo de Sitio Ernst W. Middendorf, 11: 4-9. MANZANILLA, Linda, 1990. Niveles de análisis en el estudio de unidades habitacionales. Revista Española de Antropología Americana, 20: 9-18. RAMOS DE COX, Josefina, 1970. Excavación de unidades arqueológicas en el Fundo Pando, Lima. Boletín del Seminario de Arqueología, N°7: 78-81.

Cuadro. Elementos arquitectónicos y posible función de los recintos excavados en Huaca 34 (unidad de excavación Nº 4).

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RUTAS

EL MUSEO DE HISTORIA NATURAL JAVIER PRADO - UNMSM El museo tiene su antecedente inmediato en el gabinete de estudio que organizó el Dr. Rospigliosi Vigil cuando dictaba la cátedra de zoología en la Facultad de Ciencias de San Marcos. Considerando que el local era insuficiente para cumplir su propósito, Rospigliosi Vigil decidió gestionar la creación de un museo de historia natural ante el Rector de San Marcos, Dr. Javier Prado y Ugarteche.

Fue fundado el 28 de febrero de 1918, durante una sesión extraordinaria de la Facultad de Ciencias de esta universidad. Su primer director fue el Dr. Carlos Rospigliosi Vigil.

El Museo exhibe diversas muestras de la flora, fauna y riqueza mineral del país; también cuenta con salas de exhibición de especímenes fósiles. Entre las valiosas colecciones que custodia está el herbario conformado por el sabio italiano Antonio Raimondi.

Además de difundir nuestro patrimonio natural, el Museo brinda asesoría y consultoría en temas de impacto ambiental, identificación de especies y conservación de recursos naturales. Dirección: Av. Arenales 1256, Jesús María, Teléfonos: (511) 471-0117 y 470-7918. E-mail: [email protected] Horario de atención: Lunes a viernes, de 9 a 17 horas; sábados, de 9 a 16:30 horas; domingos y feriados, de 10 a 13:30 horas. Precios: Niños y estudiantes S/. 5.00; adultos S/. 7.00; mayores de 60, ingreso libre; servicio de guiado, S/. 25 por cada 25 personas.

PATRIMONIO NATURAL Y CULTURAL EN EL PARQUE DE LAS LEYENDAS HUACA 48A CABALLERO CARMELO Edificio prehispánico construido con la técnica del tapial. Presenta una planta cuadrangular y su patrón constructivo

está definido por la disposición de amplios recintos, algunos con plataformas adosadas, vanos que interconectan espacios y largas escaleras. El edificio abarca un área de 1017,43m2. No obstante, la distribución y proyección de su arquitectura revelarían que originalmente su extensión fue mayor. En la década de 1960 fue reocupado y sus muros mejor conservados fueron utilizados para formar las habitaciones de una construcción moderna. Hoy, la arquitectura prehispánica luce conservada y restaurada. Las habitaciones de la casa moderna fueron remodeladas para conformar un ambiente conocido como “Caballero Carmelo”, en el que se realizan actividades culturales.

EL GALLITO DE LAS ROCAS1 Es el ave nacional del Perú. Habita los bosques húmedos de la vertiente oriental de la cordillera andina. Su distribución geográfica comprende Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela.

PARQUE DE LAS LEYENDAS Director Ejecutivo Marco Villalobos Alvarado Gerente de Operaciones Carlos F. Flores Hernández Jefa de la División de Arqueología Lucenida Carrión Sotelo Boletín del Museo de sitio Ernst W. Middendorf Nº 13, 2015 Edición Christian Altamirano Colque Colaboradores Abraham Imbertis Herrera Rubén Sánchez Tinco

Los machos presentan una cresta de plumas muy pronunciada y plumaje de color rojizo a naranja intenso, salvo sus alas y cola que son de color negro. El color de las hembras varía, de plomo a marrón.

Diseño y diagramación Christian Altamirano Colque Catherine Mendoza Romero

Anidan en las grietas de las rocas y se alimenta de frutos e insectos. Sus principales depredadores son águilas, serpientes y felinos menores.

Fotografías y gráficos División de Arqueología Juan Valdiviezo A. (División de Marketing y RRII)

1 http://www.leyendas.gob.pe/zoologia/especie_individuo.php?esp=128

DIVISIÓN DE ARQUEOLOGÍA - PARQUE DE LAS LEYENDAS