EL CENSO DE DAVID (1 Cr. 21:1-30) Fondo histórico. 1 Mientras que aquí se habla de Satanás, el texto paralelo de 2 S 24:1 dice: Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel. Este cambio trata de evitar que el mal sea atribuido directamente a Dios. Satanás. Esta es la única
vez que en el AT se usa la palabra hebrea Satanás como nombre personal, pues normalmente aparece con el artículo definido, es decir, como el acusador, o el adversario (v. Job 2:1, 2; Zac. 3:1, 2). Crónicas interpreta el suceso paralelo de 2 S. 24:1 donde se dice que la ira del SEÑOR incitó a David a que hiciera un censo del pueblo. El cronista atribuye a Satanás esta acción de David. censo de Israel. David hizo un censo, aparentemente para saber el número de tropas que había. Pero por esta decisión, David cometió pecado, porque el censo fue motivado por orgullo y apoyo en el poder militar de Israel y no en la confianza en Dios. Hiciese censo de Israel: El censo que ordena David en este capítulo también se recoge en 2 Samuel 24, pero allí se dice que Dios instó a David a realizar el censo porque estaba enojado con Israel (la razón no está clara). Interpretar el incidente del censo ha sido problemático porque Dios no incita a nadie a pecar (Stg. 1:13) y debido a que no se explica la razón de lo inoportuno del censo (Nm. 1-3). El primer problema se aclara al comparar 2 Samuel 24:1 con 1Cr. 21:1. Dios no incitó directamente a David a hacer algo por lo cual después lo juzgaría (1Cr. 5:14); en lugar de ello, permitió a Satanás suscitar en David las intenciones que probablemente ya éste acariciaba en su corazón (Stg. 1:14-15). Esto es similar a lo que ocurrió cuando el Señor permitió a Satanás atormentar a Job (Job 1:12; 2:6) o cuando Saúl fue atormentado por un espíritu maligno (1 S. 16:14). Esta es una de las tres ocasiones en que Satanás (literalmente, «el adversario») se menciona por nombre en el AT (Job 1; 2; Zac. 3:1). Aunque no se nos dice por qué era pecaminoso realizar un censo (Zac. 5:7), ello probablemente indica que David confiaba más en la fuerza militar que poseía, que en el poder de Dios (véase 1 S. 20:7); o que era una violación de las instrucciones de Dios a Moisés sobre cómo conducirlo (véase Ex. 30:11-16). El primero sería un pecado por el motivo que lo inspiró; y el segundo, por la forma como se llevó a cabo. 6 no hizo un censo de Leví ni de Benjamín. Crónicas añade esta información que no se encuentra en el pasaje
paralelo de Samuel.
Aunque la ley requería un censo periódicamente (Ex. 30:11–16), parece que el propósito de David fue el de saber el tamaño del ejército que podía levantar. Otros reyes hicieron lo mismo sin censura (2 Cr. 14:8; 17:12–19). Es posible que aquí la acción de David contraste con su costumbre anterior de consultar a Dios antes de ir a la guerra (1 Cr. 14). En 27:23, 24 la enumeración de las tropas parece negar la fidelidad de Dios a sus promesas e implica el dejar de confiar en El. 7 desagradó a Dios.
14 cayeron setenta mil hombres de Israel. Por haber confiado en la cantidad de tropas que él podía enumerar en
vez de confiar en Dios, David perdió 70,000 personas.
25 Seiscientos siclos de oro: una cifra mucho mayor que la indicada en 2 S. 24:24 (cincuenta siclos de plata). El
Cronista muestra así tanto el inmenso valor del terreno donde iba a levantarse el templo como el sacrificio que hizo David para comprarlo. Esta es una aparente discrepancia con 2S. 24, donde el precio es de 50 siclos de plata. Sin embargo, los 50 siclos de plata representaban en 2 S. 24.24 el pago por la era (un área de aproximadamente de 10 por 15 m) y los bueyes, mientras aquí los «seiscientos siclos de oro» compran toda la propiedad. 26 fuego del cielo. Esto es mencionado para dar énfasis a que Dios aceptó la ofrenda y a la santidad del lugar en
que se hizo el holocausto (. 1 R. 18:37, 38; 2 Cr. 7:1).
COMENTARIO BÍBLICO MATHEW HENRY 1 CRÓNICAS 21
No se menciona en este libro el pecado de David en el caso de Urías, ni las tribulaciones que lo siguieron: ellas no tenían una conexión necesaria con los temas aquí registrados. Pero se relata el pecado de David al censar al pueblo: en la expiación efectuada por ese pecado hubo un anuncio del lugar donde se edificaría el templo. ̶ La orden dada a David de edificar un altar fue una bendita señal de reconciliación. Dios testificó su aceptación de las ofrendas de David en este altar. Así, Cristo fue hecho pecado y maldición por nosotros; plugo al Señor molerlo para que, a través de Él, Dios pudiera ser para nosotros, no un fuego consumidor sino un Dios reconciliado. Bueno es continuar la obediencia de las ordenanzas en que hayamos experimentado las señales de la presencia de Dios, y hayamos comprobado que es verdad que Él está con nosotros. Aquí Dios bondadosamente me halló, por lo cual yo seguiré esperando hallarlo.
HOJA DE TRABAJO
EL CENSO DE DAVID (1 Cr. 21:1-30)
Verdad central: Un acto que por sí mismo no es malo, puede llegar a ser un pecado si lo motiva la codicia, la
arrogancia o el egoísmo. Introducción: En esta ocasión, 1 Crónicas obvia ciertos sucesos en la vida de David (problemas con Amnón y Tamar, su hijo Absalón, Siba, Simei y Seba) y procede a narrar en el final de su vida, los acontecimientos relacionados con la construcción del templo. Lee tu Biblia y responde: 1. David ordena el censo, 1 Cr. 21:1-7.
El cronista no declara los motivos que tuvo David para levantar un censo de Israel, solo dice que (v.1) “Satanás lo ______” y que el rey quería saber cuántos hombres había de los que sacaban espada. Sin embargo en 2 S. 24:1, el historiador revela que el Señor estaba airado con su pueblo y que usó la circunstancia del censo de David para castigarlo a él y a su pueblo. No hay evidencia aquí de contradicción alguna de parte del Señor, simplemente permitió a Satanás que tentara a David para hacer el censo, igual que cuando permitió que atacara a Job (Job 1:912). En su soberanía, la autoridad final de Dios se extiende incluso a las obras de Satanás. Pero el propósito inmediato de David era calcular su fuerza militar (v.___). Esto provocó el desagrado divino porque daba a entender que el rey confiaba más en sus ejércitos que en el poder de Dios. Probablemente fue por ello que David posteriormente itió que esa acción era pecado (v.8). A pesar de sus objeciones al edicto de David (v.__), Joab tuvo que realizar el censo y reportó un total de (v.5) ________ hombres de Israel y _________ de Judá. Sin embargo, Joab no contó a los levitas y benjamitas, porque la tribu de Leví no podía participar en la guerra (Nm. 1:47-49) y el esfuerzo de completar el censo quedó frustrado, aparentemente, antes de que la tribu de Benjamín fuera contada (27:24). 2. David se arrepiente, 1 Cr. 21:8-14.
En algún momento, David se dio cuenta de que su proyecto estaba equivocado y buscó el perdón del Señor, quien se lo concedió. Pero los propósitos del Señor debían cumplirse ̶ Israel debía recibir el castigo. De modo que David recibió un mensaje por medio del profeta Gad de que debía escoger uno de los tres juicios que Dios enviaría sobre el pueblo. Podían ser (v.12) tres _____ de hambre o tres ______ de vivir perseguido por los enemigos, o tres ____ de sufrir retribución divina directa por medio de una peste. David respondió (v.13): “no caiga en manos de _______.” Como resultado murieron (v.14) _______ por medio de una peste. 3. David edifica un altar, 1 Cr. 21:15-30 v. 15-19. El ángel de Jehová, identificado en otros lugares con Dios mismo, era probablemente Cristo preencarnado (Gn. 16:13, 18:1-2; 22:11-12; 48:16). Apareció a David al norte de Jerusalén, cerca de la era de Ornán jebuseo [comparar con 2 S. 24:16; donde se encuentra la variante ______] con una espada en su mano. David y los
ancianos se arrepintieron públicamente, y el rey suplicó que el resto del pueblo fuera preservado, implorando que cualquier castigo posterior recayera sobre él y su familia. Entonces el ángel ordenó a Gad que dijese a David que construyese un altar en la era de Ornán jebuseo, de manera que él pudiera ofrecer los correspondientes sacrificios propiciatorios. v. 20-27. Mientras tanto, Ornán ya había visto al ángel, de modo que cuando David se acercó a él, Ornán se postró en tierra y le ofreció la era gratis. Sin embargo, David no aceptó su generosa oferta y recalcó (v.24): “No, sino que
efectivamente la compraré por su justo _______; porque no tomaré para Jehová lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto que ______ me cueste”. De modo que el rey pagó a Ornán (v.25) _____ siclos de oro (aprox. 7 kg).
Después de que David edificó el altar, ofreció en él holocaustos y ofrendas de paz, los primeros para suplicar el perdón divino por su pecado y las segundas para reafirmar su compromiso con el pacto. La respuesta de Dios fue favorable, como indica el hecho de que descendió (v.26) _______ desde los cielos. Así Jerusalén fue preservada del castigo gracias a la intercesión de David. v. 28-30. El cronista hizo notar que David interpretó la respuesta del Señor como señal de que ese lugar tendría un significado especial. Como resultado de ello, comenzó a adorar allí en lugar de ir a Gabaón, donde estaba el tabernáculo de Moisés. El historiador afirma que David no fue allí porque (v.30) “estaba atemorizado a causa de la ________ del ángel de Jehová”. Quizá esto significa que, como resultado de esa experiencia, David entendió que el lugar central de adoración que Dios había escogido era la era de Ornán jebuseo, no Gabaón. Esto se confirma cuando David solemnemente proclamó que ese lugar sería de allí en adelante (22:1): “la ______ de Jehová.” Cuando Salomón construyó posteriormente el templo, lo hizo en ese mismo sitio (2 Cr. 3:1), lugar que fue santo porque además estaba allí el monte Moriah, sitio donde Abraham llevó a su hijo para presentarlo en sacrificio. APLICACIÓN DEL ESTUDIO. Debemos sopesar nuestros motivos antes de actuar. A menudo nuestros motivos, y no nuestras acciones, originan el pecado.
COMENTARIO BÍBLICO JAMIESON-FAUSSET-BROWN CAPITULO 21 1-13. DAVID PECA AL ENUMERAR AL PUEBLO. 1. Satanás se levantó contra Israel—Retirando Dios su gracia a David en este tiempo (véase 2 S.24:1), permitió
que el tentador prevaleciera sobre él; y como el resultado de esta tentación tuvo el efecto de una pesada calamidad como castigo de Dios sobre el pueblo, podría decirse que “Satanás se (v. levantó contra Israel”. a que contase a Israel—En el acto de levantar un censo de un pueblo no hay mal, sino mucha utilidad. Pero enumerar a Israel, aquel pueblo que había de ser como las estrellas en multitud, lo cual dio a entender falta de confianza en la promesa divina, sí, fue pecado; y aunque se levantó un censo en el tiempo de Moisés con impunidad, en aquella enumeración cada uno del pueblo había contribuido “medio siclo conforme al siclo del santuario”, para que no hubiera “en ellos mortandad por haberlos contado” (Ex. 30:12). Entonces la enumeración de aquel pueblo fue en sí considerada como una empresa por la cual la ira de Dios podría ser fácilmente despertada; pero cuando los arreglos fueron hechos por Moisés para levantar el censo, Dios no estaba enojado, porque el pueblo fue enumerado con el propósito expreso de levantar un impuesto para el santuario, y el dinero que se, reunió (“el dinero de las expiaciones”, Ex. 30:16), le fue propicio. Todo, pues, dependía del propósito del censo. (Bertheau). El pecado de David por la enumeración del pueblo consistía en que para satisfacer su amor propio, era con el propósito de averiguar el número de guerreros que podría reunir para algún plan de conquista proyectado, o, tal vez, más probable todavía, para instituir un sistema regular y permanente de impuestos, lo cual él creía necesario para proveer un establecimiento necesario para la monarquía, pero el cual era considerado como una extorción tiránica y opresora, una innovación contraria a la libertad del pueblo, un abandono de las costumbres antiguas, lo cual era impropio de un rey de Israel. 3. ¿para qué procura mi señor esto, que será pernicioso a Israel?—O, traer castigo sobre Israel. En hebreo la palabra “pecado” a menudo se usa como sinónimo de “castigo del pecado”. La providencia obra y el pueblo sufre frecuentemente por la mala conducta de sus gobernantes. 4. Joab… dio la cuenta del número del pueblo—Llegó la suma a un millón cien mil hombres en Israel, capaces de llevar armas, exclusive los 300.000 militares (cap. 27), que, estando ya alistados en el servicio real, no fueron contados (2 S. 24:9), y los 470.000 hombres en Judá, omitiéndose 30.000 que formaban un ejército de vigilancia, estacionado sobre la frontera filistea (2 S. 6:1) una población tan grande en un período tan corto, considerándose la extensión limitada del territorio, y comparándose con el censo anterior (Números 26), es una prueba clara del cumplimiento de la promesa (Gn. 15:5). 6. no fueron contados los Levitas, ni los hijos de Benjamín—Si este censo fue ordenado con el propósito de imponer impuestos, ésta fue la razón por la cual los levitas, quienes no eran guerreros, (v. 5), no fuesen enumerados (véase Nm. 1:47-54). La población de Benjamín había sido contada (7:6-11), y el registro conservado en los archivos de aquella tribu. Este censo, sin embargo, fue levantado en otra ocasión, y por otra persona, y no por Joab. El que no se hayan enumerado estas dos tribus puede haber sido por la especial providencia y gracia de Dios, en parte porque Leví estaba dedicado a su servicio, y Benjamín era la más pequeña de todas las tribus (Jueces 21); y en parte porque Dios preveía que ellas quedarían fieles a la casa de David en la división de las tribus, y por lo tanto no quería que ellas fuesen disminuidas. (Poole). Del curso seguido en este reconocimiento (véase 2 S. 24:48), parece que Judá y Benjamín eran las últimas tribus que habían de ser visitadas, y que, después del censo de Judá, Joab, antes de emprender el de Benjamín, tuvo que volver a Jerusalén, donde el rey, reconociendo su gran error, dio órdenes de suspender los procedimientos en el asunto. No sólo la reconvención de Joab en el principio, sino su lento progreso en el censo (2 S.24:4-8) mostraba una fuerte repugnancia y aun horror del viejo general por esta medida anticonstitucional. 9. habló Jehová a Gad, vidente de David—Aunque David estaba dotado de don profético, sin embargo, en asuntos relacionados consigo mismo o su reino, él tenía la costumbre de consultar al Señor por medio de los sacerdotes, y cuando dejaba de hacerlo, algún profeta le era enviado, en ocasiones especiales, para reprenderlo o castigarlo. Gad, amigo particular, era empleado ocasionalmente como portador de estos mensajes proféticos. 11, 12. Escógete, etc.—A los tres males, estos corresponden en hermoso acuerdo: tres años, tres meses, tres días. (Bertheau). (Véase 2 S. 24:13). 13. que yo caiga en la mano de Jehová… que no caiga yo en mano de hombres—La experiencia le había enseñado que la pasión y venganza humanas no tienen límites, mientras que nuestro sabio y bondadoso Padre celestial conoce la clase y la extensión del castigo que cada uno necesita. 14, 15. envió Jehová el ángel a Jerusalén para destruirla—Aquí sólo se menciona la pestilencia, sin ningún informe de su duración ni de sus estragos, mientras que se da una descripción detallada de la apariencia visible del ángel destructor y su actitud amenazadora.
16. estaba junto a la era de Ornán Jebuseo—Ornán era probablemente su nombre hebreo o judío, y Aurana su
nombre jebuseo o cananita. Si era o no el viejo rey de Jebus, como se le daba el título (2 S. 24:23), se había convertido al culto del verdadero Dios, y era poseedor de propiedad e influencia. 17. David y los ancianos se postraron sobre sus rostros, cubiertos de sacos—Ellos aparecieron con la ropa y asumieron la actitud de humildes penitentes, confesando sus pecados y deprecando la ira de Dios. 19-30. DAVID EDIFICA UN ALTAR. 19. el ángel de Jehová ordenó a Gad que dijese a David—La orden acerca de la edificación de un altar, como
también la indicación de su lugar, se relata en 2 S.24:18 como traída directamente por Gad. Aquí se nos informa acerca del lugar donde el profeta recibió su comisión. Sólo en las etapas subsecuentes de la historia de Israel hallamos a ángeles empleados en comunicar la voluntad divina a los profetas. 21, 22. Ornán trillaba el trigo—Si el censo fue empezado en otoño, principio del año civil, los nueve meses y medio que ocupó, terminarían en la cosecha del trigo. La manera común de trillar el grano es extenderlo sobre un lugar plano y alto, y hacer caminar hacia atrás y hacia adelante a dos bueyes atados a una rastra con rodillos y alcayatas en la parte de abajo. Otra persona trabaja retirando la paja del grano que está más abajo. 24. daré… los trillos para la leña—es decir, para quemar el sacrificio de los bueyes. De muy poca significación real—la prisa y el valor del presente ofrecido—puede considerarse en este país. El ofrecimiento fue hecho para uso instantáneo. Esperando Ornán, por medio de ello, terminar la pestilencia sin demora de un momento. “dio todo”: los bueyes, los trillos y el trigo. 26. dio David a Ornán por el lugar seiscientos siclos de oro—Primero compró sólo los bueyes y los trillos, por los cuales pagó cincuenta siclos de plata (2 S.24:24); luego compró toda la propiedad, el Monte Moria, sobre el cual estaría el futuro templo. Alta en el centro de la plataforma del monte, se levanta una roca notable, ahora cubierta por la bóveda de “la Sakrah”. Su forma es irregular, y mide como sesenta pies por cincuenta. Es la superficie natural del Monte Moria, y muchos creen que es la roca de la era de Arauna, escogida por David, y continuada por Salomón y Zorobabel como la “piedra sin labrar” sobre la cual edificar el altar. (Bartlett’s “Walks about Jerusalem”. Stanley). 27. edificó allí David un altar—Fue en procesión con sus hombres principales desde el palacio real, Monte Sión abajo, y a través de la ciudad interpuesta; y, aunque tenía espacio suficiente en su propiedad, le fue ordenado, bajo dirección perentoria, ir a una distancia considerable de su casa, sobre el Monte Moria, a erigir un altar sobre terreno que tendría que comprar. Estaba en el mismo lugar, o cerca del lugar donde Abraham iba a ofrecer a Isaac. le respondió por fuego de los cielos—(Véase Lv. 9:24; 1R. 18:21-23; 2R. 1:12; 2Cr. 7:1). 29. viendo David que Jehová le había oído en la era de Ornán Jebuseo, sacrificó allí—O, continuó sacrificando allí. Viendo que fue acepto su sacrificio, procedió a hacer ofrendas adicionales allí, y a buscar el favor de Dios mediante la oración y los ritos expiatorios; por temor de que el ángel amenazador destruyera Jerusalén, mientras él estuviera ausente en el centro del culto en Gabaón; especialmente la reverencia por el Ser Divino, lo llevó a continuar su adoración en aquel lugar que Dios (2 Cr. 3:1) había santificado por señales de su presencia y su aceptación por gracia.