El Problema De La Medida 115l1u

El problema de la medida. Considerar el acto de medir como un problema en psicología sugiere que el acto mismo no es natural en la disciplina de ahí que se le considere un problema. Como todo problema lo podemos plantear en una pregunta: ¿Es necesario medir en psicología? Claro, de hecho es necesario medir en cualquier disciplina. Medir es un acto matemático y como de alguna manera sugiere el texto el hecho de utilizar métodos matemáticos legitima la cientificidad de una disciplina. Ahora bien, ya en términos de medida, el acto de medir o digamos el acto de hacer una importación de las matemáticas es ¿hasta qué nivel o porcentaje necesario para lograr la legitimidad científica? Considerando los postulados positivistas de Augusto Comte el uso de procedimientos matemáticos resulta absolutamente necesario. El positivismo sustenta sus postulados en el argumento de que todo fenómeno social puede ser analizado, investigado, resuelto, etc. con procedimientos similares o equivalentes a aquellos usados en el estudio de los fenómenos naturales. Otra característica del positivismo es que el investigador debe de hacer a un lado juicios de valor, subjetividades, intuiciones, todo aquel pensamiento no objetivo, neutro, racional. Todas sus proposiciones deben de estar sustentadas en observaciones, análisis de datos y experimentaciones. Comprendiendo y abocándonos al espíritu positivista la psicología debe de tomar al pensamiento, conducta, psique, etc. humanos como objetos, objetos con características y manifestaciones que se pueden medir. Pero ¿Qué hay de aquello que no se puede medir? ¿Qué hay de aquello que no se puede cosificar? Para Comte eso es desechable, no importa, no contribuye a eso que Comte llama progreso de la humanidad. Porque el progreso lo entiende como acumulación y no puedes acumular algo que no puedes medir y si aquello que en primera instancia no puedes medir resulta ser indispensable como objeto de estudio, entonces la obligación de la psicología es encontrar la manera de medirlo, desarrollar los procesos y herramientas que permitan su medición exacta, valida y objetiva. A raíz de la revolución industrial y en la búsqueda de la exactitud la ciencia en general ha tomado el rumbo de la especialización, en este proceso la psicología se vio en la necesidad de transformarse en un saber útil y para esto requiere de resultados cuantificables y no solo eso que a su vez estos resultados sean objetivamente verificables. Aquí es donde entra de lleno a la necesidad de medir. Medir, asignar un número o valor a una característica de la mente, constatar que este número es una constante en el individuo, buscar este valor en una estala previamente establecida y determinar si se encuentra dentro o fuera de la norma, norma que por cierto debería de estar ya también establecida. El número es un elemento abstracto, es un imaginario que usamos para contar las cosas, los números son abstractos que se relacionan con concretos, siguiendo el texto un montón de piedras son cien piedras y sin intervención lo serán siempre, las piedras son inanimadas, inconscientes y ellas mismas no intervienen en la modificación de su cantidad. Aplicar un abstracto como lo es el número a otro abstracto como lo es por ejemplo la ansiedad resulta muy complicado y en si pareciera más complicado tratar de construir un instrumento que mida la ansiedad, construir una escala de determine la norma y diagnosticar a

partir de estas que tratar abordar este fenómeno menos o no cuantitativos aunque estos no resulten formalmente científicos. Pienso en esta complicación a partir de la consideración de la regla del isomorfismo, las manifestaciones de la mente humana no las podemos ver, de tal suerte que el punto en el que tendríamos que iniciar la medida puede resultar azaroso o arbitrario, cómo lograr la correspondencia entre lo que queremos medir, el instrumento, la escala y el modelo y en el supuesto de que lo lográramos, cómo los números nos pueden llevar a esa manifestación a los parámetros “normales”. No podemos tampoco cerrar por completo las puertas a los procesos matemáticos, sin duda elementos como las estadísticas son indispensables, registrar qué manifestaciones se repiten en individuos que presentan trastornos similares, qué tratamientos dieron mejores resultados en qué casos. Pero el uso racional de las matemáticas no implica forzar su uso en todos los procesos de la psicología y peor aún en la búsqueda de la legitimidad como ciencia. A manera de cierre una última consideración ya más en el terreno especulativo, no resulta descabellado que en el futuro la ciencia logre un nivel de especialización que compruebe la existencia de partículas de ansiedad su relación con otro tipo de partículas y la manera de controlarlas. Ahí tendríamos ya una ciencia cinto por cien positiva. No sería algo nuevo no hace mucho tiempo sabíamos que respirábamos aire y que no se podía ver o tocar. Hoy conocemos la existencia del oxígeno que es un ente físico, material que se puede mesclar con otros elementos digamos más materiales, más visibles. Así que probablemente las partículas de felicidad estén ahí solo que aún no las encontramos y cuando la encontremos ya las podremos medir.